Por Mariana
León.
Aunque la
directora del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), María Elena
Álvarez-Buylla, reconoció que existe un recorte de los recursos que se les
daban a los 27 centros de investigación, pidió mayores medidas de austeridad.
Dijo que
si es posible hacerlo en las oficinas del Conacyt, también se puede hacer en
estos centros.
Acusó que
existen elefantes blancos y nóminas paralelas que operan en algunos de estos
centros, que los investigadores que se han quejado de los menores recursos no
han denunciado.
“He
estado ya platicando con cada uno de ellos en reuniones que hemos sostenido,
todo el grupo de directores de los centros públicos de investigación, para
asegurarles que, viendo cuáles son sus ejercicios de austeridad, cuáles son sus
necesidades, también sus déficit, que déjenme decirles los heredamos del
régimen pasado, cuáles son las condiciones de precariedad de estas nóminas
paralelas, a veces en algunos centros tenemos más de 200 abogados en despachos
que están encargados ahí de trabajar en conjunto con los centros públicos de
investigación, hay mucho que ordenar, hay mucho que revisar”, aseguró Álvarez-Buylla.
Agregó que “nos
dejaron ahí varios pasivos en términos, ya sea construcciones a manera de
elefantes blancos o construcciones a medias; todo esto también implica un reto,
de esto no han hablado demasiado algunos de estos directores de los centros
públicos de investigación, pero estaremos dando a los medios también una lista
pormenorizada de todos estos pasivos, qué implica, con mucha responsabilidad de
estudiar cómo es que lo que vamos a aprovechar y a rescatar, que dejen de ser
pasivos para pasar a ser una infraestructura activamente útil para la nación”.
La
investigadora también acusó a la iniciativa privada de ser la beneficiaria
final de los fondos que fueron transferidos al organismo de 2013 a 2018.
Presentó una
gráfica donde se muestra que casi 50 por ciento fueron transferidos a sector
privado, es decir 35 mil 175 millones de pesos.
“Estos 35
mil 175 millones de pesos corresponden a más de 31 mil millones directamente
transferidos de Conacyt a entidades privadas, y el resto son transferencias
indirectas. El Consejo se los transfirió a algunas paraestatales, incluyendo
instituciones como el Instituto Mexicano del Petróleo o los propios centros
públicos de investigación coordinados por el Conacyt, y estos a su vez los
transfirieron a entidades privadas”, explicó la funcionaria, ayer, en la conferencia de prensa en
Palacio Nacional.
“Esta
transferencia de recursos públicos de la cabeza del sector al sector privado se
justificó en el sexenio pasado y en sexenios anteriores por el hecho de que se
argumentaba que se estaba incentivando la innovación (...) Esto parecería que
implicó una mejoría en términos de innovación. Sin embargo, es muy preocupante
ver que cuando vemos la eficiencia de innovación, no solamente se mantuvo
igual, sino que bajó y bajó muchos más lugares, más del doble de los lugares
que aumentó en términos de la inversión, que en este caso le llamamos gasto,
porque si al gastar más la eficiencia baja, algo está sucediendo. Esto nos
sugiere que hay una fuga, una fuga de recursos importantes o inclusive algo más
activo de una fuga, porque es muchísimo dinero el que se transfirió del Conacyt
en el sexenio pasado a iniciativa privada que ni siquiera logró aumentar la
eficiencia de innovación”
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