Francisco Ortiz Pinchetti.
La propuesta del Diputado federal Óscar González Yáñez de
controlar a los medios de comunicación mediante ordenamientos legislativos, que
fue rechazada casi de inmediato por su propio partido, el PT, y por la
Secretaría de Gobernación, y luego por el propio Presidente de la República, no
puede ser pasada por alto. Reviste una gravedad extrema y debe ser un timbre de
alerta ante las tentaciones autoritarias que por estos días flotan en el aire.
Peor que la propuesta en sí resultan las razones que el
legislador esgrime. Aseguró que su bancada, ojo, tiene lista una iniciativa
para regular los medios de comunicación y evitar que apoyen a la derecha en las
elecciones de 2021 y 2024.
No se trató de una declaración banquetera ni de un exabrupto.
Fue en un encuentro formal con el coordinador de la bancada de Morena en la
Cámara de Diputados, Mario Delgado, el pasado lunes 26, en el marco de la
reunión plenaria de la fracción de su partido para definir su agenda
legislativa para el próximo periodo ordinario de sesiones. Ahí González Yáñez
dijo, textual:
“Luego traemos nuestra agenda de medios de comunicación. Si
nosotros no regulamos a los medios de comunicación se van a convertir en el
instrumento fundamental de la derecha en el 21 y en el 24”. Y en seguida anotó,
por si quedaran dudas: “Solamente ganamos elecciones, pero no hemos
desmantelado los poderes fácticos, no los hemos regulado”.
La declaración del legislador mexiquense, que de inmediato
tuvo reacciones en los medios, provocó un obvio rasgadero de vestiduras. Vino
el rechazo de su propia bancada, de legisladores morenistas e incluso del
Gobierno federal. “No es intención del @GobiernoMX limitar en forma alguna la
libertad de expresión que se ejerce en los medios de comunicación. Lo expresado
por el diputado @OscarGonzalezY del PT es su posición legislativa”, aclaró la
Secretaría de Gobernación en su cuenta de Twitter.
En un comunicado, la bancada del Partido del Trabajo en San
Lázaro rechazó que la regulación de los medios de comunicación forme parte de
su agenda legislativa, como lo afirmó su correligionario. “La regulación de los
medios de comunicación no es un tema que se encuentre en nuestra agenda
legislativa ni para este periodo ni en el futuro y menos dentro de la 4T”,
afirmó.
Los legisladores del PT aseguraron que lo dicho por González
Yáñez –que está videograbado–, fue un comentario a título personal, ya que como
partido respetan la libertad de expresión y el trabajo que realizan los medios.
“Expresamos nuestro respeto irrestricto a la libertad de expresión, al trabajo
periodístico profesional que realizan los medios de comunicación. Lamentamos el
malentendido (sic.) que se desprendió del comentario que no tenía ese sentido y
fue expresado a título personal”.
La Senadora de Morena Lilly Téllez tronó indignada y con la
vehemencia que sólo encontraríamos en un Francisco Zarco, acusó: “Esto es un
vil intento de censura”, un ataque a la libertad de expresión”, dijo. Y
advirtió: “Lo desapruebo y pelearé contra ustedes desde el Senado”.
Al día siguiente, desde su púlpito de Palacio Nacional, el
Presidente puntualizó sobre el tema: “Soy partidario de la libertad de
expresión. No creo en la regulación. Creo que la prensa se regula con prensa,
no tiene que haber censura, tiene que haber libertad absoluta”.
Hay que tener muy claro que Oscar González Yañez no es ninguna
maletilla que se lanzó al ruedo como espontáneo con una muletita raída. No: se
trata de un político avezado y curtido, uno de los líderes históricos del PT.
Fue fundador de ese partido en 1990 y desde entonces es muy cercano al eterno
dirigente nacional petista Beto Anaya Gutiérrez.
Ocupó la presidencia municipal de Metepec, en el Estado de
México, de 2006 a 2009, y entre sus logros estuvo obtener la declaración como
Pueblo Mágico de esa localidad famosa por sus artesanías en barro. Luego fue
Diputado federal por primera vez (2009-2012), Diputado local y coordinador de
la fracción de su partido en el Congreso mexiquense (2012-1015) y candidato a
Gobernador en 2017, aunque a petición de Andrés Manuel declinó finalmente a
favor de Delfina Gómez Álvarez, la candidata de Morena.
Sus afirmaciones sobre los medios de comunicación, por lo
demás, no chocan con la posición reiterada de López Obrador de descalificar a
los que no le son afines y acusarlos de estar al servicio de los conservadores
y neoliberales, a los que llama sus adversarios. Checa además con su proyecto a
futuro, por supuesto, y en lo inmediato su preocupación por las elecciones
intermedias de 2021.
El pasado 22 de julio fustigó a los medios y a los
comunicadores que “se han portado mal” y que actúan “desde la comodidad de la
independencia” para no comprometerse con el cambio, su cambio. Postuló esa
mañana que “los periodistas mejores que ha habido en la historia de México, los
de la República Restaurada, todos tomaron partido”.
Es en ese marco y en ese ambiente de linchamiento contra los
medios independientes es que se da la propuesta de González Yáñez, que parece
evocar los años felices del priismo, cuando los periódicos estaban controlados
por el Gobierno a través de la publicidad oficial, el monopolio estatal del
papel y la manipulación de la circulación por la Unión de Voceadores.
No parece nada casual que se ventile ahora el tema del
control de los medios de comunicación, así sea solamente como un inocente
buscapiés. No es la primera vez que el actual Gobierno recurre a este tipo de
“sondeos”, como para mediarle el agua a los camotes. Sería ingenuo y peligroso
considerarlo sólo una ocurrencia del colmilludo Diputado petista, que además se
diluyó pronto entre la estridencia noticiosa del acuerdo con los
transportadores de gas y la horrenda masacre de Coatzacoalcos. Aguas: No lo
desdeñemos. Es un aviso.
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