Javier Risco.
Empieza la
sexta semana del año y se acumulan los pendientes. Pasan los días y se afina el
Tren maya, entra en un impasse Santa Lucía, hay suspenso por el paquete de
iniciativas de procuración de justicia que llegará al Senado, se prepara el INE
para la designación de cuatro nuevos consejeros, no se detienen los ejecutados
por todo el país, la Guardia Nacional no sabemos dónde ni qué hace aparte de
detener migrantes, y López Obrador juega con el circo de la rifa del avión.
Insisto, pasan los días y en realidad no importa mucho si se destraban ciertas
grillas o se avanza en problemas que todos sabemos que tienen una solución de
largo plazo; sin embargo, el único problema de este gobierno que lo tiene
contra la pared, que NO concede plazos y que es fatal que acumule días, es el
desabasto de medicinas.
Hoy a las 4
de la tarde los papás de niños con cáncer y trasplantados de diversos
hospitales del país y de la Ciudad de México asistirán a una segunda mesa de
atención para recibir informes sobre el desabasto de medicamentos. Los padres y
afectados se reunirán a las 2:30 pm en el monumento a la Revolución y caminarán
a la Secretaría de Gobernación, ahí van de nuevo, porque a diferencia de los
otros pendientes que acumulan días, semanas y horas, el cáncer en una persona
no conoce prórrogas ni señalamientos a directores de hospitales, proveedores o
incapacidades de gobiernos.
En la
fotografía tomada por la periodista Olga Valeria Hernández, del portal de
noticias Lado B de Puebla, aparece un grupo de padres de niños con cáncer
sosteniendo varias cartulinas, sus consignas: “Señor Presidente ayúdenos nos
podemos morir por falta de quimios”, “Sr. Presidente basta de mentir no hay
medicamento, nuestros hijos lo necesitan”, “Los niños necesitan quimioterapias
sr. gobernador”, “Auxilio: Presidente Andrés Manuel López Obrador, los niños
con cáncer necesitamos: vincristina, citarabina y ciclofosfamida”, “no hay
quimios” “la vida de nuestros hijos no espera”; en la foto aparecen doce
personas, protestan a las afueras del Hospital del Niño Poblano. La crónica,
escrita por el periodista Cristian Escobar, cita la voz desesperada de un
padre, una escena que cada día se repite más, que hemos leído en los últimos
meses y que no coincide con lo que se pregona desde Palacio Nacional todas las
mañanas: El padre de familia “J” señaló: “A mi hijo le debían suministrar
citarabina, vincristina y ciclofosfamida, combinada con otros medicamentos”;
sin embargo, dijo “J”, al llevar a consulta a su hijo el martes 28 de enero,
los médicos le comentaron que dichos medicamentos ya estaban agotados en el
hospital, y que le suministrarían otros parecidos con el fin de evitar
cualquier recaída. ¿Quiénes son los responsables? ¿Por qué NO hay medicamentos?
Es falso que se haya atendido la emergencia.
Se acumulan
reclamos exactamente iguales en Yucatán, Veracruz, Guerrero y más. El
Presidente no cambia su discurso, el desabasto es resultado de la corrupción de
gobiernos anteriores y la semana pasada el gobierno federal ha decidido
permitir la importación de medicamentos, cuenten o no con registro sanitario en
México, para evitar el desabasto en el sistema de Salud, ¿servirá esta salida?
La crisis del desabasto debe seguir en la agenda nacional, “la vida de nuestros
hijos no espera”, repiten los padres y es algo que debería tener enmarcado el
Presidente en su oficina de Palacio Nacional.
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