Dolia
Estévez.
Si bien
Trump desde los albores de su presidencia ha estado tentado a usar el poderío
militar estadounidense contra los carteles mexicanos, bajo la premisa de que el
Gobierno de México no puede con ellos, su reciente declaración de que va a
etiquetarlos como grupos terroristas, lo que permitiría activar el uso de la
fuerza, provocó el fuerte rechazo de México.
“Extranjeros
armados no pueden intervenir en nuestro territorio”, dijo López Obrador en la
mañanera del viernes. En el “remoto caso” de que Trump buscará intervenir
militarmente para combatir al crimen organizado, “México recurrirá a las leyes
internacionales”, advirtió. AMLO consideró “improbable” que Trump vaya tan
lejos.
Marcelo
Ebrard adelantó que el Procurador, William Barr, visitará la Ciudad de México
esta semana para hablar sobre las intenciones de Trump.
No está
claro si, como dijo Trump en la entrevista con el antimexicano Bill O´Reilly,
el tramite para designarlos se inició hace tres meses. Nadie en esta capital
parece saber de qué está hablando el Presidente. El Departamento de Estado, a
cargo de elaborar el listado de Organizaciones Terroristas Internacionales
(ITO), bajo la Ley de Inmigración de 1965, declinó comentar.
Para que
sean incluidos en el listado, el Departamento de Estado, en colaboración con
los departamentos de Justicia y Tesoro, debe evaluar si los carteles cumplen el
criterio jurídico en la legislación. De ser así, el Departamento de Estado
procede a notificar al Congreso su intención. El Congreso, a la vez, cuenta con
un período de siete días para revisarla, al cabo del cual se publica en el
diario oficial. El trámite tarda entre seis meses y un año.
Para ser
etiquetados, los
grupos deben ser entidades extranjeras que realizan actividades terroristas y
amenazan la seguridad de ciudadanos estadounidenses y de Estados Unidos. Trump
considera que los carteles mexicanos llenan el requisito, ya que, según dijo en
la entrevista con O’Reilley, son responsables de la muerte de 100 mil
drogadictos estadounidenses al año. Una aseveración infundada.
La
designación autoriza al Gobierno estadounidense a imponer una serie de
sanciones contra los grupos como confiscar y bloquear sus finanzas, prohibir a
empresas comerciales y a personas morales darles apoyo material, además de
impedir el ingreso de sus miembros a Estados Unidos
También autoriza
el uso de medios más agresivos de combate bajo la Ley sobre el Uso de la Fuerza
Militar aprobada en 2001 para confrontar a los atacantes del 11 de septiembre.
Dicho de otra manera, la designación puede servir de justificación para
intervenir unilateralmente sin la autorización explícita del Congreso en países
donde existen grupos catalogados de terroristas.
Actualmente
hay 68 grupos que han sido designados como terroristas. La mayoría son
islámicos y la minoría agrupaciones políticas e ideológicas. Entre estas
destacan ETA de España, el ELN y las FARC de Colombia, el Frente Popular para
la Liberación de Palestina, Sendero Luminoso del Perú y grupos separatistas
irlandeses.
Los
mexicanos serían los primeros carteles del narcotráfico en aparecer en el
listado terrorista. Jason Blazakis, ex director de la Oficina de Finanzas,
Contraterrorismo y Designaciones del Departamento de Estado, considera que, si
bien los carteles mexicanos cumplen en general la definición legal para ser
designados, hacerlo abre la puerta para incluir a muchos otros grupos y diluir
la atención en las amenazas del extremismo internacional que buscó el Congreso
en 2001. “Por así decirlo, la lista terrorista se vuelve menos una lista de
terroristas” (The New York Times 28/11/2019).
Debido a
las severas consecuencias económicas, comerciales, financieras, políticas, de
seguridad y culturales que la medida tendría en las relaciones con México,
coincido en que es poco probable que Trump vaya a cumplir su amenaza. Más bien
creo que fue algo que se sacó de la manga para quedar bien con O’Reilly quien,
cabe señalar, lo indujo a responder como respondió cuando le preguntó por qué
no ha designado a los carteles mexicanos siendo que Estados Unidos declara la
guerra y usa drones en situaciones menos sanguinarias.
Es
difícil saber a ciencia cierta las intenciones de Trump. Sabido es que no
consulta o piensa antes de hablar. Todo lo que dice obedece a intereses
políticos o personales. Habla por instinto. Es impulsivo. Dice lo que cree
quieren oír sus seguidores y la cadena Fox. Sea como sea, sirvió para enviar
mensaje a México: Si no quieren que intervengamos, reduzcan la violencia y la
inseguridad. Muestren resultados.
El
Gobierno de Trump y el Capitolio han expresado reiteradamente su inconformidad
por la ausencia de una estrategia integral y coherente que haga frente a la
creciente amenaza del crimen organizado. La situación de inseguridad y el
número de homicidios en México está peor ahora que antes. La masacre de mujeres
y niños mormones en Sonora es sólo el ejemplo más descarnado de lo que ocurre
diariamente. Muchos atribuyen el fracaso a la política de “abrazos no balazos”
de AMLO.
El
temerario amago de Trump pondrá presión al Gobierno de López Obrador para
forzarlo a dar un golpe de timón que lleve a una mayor cooperación con las
agencias policiacas, de inteligencia y militares de Estados Unidos. A eso va
Barr a México.
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