La
compañía WhatsApp, propiedad de Facebook, presentó una demanda este martes en
un tribunal federal de California contra el fabricante israelí de vigilancia
móvil NSO Group por haber interferido su aplicación de mensajería móvil con
fines de espionaje a activistas de más de una veintena de países, incluido
México.
El recurso
legal señala que NSO desarrolló un programa infeccioso (malware), conocido
como Pegasus, para acceder a los mensajes y otras comunicaciones después de que
fueron descifrados en los dispositivos afectados.
“Los
usuarios objetivo (que fueron blanco del ataque) tenían números de WhatsApp con
códigos de países de varios países, incluidos el Reino de Bahrein, los Emiratos
Árabes Unidos y México”, refiere el texto de la demanda.
El ataque
perpetrado funcionó explotando una vulnerabilidad de llamadas de audio en
WhatsApp, descubierta en mayo y la cual ya fue reparada.
“Puede
parecer que los usuarios reciben una llamada ordinaria, pero el malware
infectaría silenciosamente el dispositivo con un programa espía, dando a los
atacantes acceso completo al dispositivo”, explica una nota del sitio TechCrunch.
En
algunos casos, sucedió tan rápido que el teléfono de la persona atacada puede
no haber sonado en absoluto, añade.
Debido a
que WhatsApp está encriptada de extremo a extremo, es casi imposible acceder a
los mensajes mientras atraviesan Internet. “Pero en los últimos años, los
gobiernos y las compañías de software espía móviles han comenzado a apuntar a
los dispositivos donde se enviaron o recibieron los mensajes”, señala la nota.
Después de
presentar la demanda, el jefe de WhatsApp, Will Cathcart, publicó un
artículo en The Washington Post en el que destaca que, si bien se trató de un
ataque “altamente sofisticado, sus intentos de cubrir sus huellas no fueron del
todo exitosos”.
NSO
emitió un comunicado en el que señala que, “en los términos más enérgicos
posibles”, disputará las acusaciones y luchará enérgicamente contra ellas”.
“El único
propósito de NSO es proporcionar tecnología a las agencias de inteligencia y de
aplicación de la ley del gobierno con licencia para ayudarlos a combatir el
terrorismo y los delitos graves. Nuestra tecnología no está diseñada ni
autorizada para su uso contra activistas de derechos humanos y periodistas. Ha
ayudado a salvar miles de vidas en los últimos años”, destaca.
“La
verdad es que las plataformas fuertemente encriptadas a menudo son utilizadas
por redes de pedófilos, narcotraficantes y terroristas para proteger su
actividad criminal. Las tecnologías de NSO proporcionan soluciones proporcionales
y legales a este problema”, argumentan.
“Consideramos
que cualquier otro uso de nuestros productos que no sea para prevenir delitos
graves y terrorismo es un mal uso, que está prohibido por contrato. Tomamos
medidas si detectamos algún mal uso.
“Esta
tecnología se basa en la protección de los derechos humanos, incluido el
derecho a la vida, la seguridad y la integridad corporal, y es por eso que
hemos buscado la alineación con los principios rectores de las Naciones Unidas
sobre las empresas y los derechos humanos, para asegurarnos de que nuestros
productos respeten todos los derechos humanos fundamentales”, señala NSO.
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