Julio Astillero.
Aun cuando
era previsible que la Cámara de Representantes de Estados Unidos, con mayoría
del Partido Demócrata, aprobase el inicio del juicio político ( impeachment)
contra Donald Trump (al igual que es previsible que el Senado, con mayoría de
los republicanos, absuelva a dicho presidente), el espectáculo de las
acusaciones y de la incertidumbre políticas inició ayer en un escenario de
creciente polarización entre ciudadanos de la nación imperial.
A pesar del
aparatoso proceso que iniciará probablemente en enero, y de los crudos
señalamientos que ya intercambian los partidismos, no parecen sujetas a una
devaluación irremontable las expectativas de Trump de llegar a un segundo
periodo en la Casa Blanca. Los republicanos han mantenido en la Cámara de
Representantes una notable unidad que bloqueará en el Senado el intento de
derribar al excéntrico multimillonario convertido en presidente. La apuesta de
los demócratas reside en que, más allá de la aritmética senatorial, la
exhibición de los presuntos abusos de poder y obstrucción legislativa cometidos
por Trump empujen a suficientes votantes para impedir la relección, que es el
tema central de todo el debate.
Más allá de
la retórica sumamente ofensiva contra los mexicanos, que practicó Trump, sobre
todo en su campaña electoral y en el primer tramo de su presidencia, y de los
lances arbitrarios y ventajosos contra México al amagar con imponer aranceles
y, recientemente, con el intento de declarar a los cárteles mexicanos como
organizaciones terroristas foráneas, Trump ha mantenido una relación de mutua
conveniencia con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (una relación en
términos respetuosos en lo general y hasta ahora, a diferencia de los
desplantes y groserías cometidas cuando Enrique Peña Nieto habitaba Los Pinos).
En ese
contexto, y como ironía histórica, a la administración de AMLO le resulta
conveniente la continuidad de Trump, a cuyo interés por un segundo periodo como
presidente México ha hecho contribuciones claras, como el radical vuelco de la
política hacia los migrantes llegados de Centroamérica, la aceptación de nuevas
reglas de colaboración en materia de combate a los cárteles y la firma de un
tratado comercial que incluye pasajes como los agregados laborales y los
condicionamientos en materia de automotores y de medicinas.
Astillas.
Ha
considerado Elba Esther Gordillo que los actuales son buenos tiempos para
reaparecer en video, enviar un mensaje a los profesores que antes fueron su
coto sindical y advertirlos de que pronto se habrán de ver. Gordillo se siente
fortalecida por el muy probable registro de su nuevo partido personal, de las
Redes Sociales Progresistas, y los aires de democracia en elección de
dirigentes que, obviamente, alcanzarán al Sindicato Nacional de Trabajadores de
la Educación, que en los siguientes comicios seguramente contará con una
planilla elbista… La Unidad de Inteligencia Financiera de la SHCP, a cargo de
Santiago Nieto Castillo, ha aceptado, así sea de manera lacónica, que tiene
bajo investigación a compañeros de andanzas de Genaro García Luna. El nombre más
relevante de esos acompañantes es el de Luis Cárdenas Palomino, quien debería
correr una suerte judicial parecida a la del ex secretario de Seguridad Pública
ahora sujeto a proceso judicial en Estados Unidos… En Morena continúa la guerra
entre facciones. La Comisión de Honestidad y Justicia emplazó a Ricardo Monreal
para que en un plazo de tres días separe de su asiento en la bancada de Morena
a la senadora Lilly Téllez, quien fue candidata externa y no está afiliada al
partido en el poder. Acusan a la sonorense de conducirse con desapego a la
doctrina morenista. Monreal no aceptó la instrucción y recurrirá a la autoridad
judicial electoral… El presidente López Obrador y otros legisladores morenistas
han desactivado la pretensión de la senadora zacatecana Soledad Luévano de
hacer reformas legales para desmontar la histórica separación Iglesia-Estado…
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