Por Mathieu
Tourliere.
El
gobierno mexicano se quejó hoy ante la Organización de Estados Americanos (OEA)
de que el gobierno “de facto” en Bolivia –producto del golpe de Estado contra
Evo Morales–, desplegara una “presencia excesiva de personal de servicios de
vigilancia y de seguridad bolivianos que vigilan tanto la Residencia como la
Embajada de México”, y que llegó al punto de querer detener la camioneta de la
embajadora.
“Dichos
elementos, de seguridad, más que proteger, han intimidado y vigilado el
interior de las instalaciones, así como al personal diplomático mexicano
acreditado ante el Gobierno de Bolivia”, deploró la misión de México ante la OEA.
Y abundó:
“Como
parte de estas acciones intimidatorias, el 23 de diciembre se intentó detener e
inspeccionar el vehículo de la Embajadora de México”.
https://twitter.com/SRE_mx/status/1209164289698881536?s=20
Según la
Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), esta “presencia excesiva” se hizo
notar a partir del 11 de noviembre –un día después que Morales presentara su
renuncia a la presidencia de Bolivia, empujado a la salida por la cúpula
militar y policiaca del país– pero se volvió más intensa a partir del 21 de
diciembre.
La
dependencia compartió una serie de fotografías en las que se aprecia el acoso
al que está sometida la representación de México en Bolivia: se observan
agentes encubiertos o vehículos civiles en las afueras de los recintos
diplomáticos, o incluso personas postradas en cerros aledaños, vigilando de
lejos a los movimientos que ocurran dentro de la sede mexicana.
En una
declaración, la Secretaría de Relaciones Exteriores recordó a la administración
cívico-militar de Jeanine Áñez que los recintos diplomáticos son “inviolables”
y “no podrán ser objeto de ningún registro, requisa, embargo medida de
protección”, y que los Estados locales tienen la obligación de “adoptar todas
las medidas adecuadas para proteger los locales de la misión contra toda
intrusión”, según plantea la Convención de Viena.
Desde que
la crisis política en Bolivia empezó a salir de control, el gobierno mexicano
ha sido una voz crítica contra los intentos y posteriormente contra la
consumación de un golpe de Estado, ya sea mediante el otorgamiento del asilo
político a Morales, o en declaraciones en la Organización de los Estados
Americanos (OEA).
Hasta la
fecha, la administración de Andrés Manuel López Obrador no ha reconocido
oficialmente el gobierno de Áñez; en su declaración emitida hoy, llamó a “las
partes que integran al Estado Plurinacional de Bolivia” para respetar y cubrir
cabalmente con las obligaciones del Estado.
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