Darío Celis.
La luna de
miel de Andrés Manuel López Obrador y la cúpula del sector privado empezó a
romperse el 8 de marzo, cuando miles de mujeres salieron a la calle a
manifestarse contra la violencia de género.
Y el cántaro
de la confianza terminó por romperse cuando Carlos Salazar Lomelín presionó y
exhibió la cerrazón de Manuel Bartlett, Rocío Nahle y Octavio Romero para abrir
el sector energético.
Hubo otros
muchos detalles que molestaron mucho en Palacio Nacional, como la beligerancia
política de Gustavo de Hoyos, presidente de Coparmex y sus aspiraciones al
gobierno de Baja California.
También cayó
mal en la 4T el guiño que el PRI y PAN de Monterrey hicieron al mismo Salazar,
presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), para buscar la
gubernatura de Nuevo León.
Las hordas
más radicales del nuevo régimen vieron mal al sector empresarial del país,
porque dos de sus más distinguidos miembros, más que velar por el interés
colectivo, estaban haciendo política.
Después de
la marcha de las mujeres, entre las huestes de López Obrador había el
convencimiento de que atrás de la convocatoria nacional estuvieron los
organismos empresariales.
De hecho,
muchas miradas de Palacio Nacional voltearon a la Sultana del Norte, a los
corporativos de esa ciudad y, en particular, a José Antonio Fernández Carvajal,
El Diablo, mandamás del Grupo FEMSA.
En las
últimas comidas donde se daban los toques finales para la estructuración del
paquete de proyectos energéticos, que por ciento ya nunca salió a la luz
pública, el Presidente pidió una pausa.
El Ejecutivo
solicitó a sus comensales Salazar y Antonio del Valle Perochena, presidente del
Consejo Mexicano de Negocios, dos semanas para platicar con Nahle, Bartlett y
Romero.
Pero Salazar
organizó una conferencia de prensa y estuvo presionando a través de los
organismos empresariales para que se abriera el sector energético antes de que
se lograra el consenso con los duros y radicales. Eso se interpretó como una
ruptura de acuerdos.
López
Obrador rompió relaciones con los grandes empresarios durante su campaña. Por
ello, cuando resultó presidente electo, la cúpula privada puso a Salazar y a
Del Valle como interlocutores.
Pero, dicen
en Palacio Nacional, a todo lo anterior, a Salazar además se le salieron de
control sus más radicales agremiados, pidiendo desconocer de plano al
tabasqueño.
Por eso éste
le terminó cerrando la puerta y la interlocución.
SON 23
PROYECTOS de energías limpias que implican inversiones por arriba de 6 mil
millones de dólares los que están en riesgo de perderse con el nuevo acuerdo de
la Secretaría de Energía, a cargo de Rocío Nahle. Este lunes el juez federal Rodrigo
de la Peza otorgó siete suspensiones definitivas. Pero ayer mismo el Centro
Nacional de Control de Energía, que lleva Alfonso Morcos, advirtió que
impugnará las decisiones judiciales. Viene una larga batalla que terminará en
la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que preside Arturo Zaldívar. Los
generadores de energías eólicas y solares están preparando una demanda
colectiva de repercusión internacional. El despacho Galicia Abogados, de Manuel
Galicia, los asesora y acompaña en esa ruta.
QUIEN
QUEDA EN la línea de fuego en Walmart tras el descalabro que le significó
pagarle al SAT más de 8 mil millones de pesos, es Alberto Sepúlveda. El
vicepresidente ejecutivo y director general legal lideró la estrategia que derivó
en el enfrentamiento con la 4T y finalmente el desembolso al organismo de
Raquel Buenrostro. Peor todavía para el exabogado de White & Case, porque
además operó hace seis años la venta de los restaurantes Vips a Grupo Alsea.
Para tal fin fichó a Rico, Robles, Libenson, de Juan Pablo Rico, Gustavo Robles
e Ivan Libenson, que nació del pleito de Sepúlveda con Vicente Corta y su
posterior salida del afamado despacho neoyorquino, al igual que aquéllos,
quienes manejaron la malograda venta a los hermanos Cosme y Alberto Torrado.
LA QUE ESTÁ
resurgiendo fuerte con todo el respaldo de la 4T es ICA, que dirige Guadalupe
Phillips. Más allá de los contratos que Pemex que maneja Octavio Romero le dio
en la refinería de Dos Bocas, o el Fonatur a cargo de Rogelio Jiménez Pons para
el Tren Maya o la SCT de Javier Jiménez Espriú para la rehabilitación de áreas
del aeropuerto de la Ciudad de México, la constructora se ha capitalizado con
la desinversión de activos. Justo previo a la entrada en vigor de la
declaratoria de emergencia sanitaria entraron a la caja de la constructora que
tiene de accionista principal a David Martínez cerca de 3 mil millones de pesos
por la venta de su participación en Operadora de Vías Terrestres al fideicoimiso
EXI, que encabeza Mario Gabriel Budebo.
LE HABLABA
AYER del debilitamiento progresivo que se vive en la Comisión Nacional Bancaria
y de Valores (CNBV). Además de la supervisión bancaria, con tres de sus
vicepresidentes en la mira ya del presidente del organismo, Juan Pablo Graff,
está la supervisión bursátil a cago de Itzel Moreno. La falta de rigor se hizo
más patente en el último mes, y no tiene que ver gran cosa todavía con el
impacto del Covid-19 en las empresas. Al menos cuatro no pudieron pagar
vencimientos de intereses de sus respectivos certificados bursátiles. Apunte a
Radio Centro que comanda Juan Aguirre Abdó, GICSA de Abraham Cababié, Axo que
dirige Alberto Fasja y y CADU de Pedro Vaca. Todos cayeron en default.
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