Todos recordamos a Las Juanitas, esas 10 diputadas del PRI,
PRD y PVEM que, en 2009, renunciaron a su puesto después de haber sido
instaladas en San Lázaro, y que de hecho accedieron al cargo con el voto de los
ciudadanos sólo para dejarlo a sus maridos o a su padrino político.
Tampoco olvidamos a la presidenta municipal de Chenalhó,
Chiapas, Rosa Pérez, quien tuvo que renunciar al cargo después de que
secuestraron a dos diputados y fue reinstalada por el Tribunal Electoral.
Pero éstos han sido sólo algunos casos sonados. Lo que se
conoce como violencia política contra las mujeres es una práctica que se
mantiene vigente en la actualidad, es por ello que algunas diputadas buscan
crear el observatorio contra la violencia política.
En él participarán políticas de distintos partidos, así como
gente de la sociedad civil y la academia, explica la diputada Eloísa Talavera,
quien subraya como un punto muy importante la participación de académicas para
tener una mejor defensa frente a las autoridades electorales.
La diputada vivió en carne propia la violencia política en
su natal Baja California, cuando intentó ser candidata a la alcaldía de
Ensenada y su partido no cumplió con la paridad horizontal, cuando la ley
establece que en los estados con municipios nones, la mitad más uno debe ser
para mujeres.
Es por ello que legisladoras de distintos partidos buscan
crear este observatorio, que les permitirá luchar legalmente contra este tipo
de violencia, ya que a pesar de que la ley da paridad en las candidaturas,
todavía hay barreras intangibles que se tienen que romper.
Una de ellas es el financiamiento privado, que se ha
convertido en muchos partidos en una razón ante las mujeres para no darles las
candidaturas, comentó la diputada panista.
Y el otro grave problema es que en muchas ocasiones lo que
hacen los políticos es repetir el caso de Las Juanitas.
La Fepade registró 141 casos de violencia política de género
durante 2015 y 2016.
Pero también hay violencia política contra los hombres y un
ejemplo claro de ellos fue el caso de Rafael Acosta, Juanito, quien tuvo que
cederle el lugar a Clara Brugada en la delegación Iztapalapa.
Y esta violencia en muchos casos ha llegado a la muerte. De
acuerdo con un reporte de Integralia, la violencia dejó 30 candidatos muertos
de 2008 a 2015.
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