Julio Astillero.
En las
primeras horas del viernes recién pasado se produjeron varios actos violatorios
de derechos humanos en el estado de México. No es que en esta demarcación sea
inusual la realización de esas violaciones (por definición, provenientes de
abuso de poder de las autoridades); en realidad son frecuentes, casi
institucionalizadas, hora tras hora en esa entidad federativa de injusticia
cotidiana.
La peculiaridad
de este caso es tan lamentable como la poca difusión que a fin de cuentas ha
recibido. Resulta que quienes horas atrás habían tomado las oficinas de la
visitaduría regional de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México
(Codehm), en protesta por la violencia contra las mujeres y la virtual
impunidad sistemática de esos hechos, sufrieron un violento desalojo por parte
de elementos de la Fiscalía General del Estado de México, que dijo haber
actuado a petición de la Codehm, aunque el titular de esta comisión, Jorge
Olvera García, trató de diluir su grado de responsabilidad, al aducir que sólo
había pedido medidas precautorias a la fiscalía estatal. Olvera García, por
cierto, fue rector de la Universidad Autónoma del Estado de México y su nombre
es uno de los señalados como artífices de maniobras corruptas en el esquema
conocido como Es-tafa maestra.
A diferencia
de lo que ha sucedido en la Ciudad de México, donde un grupo de mujeres
mantiene tomadas las oficinas de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, sin
que Rosario Piedra pida medidas precautorias o se produzca alguna incursión
policiaca violenta, en el estado de México se ordenó el inmediato desalojo de
quienes se sumaban a la protesta en la capital del país y pretendían exponer la
crítica situación de las mujeres en esa entidad.
En el
desalojo hubo golpes, amenazas y maltrato en general y, luego de que las
personas involucradas en la toma de Ecatepec fueron llevadas a un centro de
justicia en Atizapán, continuó la agresión contra familiares y activistas que
deseaban conocer la situación de las detenidas y también contra unas 15
periodistas que tomaban fotografías, videos y notas de lo que acontecía. Les
lanzaron palos, piedras, bancas de metal, equipo para extinguir incendios,
insultos y amenazas. Periodistas que a bordo de un vehículo se movían del lugar
fueron atacados por policías que con armas largas rompieron vidrios del
automóvil.
Pero, a
pesar de todo (con el desgobernador Alfredo del Mazo jugando a Poncio Pilatos),
en esa entidad se pretende que el paso del tiempo haga olvidar las violaciones
a los derechos humanos y la comisión de delitos por parte de policías de la
fiscalía a cargo de Alejandro Gómez Sánchez. El diputado morenista Julio
Hernández Ramírez aseguró que en el estado de México hay más de 7 mil 500
personas desaparecidas, más de 80 feminicidios registrados este año y un
aumento de 17 por ciento en las llamadas por violencia contra mujeres
(http://bit.ly/2E0BvRq). También calificó lo sucedido como una vergüenza y
cinismo para los mexiquenses.
Nueve días
después de que le fue negado el registro al proyecto de partido México Libre,
se produjo la primera manifestación presencial de rechazo a tal decisión. Fue
un contingente representativo de la membresía de tal organización (alrededor de
un centenar de personas, se pudo ver en un video divulgado por el propio
grupo), según Margarita Zavala Gómez del Campo, lectora del discurso central de
un acto realizado a la entrada del edificio central del Instituto Nacional
Electoral, ante el cual se presentó un escrito de impugnación. La línea
argumental desplegada ayer va directamente contra el presidente López Obrador.
Zavala aseguró que desde Palacio Nacional se nos persigue porque pensamos
distinto. Felipe Calderón, quien se llevó la atención periodística, aunque
formalmente su esposa es la dirigente de la tentativa de partido, habló de una
campaña de hostigamiento y persecución política desde la Presidencia de la
República.
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