Martín Moreno.
Marzo de 2014.
A siete meses de que la Reforma Energética había sido
aprobada, el entonces director general de Pemex, Emilio Lozoya, dijo ante diputados,
tajante:
“El gobierno de la República jamás prometió que el precio de
las gasolinas bajar (ía)”.
Con esa frase
inequívoca, desalentadora, Lozoya desmentía así a su jefe, el Presidente de la
República, y a su compañero de gabinete, el Secretario de Economía.
Sin embargo, la
decepción de mayor impacto fue para los bolsillos de millones, que vieron
esfumada su ilusión de comprar gasolina a precio menor. Sí, como la que Pemex
vende en Estados Unidos.
Por ello, la pregunta que hoy corre en las bocas de los
mexicanos – con el litro de gasolina Magna ($14.00 prácticamente) y Premium
($14.81), que son las de mayor consumo nacional-, es: ¿Prometieron realmente Peña Nieto y su gobierno, gasolina más barata en
México de aprobarse la Reforma Energética?
La respuesta es: sí,
lo prometieron. Y no cumplieron.
Se burlaron de
millones de mexicanos que otorgaron, en su momento, el beneficio de la duda
ante la promesa de los priistas que regresaban al poder presidencial: si se
aprueba la Reforma Energética, habrá combustibles a menor precio: gasolina, gas
y electricidad.
Pero nada. Fue una
burla. Otra astracanada más.
Tengamos memoria. Y archivos periodísticos.
Aquí, las pruebas de la mentira energética:
El primer planteamiento para reducir el costo de las
gasolinas fue hecho por el candidato del PRI a la presidencia, Enrique Peña
Nieto, durante el primer debate entre candidatos. Fue la noche del 6 de mayo de
2012. Y fue la propuesta número 16 de 23 leídas por EPN. Textual: “Bajar el
precio a combustibles y hacerlos menos contaminantes”.
(Nota: sólo hay dos tipos de combustibles producidos por
Pemex: gasolinas y gas. En las gasolinas se incluye la gasolina, el diésel y la
turbosina, mientras que en el gas están el gas LP y el gas natural. Por lo
cual, hablar de reducir el precio de los combustibles implica forzosamente una
reducción de gasolinas y gas. Referirse a combustible en singular sólo se
refería a uno de ellos: gasolina o gas. Pero la palabra que se usó fue en
plural, lo cual forzosamente indica que se trata de gasolina y gas, precisa el
director del blogdeizquierda.com, Víctor Hernández. 9/VI/2014).
Allí quedó registrada, sin duda, la primera oferta formal de
reducir el precio de las gasolinas. Pero hubo otros antecedentes.
El 11 de junio de 2013, la corresponsal de El Universal en
Hidalgo, Dinorath Mota López, publicó en ese diario:
“El Secretario de
Economía, Ildefonso Guajardo Villarreal, sostuvo que para bajar el precio de
los combustibles como la gasolina, es necesaria la reforma Energética ya que
permitirá a Pemex y a CFE ser empresas de mayor eficiencia.
“Señaló la
importancia de la reforma ya que, dijo, sólo así se podrá contar con mejores
combustibles”.
(Nota: Guajardo se refirió a Pemex, con lo cual involucraba
tanto precios como eficiencia en cuanto a la gasolina).
Y otra más:
El 12 de agosto de 2013, al presentar su propuesta de
Reforma Energética, el Presidente Peña Nieto declaró, de acuerdo a la nota del
reportero Francisco Reséndiz en El Universal, lo siguiente:
“Puso énfasis en que
el objetivo es que la industria petrolera vuelva a ser motor del crecimiento
económico de México, al tiempo de que las tarifas domésticas de gas y
electricidad así como el precio de las gasolinas se reduzcan”.
Tanto Peña Nieto candidato, y ya como Presidente de México,
apuntalado con las declaraciones del secretario de Economía, prometían gasolina
más barata a cambio de la Reforma Energética. Allí están sus palabras. El
gobierno ni las desmintió ni las refutó en su momento.
El pez por su propia boca muere.
Fue un embuste la oferta. ¿Por qué?
Si bien en enero de 2016 se registró un ligero (apenas
insinuado) descenso en el precio de las gasolinas – 41 centavos por litro en la
Magna; 40 centavos en la Premium, y 43 centavos en Diesel-, este fenómeno
solamente fue durante dos meses: enero y febrero. Duró un suspiro.
El jueves 25 de febrero de 2016, la secretaría de Hacienda
publicó, mediante el Diario Oficial de la Federación, que los precios de las
gasolinas únicamente podrán variar, al alza o a la baja, un 3 por ciento
respecto del precio observado en 2015. ¿A cuánto equivaldría, de darse ese 3%
de reducción? Si prácticamente el costo promedio redondeado del litro de Magna
y de Premium es ya de 14 pesos, entonces la “disminución” sería de… ¡42
centavos!, los cuales se evaporan al no representar una baja de impacto para el
poder adquisitivo.
Aún más:
Al cierre del primer año del gobierno de Peña Nieto (2013),
el litro de gasolina Magna valía $12.13; el de Premium, $12.69; el de Diesel,
$12.49.
A finales de este 2016, los precios son:
Magna: $13.98 pesos
litro.
Premium: $14.81
Diesel: $14.45
Gasolina más cara en
este sexenio, a pesar de las promesas de Peña Nieto.
La mentira ha sido
una constante durante el gobierno de Peña Nieto. La falta de transparencia ha
marcado a su sexenio. La opacidad es su divisa.
Hoy, el gobierno
contempla ya nuevos aumentos a las gasolinas, que podrían alcanzar los… ¡17
pesos promedio por litro en 2017! Un agujero más grande en los bolsillos de los
mexicanos.
Sigan votando por ellos.
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