viernes, 20 de diciembre de 2019

La oportunidad que México no debe perder.


Enrique Quintana.

El acuerdo comercial entre Estados Unidos y China anunciado el viernes 13 de diciembre impidió que desde el día 15 se incrementaran los aranceles a 156 mil millones de dólares de importaciones chinas a EU.

Sin embargo, no cambió la condición de las compras por 250 mil millones de dólares que hoy pagan 25 por ciento.

Es decir, por lo pronto, el acuerdo solo evitó que la guerra comercial escalara, pero está lejos de generar nuevamente condiciones de certidumbre en la relación comercial entre las dos principales potencias económicas del mundo.

Las fricciones comerciales entre Estados Unidos y China de la época reciente han tenido como resultado una fuerte caída de las exportaciones chinas a nuestro vecino del norte, que en los primeros 10 meses de este año retrocedieron 14.4 por ciento.

Esto significa que China dejó de vender a Estados Unidos en este lapso 65 mil millones de dólares, lo que ha sido uno de los factores que ha contribuido a la desaceleración de la actividad económica en China.

Para México este hecho representa una gran oportunidad, sobre todo ahora que ya se ha ratificado el Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC) en la Cámara de Representantes, para empezar.

En contraste con la caída de las exportaciones chinas a EU, México logró un incremento de 4.2 por ciento en sus ventas a la economía norteamericana durante el periodo enero-octubre.

Además, si observamos lo que ha ocurrido en los últimos años y no solo en meses recientes, vemos que China ha perdido participación en el mercado norteamericano.

En 2016, el último año de la administración Obama, las ventas de China a Estados Unidos representaban 21.0 por ciento del total, pero para este año bajó ese porcentaje a 18.4 por ciento.

En contraste, las ventas de México a Estados Unidos representaban 13.5 por ciento en 2016 y ahora llegaron ya a 14.6 por ciento.

Este hecho es un reflejo de la forma en la que se han articulado las cadenas productivas de Norteamérica y eso se observa claramente en lo que sucede con las exportaciones de EU a los dos países.

En los primeros 10 meses de este año México compró a Estados Unidos 137 por ciento más que lo adquirido por China. Esto quiere decir que para la economía norteamericana es mucho más importante el mercado mexicano que el mercado chino.

Esta condición es la que hoy ofrece una gran ventaja estratégica a México.

Con la certidumbre que ofrece el nuevo tratado comercial, es factible que más y más inversiones analicen la posibilidad de dejar sus operaciones en China para instalarse en nuestro país, la mejor plataforma para poder acceder al mercado norteamericano.

Los desarrolladores de parques industriales en el norte del país han percibido que firmas de múltiples países están analizando la posibilidad de desplazar parte de sus operaciones de China hacia México.

Si, adicionalmente, vemos el freno económico de Europa o la situación de incertidumbre en diversos países de América Latina, no se puede exagerar la relevancia que tiene para México esta coyuntura.

Ayer me preguntaba si una eventual permanencia de Trump en la Casa Blanca tras el intento del impeachment ¿perjudicaría o beneficiaría a México?

Al menos desde el punto de vista de esta perspectiva, quizá nos convenga que Trump siga peleando con China por varios años más.

Pero, se va a requerir de una política pública inteligente que genere los incentivos correctos… si no queremos perder esta oportunidad. Ese será uno de los grandes retos del 2020.

Nota: Por vacaciones, esta columna volverá a publicarse el lunes 6 de enero. ¡Felices fiestas!

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