Por Jesús
Esquivel.
El presidente estadunidense Donald Trump
firmó este jueves una orden ejecutiva para contener el poder editorial
ilimitado que tienen las empresas cibernéticas de redes sociales, a las que
acusa de atentar contra la libertad de expresión.
“Estamos
aquí para defender la libertad de expresión de uno de los más grandes peligros
que hemos enfrentado en la historia de Estados Unidos”, declaró en la Oficina Oval de la
Casa Blanca al momento de estampar su firma.
La medida
presidencial ocurre tres días después de que la red social Twitter etiquetó dos
mensajes enviados por Trump –a través de su cuenta personal en esa plataforma–,
sobre los cuales la empresa recomendó a los usuarios verificar su veracidad.
Como era de
esperarse, Trump reaccionó con furia contra Twitter por poner en duda la
veracidad de sus textos, con los que se opuso a que electores estadunidenses
sufraguen en los comicios presidenciales a través del servicio postal, como han
sugerido algunos gobernadores.
El ocupante
de la casa Blanca acusó a esa plataforma de atentar contra la democracia
estadunidense, y amagó con cancelar sus cuentas en las redes sociales, además
de ordenar jurídicamente el cierre de la red social, pero esa medida sí sería
una violación a la libertad de expresión.
“Un
poderoso monopolio de redes sociales controla una vasta porción de las
comunicaciones públicas y privadas en Estados Unidos y sabemos quiénes son, no
necesitamos nombrarlas. Les daremos una lista completa (con los nombres)”, subrayó.
La orden
ejecutiva elimina la protección legal que tenían empresas como Twitter,
Google y Facebook sobre el contenido que difunden en sus sitios de internet,
sin lo cual podrían enfrentar demandas –de cualquier usuario– en caso de que se
les acuse de difundir información falsa
Sin la
garantía de protección que tenían, conocida como Sección 230, las empresas creadoras de las
redes sociales tendrían que autocensurarse en sus contenidos para evitar
demandas judiciales que tardarían meses o años en resolverse en las cortes
judiciales, con costos millonarios.
“Estas
empresas tienen un poder sin mesura para censurar, restringir, editar, moldear,
esconder y alterar virtualmente cualquier tipo de comunicación entre ciudadanos
privados o grandes audiencias”, abundó el presidente de Estados Unidos.
Su cuenta
personal en la plataforma de Twitter, desde antes de asumir el Poder Ejecutivo,
es para Trump una herramienta fundamental de comunicación con su base electoral
que ahora lo apoya, y antes con quienes lo seguían y admiraban por ser famoso y
rico.
Es muy común
que el presidente envíe por medio de Twitter mensajes infundados, verdades a
medias y/o mentiras sobre las acciones que lleva a cabo su gobierno, lo mismo
que acusaciones contra sus enemigos políticos y gobernantes de otras naciones.
Con la
orden ejecutiva que firmó y que se espera sea interpelada por las empresas
afectadas ante cortes federales, pretende que nadie intervenga ni revise y mucho
menos corrija los mensajes que manda por Twitter, mucho menos ahora que busca
reelegirse, en noviembre próximo.
“No
podemos permitir que esto continúe”, enfatizó Trump, quien al ser cuestionado
sobre si cancelará su cuenta en Twitter, como amenazó, dijo que no lo haría
porque sirve de contrapeso a la difusión de “tantas noticias falsas”.
El
mandatario argumentó que la orden ejecutiva cuenta con el respaldo de
legisladores demócratas, quienes insistían en la necesidad de una ley para
someter a la rendición de cuentas a las empresas de tecnología y cibernética.
“Twitter
dejó de ser una plataforma pública neutral, se convirtió en un editor con punto
de vista. Creo que también podemos decir lo mismo de Google, Facebook y tal vez
otros. Imaginen que la compañía telefónica silencia o edita sus
conversaciones”,
concluyó.
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