Salvador
Camarena.
El primo de
un amigo contaba que cuando los parientes de un lado de su familia bebían,
todos decían que “andaban contentos”, pero cuando los familiares pobres eran
los briagos, entonces sin más se decía que estos andaban “tomados”. O no es lo
mismo que lo mesmo.
Me acordé
del primo de un amigo al leer que Diego Fernández de Cevallos no pagaba el
predial de un rancho en Querétaro desde 1993 y que la deuda ascendería a casi
mil millones de pesos.
La nota
surgió ha semanas. Diego, un millonario conocido, debía mucho de predial.
¿Alguien tan visible, que en estos 26 años ha sido protagonista de escándalos y
tragedias, que fue senador de la República e incluso presidente de la Cámara
Alta, resultaba un vulgar deudor de cientos de millones de pesos en predial?
Parece
que sí. Que tan sí, que ya ha acordado con el presidente municipal de Colón,
municipio de Querétaro donde se asienta el rancho de marras, que pagaría sólo
lo correspondiente a los últimos años, cosa que está permitida en la ley, una
ley como cualquier otra, como las que solía hacer el exlegislador Diego
Fernández de Cevallos.
Al final del
cuento, don Diego ya pagó: Notimex reportó este lunes que el adeudo de 984
millones terminó en un pago de 12.7 millones. Es decir que sólo entregó al
ayuntamiento 1.3% del monto originalmente reportado. Todo legal, insisto. Él
dice que el ayuntamiento calculó mal y que lo denuncien e investiguen.
Diego el
deudor de casi mil millones de pesos en predial es, entonces, un “contento”.
¿Quiénes son los “tomados”?
Pues preguntemos
al propio Fernández de Cevallos. Más bien citemos sus palabras. El 20 de mayo
pasado, en ocasión del anuncio del presidente Andrés Manuel López Obrado, de
condonar el pago de la luz en Tabasco, Don Diego le dijo a Azucena Uresti,
pues que no se valía condonar:
En el
video de esa charla se puede apreciar que Fernández de Cevallos –entonces
ignorábamos sus pendientes en predial– dice que López Obrador es “el más grande
violador de la ley” y cuando le preguntaban sobre la condonación de impuestos a
grandes empresas, él prefiere recordar que Andrés Manuel decidió el perdón a
deudores de electricidad en Tabasco: “Pudieron haberse cometido muchos abusos, pero el último
lo está cometiendo él. ¿Cuándo? Cuando le quita una deuda de 11 mil millones de
pesos a los que no pagaron la luz en Texcoco (sic), y esa cuenta la pagamos
todos porque es un quebranto para la Comisión (Federal de Electricidad) que se
suscitó porque él, siendo un luchador social, les dijo que ‘en rebeldía contra
el mal gobierno’ no pagaran y ahora ya no es formalmente luchador social,
aunque sigue en su misma dinámica, ahora les dice ‘aquí no pasó nada’. Esa es
una violación a la ley y eso también debería ser motivo de sanción y una
responsabilidad”.
https://www.youtube.com/watch?v=hz9_C17t3C4&t=14s
Así que, si
aplicáramos la regla familiar del primo de un amigo, esos tabasqueño serían los
“tomados”: también debían, también se les perdonó, mediante un decreto
presidencial, pero a ojos de Don Diego, el contento, eso está muy mal.
Hay otro
Diego, uno que con razón le dijo (mayo 2017) a Jaime Sánchez Susarrey que
“hacemos las leyes para no cumplirlas” y que “los ciudadanos, ricos o pobres,
fundamentalmente somos acreedores de México, no deudores, y por eso cada quien,
el rico pide más y el de abajo, aunque sean dádivas, pero todo mundo exigiendo
del gobierno”. https://www.youtube.com/watch?v=9VITpX2g2f4
Propongo que
cuando piche el gobierno, cuando ricos y pobres “bebamos” gratis los perdones
legales, nos digamos sin distingos que andamos contentos. Pero quizá vernos
como iguales en este país sea más difícil que lograr que todo mundo paguemos
las contribuciones obligadas sin esperar prórrogas o quitas. Quién sabe.
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