Javier Risco.
Este país
está lleno de víctimas. Hacia cualquier lugar, en cualquier dirección y de
todas las edades. El Presidente lo sabe. Andrés Manuel López Obrador se ha
reunido con víctimas desde hace décadas, no ha dejado de recorrer el país y en
cada rincón se encuentra con reclamos, demandas e injusticias de todo tipo; los
ha escuchado y quiero pensar que a muchas de ellas las ha ayudado, ya sea como
líder social, como jefe de Gobierno, como político en campaña o como
Presidente. Sus más fieles seguidores no se cansan de decir que él es diferente
a todos los anteriores: “él sí conoce al país”; “él está cerca del pueblo, lo
escucha”; “él habla el lenguaje de la mayoría”; “él es el de los 30 millones de
votos”. Él, él, él. Con todo esto en sus espaldas, cómo cuesta trabajo entender
que haya declarado en la mañanera de antier, sobre el Movimiento por la Paz con
Justicia y Dignidad, que “pueden entrar a Palacio Nacional, van a ser
recibidos, pero no los voy a recibir yo, los va a recibir el gabinete de
seguridad, para no hacer un show, un espectáculo”. Es increíble que
desprestigie de esa manera a un movimiento que cumple una década pidiendo
justicia, nada más. No importa, interpreto esas palabras como resultado de una
discordia con una de las figuras del movimiento, el poeta Javier Sicilia; así
es el Presidente de impulsivo y a eso se expone al estar dos horas todos los
días frente a decenas de cámaras y micrófonos. Tras un año de gobierno hemos
aprendido que no todo lo que se dice en la mañanera se debe de tomar en serio,
ahí caben ocurrencias, enojos, señalamientos y una que otra verdad, pero,
insisto, tomémoslas como declaraciones desafortunadas y ya.
Lo que
debería indignarnos, lo que deberíamos reclamarle al Presidente es que, a 13
meses de su llegada al gobierno federal, mantiene el Sistema Nacional de
Atención a Víctimas (SNAV) en el completo OLVIDO. El reportaje del periodista
Arturo Ángel en el portal Animal Político, titulado “Incompleto, sin sesionar
ni operar: el Sistema para Víctimas en México a 6 años de su creación”, es
deprimente. El SNAV, cuya responsabilidad es responder, apoyar y reparar a las víctimas
en este país, simplemente NO OPERA. La última vez que reunió a instituciones y
autoridades de los tres niveles de gobierno en una sesión ordinaria fue hace
cinco años, en 2014. Hoy, las víctimas acuden a la Comisión Ejecutiva de
Atención a Víctimas (CEAV), que se ha convertido, en palabras de Jacobo Dayán,
especialista en Derecho Penal Internacional, Justicia Transicional y Derechos
Humanos, “en una comisión que es más bien una oficina asistencialista, que ha
generado una relación casi clientelar con las víctimas”. Esto sí es un fracaso,
esto sí es fallarles a las víctimas de este país.
El reportaje
apunta a una simulación: esta Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas se ha
convertido también en el lavadero de manos de todas las instituciones del
Estado –la policía, la fiscalía, los institutos de salud–, cualquier instancia
del gobierno manda a sus víctimas a esta Comisión que está rebasada, sin
recursos y a punto de morir por la burocracia y por una intención que se lee
bien en el papel, pero que no opera.
Señor
Presidente, si usted no quiere recibir a algunas víctimas porque no está
dispuesto a “hacer un show”, como usted lo ha llamado, es su decisión; lo que
no puede hacer es despreciar el Sistema Nacional de Atención a Víctimas y
olvidar a miles que esperan un proceso de reparación y de justicia, que parece
tampoco llegar con usted en la Presidencia.
(El
reportaje completo de Arturo Ángel se puede consultar aquí:
https://www.animalpolitico.com/2020/01/sistema-victimas-sin-operar-incompleto/)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario.