Enrique
Galván Ochoa.
En la breve
audiencia de ayer en Dallas, Genaro García Luna no salió libre bajo fianza. Con
el uniforme naranja de los reos, esposado de pies y manos, se encerró en el
silencio. Así lo describe en Twitter la periodista Wendy Selene Pérez
(@wendyselene):
“García Luna
necesitó traductor. Tenía la espalda erguida. Cuando saludó al magistrado David
L. Horan hizo reverencia y le dijo: Buenas tardes, señor. El magistrado le
preguntó a García Luna si entendía lo que estaba pasando, que la intención del
gobierno de Estados Unidos era trasladarlo a Nueva York. Él volvió a mover la
cabeza y respondió: Sí, señor, muchas gracias. El magistrado le volvió a
preguntar si tenía alguna objeción con que lo trasladaran a Nueva York, que si
tenía alguna pregunta. García Luna, de pie, custodiado por dos guardias por la
espalda y uno de frente, le respondió: No, gracias, señor. Absoluto hermetismo.
Si tiene en mente decir algo, lo hará ante la corte del distrito este de
Brooklyn.
El juez
Brian Cogan (el mismo que dio prisión perpetua a El Chapo) le preguntará si se
declara culpable o inocente. Puede responder con palabras o sumirse en el
silencio como lo hizo El Chapo. No lo golpearán ni le darán un tehuacanazo o
una descarga eléctrica en los testículos, como acostumbraba hacer impunemente
la Policía Federal de la cual fue jefe. Algunos personajes tanto de Estados
Unidos como de México quisieran que su silencio fuera eterno. (En las cárceles
de Estados Unidos, aun las más vigiladas, también ocurren suicidios, como
sucedió recientemente con el magnate Jeffrey Epstein, acusado de estar
implicado en una trama de abusos y explotación sexual de menores; se ahorcó en
su celda.) García Luna deberá sopesar en los largos días y noches que siguen
qué debe hacer. La periodista Wendy Selene Pérez añade estas dos estampas a su
narración. García Luna estaba afeitado, cabello bien recortado de lado. Los
menos de 10 minutos que duró la audiencia tuvo los dedos de las manos
entrelazados, la cadena colgándole desde la cintura. Estaba nervioso,
pestañeaba. En la audiencia estaban su esposa Pereyra y dos hijos adolescentes.
Al finalizar, García Luna volteó hacia ellos y con la palma izquierda de la
mano se golpeó el pecho y les sonrió. La esposa dijo que no ha hablado con él
desde su detención. Su esposa es Linda Cristina Pereyra y sus dos hijos, Genaro
y Luna. El reo conoce la falta de escrúpulos de sus amigos y antiguos
protectores. Sobra decir que brillaron por su ausencia Fox, Calderón, decenas
de gobernadores, senadores y diputados, así como prominentes empresarios con
los que se relacionó los años en que estuvo en la cima.
Alza de
impuestos en CDMX.
El
compromiso de no subir impuestos es del gobierno federal, no de los gobiernos
locales o al menos así lo interpreta el Congreso de la Ciudad de México. Aprobó
la propuesta del gobierno local de incrementar para 2020 el impuesto predial,
las bebidas alcohólicas y los juegos de azar, y también a apps de hospedaje
como Airbnb. Espera recaudar más de mil millones de pesos. Así que prepárense
capitalinos a recibir el nuevo año bajo un chubasco de impuestos. Desde luego
también lloverán los amparos, en particular por el impuesto predial.
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