miércoles, 4 de diciembre de 2019

Divide al Senado el outsourcing - La corrupción en el gobierno de Bonilla.


Enrique Galván Ochoa.

Ricardo Monreal está tratando de amarrar apoyos del sector privado para una probable candidatura. Piensa en la Presidencia, según sus allegados. Recientemente tumbó una decisión de la Cámara de Diputados sobre los automóviles chocolates. Ya habían acordado los diputados que se abriría un periodo de discusión con las partes interesadas con miras a regularizar alrededor de 8 millones de vehículos. Se opuso el sector empresarial. Desde el Senado, Monreal descarriló el acuerdo y le dejó la decisión –y el problema– a López Obrador. Le quedaron agradecidos los directivos del Consejo Coordinador Empresarial y las asociaciones de la industria automotriz. Ayer Monreal torpedeó un dictamen sobre el outsourcing. Se trataba de reformar el esquema que hasta hoy ha sido utilizado por empresas para abusar de los trabajadores y eludir el pago de impuestos y cuotas del IMSS e Infonavit, según el autor del proyecto, Napoleón Gómez Urrutia. El dictamen ya había sido aprobado por los senadores de Morena, PES y PT en las Comisiones Unidas del Trabajo y Estudios Legislativos II. Sin embargo, Monreal, desde la Junta de Coordinación Política, con el aval de PAN, PRI, PRD y Verde, dio instrucciones de congelar el dictamen y, en su lugar, llamar a los sectores interesados a lo que se llama parlamento abierto. (También conocido como parlamento muerto.) Ganó Monreal más puntos con el Consejo Coordinador Empresarial, y ojo, coincidió con Gustavo de Hoyos, presidente de la Coparmex, uno de los críticos más agrios de la 4T.

Bonillazo, corrupción.

La historia de corrupción en el gobierno de Jaime Bonilla Valdez en Baja California comenzó a develarse a las dos de la tarde del 27 de septiembre de 2019, 36 días antes de que tomara posesión de la administración pública del Estado, escribe la periodista Adela Navarro, directora del semanario Zeta de Tijuana. Y añade: Una camioneta con matrícula G7FJ276 fue detenida para revisión en el retén militar de la Laguna Salada, a la salida de Mexicali. El chofer dijo a los soldados que llevaba 100 mil pesos en efectivo. Inmediatamente los elementos del Ejército Mexicano lo aseguraron para una inspección a detalle y encontraron más. En total llevaba 2 millones de pesos en efectivo dentro de un maletín, y 600 mil dólares en un lugar oculto de la camioneta. El joven se identificó. Dijo llamarse Einar André Hernández Garza y se ostentó como secretario particular de Cynthia Gissel García Soberanes, quien informó, sería la próxima secretaria de Bienestar en el gobierno de Jaime Bonilla Valdez. El dinero, justificó, era del primer gobierno surgido de Morena en Baja California. Presuntamente estaba relacionado con el moche pagado por proveedores de desayunos para escuelas y penitenciarías. Hasta ahí la investigación de la directora de Zeta. Ayer recibió Bonilla una mala noticia: el tribunal electoral federal emitió una opinión en el sentido de que el bonillazo es inconstitucional. La Suprema Corte está reuniendo elementos para dictar una sentencia definitiva… pero faltaría que Bonilla se someta.

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