Por
Redacción / Sin Embargo.
La población
de 65 años o más con un ingreso inferior al valor de la canasta alimentaria
aumentó 2.6 por ciento en los últimos 10 años, mientras que a casi la mitad de
los adultos mayores en México tampoco les alcanza para adquirir la canasta no
alimentaria (transporte público, educación, cultura, recreación, vivienda,
vestido y otros gastos), de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la
Política de Desarrollo Social (Coneval).
En el marco
del Día Adulto Mayor, que se celebra este 28 de agosto, el Coneval reportó
que 4.3 millones de personas de 65 años o más (41.1 por ciento) vive en
situación de pobreza y 0.7 millones en pobreza extrema (6.8 por ciento), según
el último dato que se tiene registro, 2018.
La
población de 65 años o más con un ingreso inferior a la línea de pobreza
extrema por ingresos (que equivale al valor de la canasta alimentaria por
persona) aumentó entre 2008 y 2018 al pasar de 18.6 a 19.1 por ciento, mientras
que la población con un ingreso inferior a la línea de pobreza por ingresos (el
valor total de la canasta alimentaria y de la canasta no alimentaria por
persona) pasó de 49.2 a 49.4 por ciento en el mismo periodo de 10 años.
Los
indicadores de carencias sociales en la población adulta de México también han
cambiado en la última década. El rezago educativo registró una disminución
al pasar del 68.5 en 2008 a 54.5 por ciento en 2018.
En el mismo
periodo de referencia, la carencia por calidad y espacios de la vivienda
pasó de 13.8 a 6.6 por ciento; la carencia por acceso a los servicios básicos
en la vivienda pasó de 23.1 a 19.4 por ciento, y la carencia por acceso a la
alimentación de 19.3 a 18.2 por ciento en 10 años.
El
porcentaje de la población adulta mayor con carencia por acceso a los servicios
de salud pasó de 31.9 a 9.7 por ciento entre 2008 y 2018, mientras que en la
carencia de acceso a la seguridad social en este grupo de la población pasó de
34.1 a 17.7 por ciento en este mismo periodo.
El Coneval recomienda
diseñar un Sistema Nacional de Cuidados que contemple, entre otros elementos,
la participación de las diversas secretarías o instancias gubernamentales que
tienen a su cargo a grupos de la población con necesidades de cuidado, así como
la conciliación familiar y laboral.
También propone
garantizar un ingreso a los adultos mayores que les permita enfrentar eventos
coyunturales asociados a su etapa de vida como enfermedad, invalidez y pérdida
de ingresos, así como deficiencias estructurales del sistema de seguridad
social.
Además, aconseja
crear un sistema de protección universal con un esquema de pensiones que
sustituya a los varios programas sociales de adultos mayores inconexos y
dispersos.
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