Darío Celis.
Andrés Manuel López Obrador llega a su primer año de gobierno
ciertamente con un buen nivel de aceptación entre la población, pero con claros
signos de debilitamiento.
Su lado flaco no es en sí él, sino el trabajo de gabinete de
sus colaboradores, que demuestran malos resultados en los planos económico y de
seguridad; es decir, de administración pública, pues.
En el saque del segundo año de su gobierno, el de la cuarta
transformación, ya no hay margen para errores atribuidos a la curva de
aprendizaje: en lo sucesivo veremos voluntad o no para crecer.
AMLO tendrá que decidir entre seguir siendo el candidato
activista en campaña o el estadista por el que votaron 30 millones de
mexicanos. El que le echa la culpa al pasado o el que mira adelante.
La respuesta va a estar en un obligado cambio en los miembros
de su gabinete y las decisiones de política pública que promoverá en los
próximos días. Si persiste en su misma narrativa, no tiene remedio.
Al presidente poco le ayudan los 'ultras', los medios
comunistas que siguen creyendo en el Estado como único benefactor económico,
resentidos con el capital privado y hasta con la modernidad.
Muchos ocupan posiciones en el gabinete: Rocío Nahle en
Energía, Eréndira Sandoval en la Función Pública, Graciela Márquez en Economía
o Luisa María Alcalde en el Trabajo.
Lo preocupante es que la lista de los radicales es más
extensa: Román Meyer en Desarrollo Agrario Territorial y Urbano, María Luisa
Albores en Bienestar, Víctor Toledo en Medio Ambiente.
López Obrador cuenta con un staff mucho más moderado que no
ha logrado contener la fuerza de aquéllos, que se han ido imponiendo en temas
cruciales para la agenda nacional.
Alfonso Romo, jefe de la Oficina de la Presidencia; Julio
Scherer, consejero jurídico, y Lázaro Cárdenas Batel, coordinador de asesores
de la Presidencia, encabezan el ala moderada.
Ese grupo va en línea con secretarios como Marcelo Ebrard, de
Relaciones Exteriores; Arturo Herrera, de Hacienda; Javier Jiménez Espriú, de
Comunicaciones y Víctor Villalobos, de Agricultura.
Funcionarios menores, pero que se mueven como secretarios y
acuerdan directamente con AMLO, para bien o para mal, la oficial mayor y el
titular de la Unidad de Inteligencia Financiera de Hacienda.
Raquel Buenrostro y Santiago Nieto están por encima de su
jefe jerárquico, Herrera, y generan preocupación entre los 'técnicos' por el
cada vez mayor poder que el presidente les confiere.
El Consejo Coordinador Empresarial, que lidera Carlos
Salazar, y el Consejo Mexicano de Negocios, que encabeza Antonio del Valle
Perochena, también los observan con mucha expectación.
Otros que tratan directamente sus asuntos son Octavio Romero
en Pemex, Manuel Bartlett en la CFE, Zoé Robledo en el IMSS, Luis Antonio
Ramírez en el ISSSTE y Carlos Martínez del Infonavit.
El 2020 será campo de muchas batallas: rondas petroleras,
fracking, puertos administrados por civiles, etiquetado de alimentos, impuesto
al ahorro, deducibilidad de intereses y NAIM.
¡Felicidades por su primer año, Presidente!
Y EL GANADOR fue… ¡José Antonio García! Al final el contrato
del gobierno de la CDMX para dispersar los beneficios económicos de fin de año
a sus cerca de tres mil empleados se lo llevó Broxel, de Gustavo Gutiérrez.
García fue fichado por Gutiérrez este mismo año. Venía de Up Sí Vale, compañía
que en los últimos años ganaba sistemáticamente el contrato, gracias a los
buenos oficios de este polémico ejecutivo. La puja del viernes fue de película:
empezó a las seis de la tarde y concluyó casi a la media noche. Las huestes de
Claudia Sheinbaum tuvieron que aplicar la muerte súbita en la ronda 130 porque
Paga Todo, de Alejandro Coronado, y Up Sí Vale, ahora dirigida por Gerardo
Yépez, no cedían en las rondas. Al final las dos se descuidaron y en la última
puja, la definitoria, Broxel, que se mantenía cautelosa, se tiró al piso
ofreciendo una bonificación de 204 millones de pesos con lo que se embolsó el
negocio de 3 mil 400 millones de pesos. El contrato se ve muy castigado.
¿SE ACUERDA DEL caso de Go Gaba contra Coca-Cola? La primera
acusa a la segunda de un fraude corporativo, derivado del plagio y despojo de
la fórmula que creó el emprendedor José Antonio del Valle, bebida que nunca se
lanzó en el mercado mexicano, pero que la multinacional de Atlanta presidida por
James Quincey sí estuvo comercializando en Japón bajo la marca de Fanta Gaba.
El fiscal que lleva el caso, Edgar Pineda, para la Atención de Delitos
Financieros, ni siquiera ha llamado a declarar a ejecutivos de Coca-Cola como
el expresidente Manuel Arroyo, transferido ya a la región de Asia Pacífico, y
Jorge González-Galatea, exdirector financiero aquí, y ahora para Centroamérica
y el Caribe. Go Gaba acaba de promover una queja ante la Procuraduría General
de Justicia de la CDMX.
UNO DE LOS primeros movimientos que Amaury Vergara tendrá que
hacer una vez que murió su padre, Jorge Vergara Madrigal, es recuperar el valor
de Las Chivas Rayadas del Guadalajara. Una mala decisión de negocios la
relacionan con el manejo que de los derechos de transmisión hizo José Luis
Higuera. Este directivo, hombre de todas las confianzas del creador de
Omnilife, los fragmentó en tres contratos con TV Azteca de Ricardo Salinas,
Televisa de Emilio Azcárraga y Multimedios de Francisco González. Y después abrió
Chivas TV, que resultó toda una aventura fallida. No se descarta regresar a las
exclusividades.
EL MIÉRCOLES SE vio por el SAT al titular de la Unidad de
Política de Ingresos Tributarios de Hacienda, Francisco Arias. Se reunió con
Gerardo Fragoso, administrador Central de Planeacion y Programación de
Auditoria Fiscal Federal. Es brazo derecho de Rosalinda López, la
administradora general de Auditoría Fiscal Federal, quien ya se mueve para
relevar a Margarita Ríos-Farjat. Fragoso opera en el Senado con Carlos Merino,
delegado federal de Andrés Manuel López Obrador en Tabasco. Apoyó a Rosalinda
cuando fue candidata a alcalde de Villahermosa por el Partido Verde.
Y ESTE JUEVES se vota en el Senado a la nueva ministra de
la Suprema Corte de Justicia de la Nación, posición que dejó Eduardo Medina
Mora tras de que la Unidad de Inteligencia Financiera de Santiago Nieto
congelara sus cuentas. La pelea es entre Ana Laura Magaloni, la investigadora
del CIDE, y precisamente Margarita Ríos-Farjat, la jefa del SAT.
En el medio legislativo se asegura que la victoria va a
depender del procedimiento de votación.
La Junta de Coordinación Política, que preside Ricardo
Monreal, puede optar por sufragio secreto o abierto. Si es lo segundo, ganaría
Margarita.
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