El
gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles, visitó este martes el convulso
municipio de Aguililla, donde se encontró con el reclamo de un pequeño grupo de
personas que lo increparon por trasladarse a ese lugar en helicóptero y no por
tierra, para darse una idea de lo que sucede en la región de Tierra Caliente.
Molesto
por la inesperada recepción, el mandatario perredista bajó de la unidad militar
en la que se transportaba y, dirigiéndose a uno de los manifestantes, le
propinó un empujón.
“Eso no
se hace”, grito una mujer.
Silvano
Aureoles se dio la vuelta y regresó al vehículo que estaba totalmente
custodiado por elementos del Ejército y civiles armados.
El pueblo
de Aguililla, Michoacán tiene cuatro meses sitiado por el narco, de ahí la
protesta del maestro que trae la pancarta.
Silvano, en
vez de darle seguridad al pueblo, empuja al compañero.
Valiente
gobernador que deja intocable al crimen y amenaza al pueblo con el ejército.
“Fuera,
fuera”, le gritó la misma mujer.
Posteriormente,
uno de los hombres que acompañaba al mandatario arrebató las cartulinas al
hombre y le hizo señas de que se retirara.
De acuerdo
con reportes de medios locales, el hombre agredido -quien estuvo acompañado
de su hijo menor de edad- es un profesor rural de nivel primaria.
Silvano
Aureoles llegó a
este municipio donde nació el fundador y dirigente del CJNG, Nemesio Oseguera
Cervantes “El Mencho”, en medio de estrictas medidas de seguridad. En el
video se observan a los policías y soldados cuidándolo.
SU
JUSTIFICACIÓN.
Posterior
al incidente, el gobernador escribió en su cuenta de Twitter que las personas
que lo increparon eran "halcones" del crimen organizado.
“En medio de
esa situación, nos encontramos una manifestación de halconeros que insultaban y
agredían a la Guardia Nacional, al Ejército, a la Marina y a un servidor y yo
decidí encarar a uno de los provocadores”, explicó.
En medio de
esa situación, nos encontramos una manifestación de halconeros que insultaban y
agredían a la Guardia Nacional, al Ejército, a la Marina y a un servidor y yo
decidí encarar a uno de los provocadores.
En
Michoacán, prosiguió, "saben que yo los defiendo y vamos a seguir peleando
por el respeto a la ley y a las instituciones".
Además, presumió
que cualquier otro gobernador se hubiese quedado en Morelia, pero, a pesar de
que me aconsejaban no ir, decidí dar la cara porque "no voy a permitir que
cientos de familias vivan amenazadas cada vez que los grupos deciden agarrarse
a balazos".
“Todo el
mundo sabe lo que está pasando en Aguililla: violencia, una situación casi de
guerra y bloqueos de carreteras que no permiten el paso de productos de primera
necesidad, incluso de enfermos de gravedad que no pueden ser trasladados a un
hospital”, concluyó.
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