El nuevo orden mundial inevitablemente tripolar de EU-Rusia-China no cambió en la reunión presencial de Anchorage (Alaska), donde el funcionario chino de alta jerarquía Yang Jiechi paró en seco al todavía muy novato secretario de Estado israelí-estadunidense Antony Blinken el pasado 18 de marzo: “EU carece de calificaciones (sic) para condescender cuando habla con China desde una posición de fuerza (https://bit.ly/3a7eitJ)”.
Tampoco
cambió el orden tripolar cuando el canciller ruso, Serguei Lavrov, se reunió
con su homólogo chino Wang Yi cuatro días después de la histórica reunión de
Anchorage para consolidar la “asociación estratégica” de Rusia y China (
https://bit.ly/3g8RL3A ), si se contabiliza que en los pasados ocho años el zar
Vlady Putin y el mandarín Xi se han reunido 30 ( sic) veces
(https://bit.ly/3sgJmx6).
En el think
tank Chatham House –influyente centro geoestratégico anglosajón– el grisáceo ex
canciller británico Jeremy Hunt compartió un webinar con Kissinger, hoy de 97
años.
Kissinger,
polémico ex secretario de Estado de dos ex presidentes, Nixon y Ford, instó a
EU a ajustarse a la realidad del nuevo orden mundial mediante el equilibrio con
las principales fuerzas globales, en clara alusión a China y Rusia (https://bit.ly/2OLaIOh).
En el mero
corazón conceptual de la geoestrategia anglosajona, Kissinger exhortó a que EU
entienda ( sic) que no cada tema tiene “soluciones finales”, por lo que
recomendó un “entendimiento con China”, ya que de otra forma se estaría
retrocediendo a una “situación previa a la Primera Guerra Mundial: si el mundo
se engancha a una competencia sin fin, basada en el dominio ( sic) de quien sea
( sic) sea superior en un momento dado, entonces la ruptura del orden es
inevitable. Y las consecuencias de la ruptura serían catastróficas”.
Dejo de lado
los inimputables “genocidios” –término que quiere poner de moda Biden en forma
desplazada en la provincia islámica autónoma de Xinjiang en China– de Kissinger
desde Indochina, pasando por el Medio Oriente, hasta Latinoamérica para
centrarme en lo juicioso de su postura cuando EU pervive su decadencia
(https://bit.ly/3s9SXG4), la cual denota la realidad del “equilibrio
estratégico” tripolar de EU-Rusia-China.
Kissinger,
quien al inicio de la década de los 70 del siglo pasado abrió la conexión con
la China de Mao Zedong y el premier Zhou Enlai, que perjudicó la posición
geoestratégica de la ex-URSS, asevera que China “no está determinada a
conseguir un dominio mundial”, sino que “trata de desarrollar la capacidad
máxima de la que es apta su sociedad”.
El casi
centenario Kissinger abordó las implicaciones y complicaciones agregadas de la
“tecnología, la explosión revolucionaria ( sic) de la democracia, el desarrollo
de la inteligencia artificial, de la cibernética y de otras tantas
tecnologías”, cuando “EU por primera ( sic) vez debe decidir si es posible
tratar con un país de magnitud comparable –y quizá en algunos rubros
marginalmente a la delantera ( sic)– desde una posición que primero analice el
equilibrio ( sic) existente”.
Concluyó que
la presente situación es ahora “infinitamente (sic) más peligrosa” dadas las
armas avanzadas asequibles a EU y a China.
Curiosamente
no cita a Rusia, que es hoy líder incontestable en las armas hipersónicas que
reconoce hasta Newsweek (https://bit.ly/2Q1jJDp), no se diga el célebre libro
de Andrei Martyanov (https://bit.ly/3a3G6z5).
Mas allá de
los pueriles dicterios de Biden contra el zar Vlady Putin, que en última
instancia tuvieron efecto bumerán, vale la pena señalar la reciente Guía
interina de seguridad estratégica nacional de la Casa Blanca, en la que –al
contrario de sus bravatas de cantina barata de aldea cavernícola, diseñadas
para los fanáticos de la truqueada “lucha libre”– opta por una “estabilidad
estratégica con Rusia y China” mediante la “diplomacia, la reducción de las
armas nucleares y un nuevo acomodamiento con las nuevas tecnologías, como la
inteligencia artificial, la computación cuántica y el 5G (https://bit.ly/3e5Ztc6)”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario.