Enrique
Quintana.
Para
sorpresa de muchos, la paridad del peso frente al dólar el día de ayer por la
tarde estaba en 21.07, una cifra que casi nadie esperaba.
Esto
significa que nuestra moneda ha ganado algo así como 17 por ciento desde que el
23 de marzo el dólar alcanzó los 25.35 pesos.
¿Cómo es
posible que el peso se haya fortalecido de tal manera frente a la divisa
norteamericana?
Esta es la
historia.
El llamado
'índice dólar', que refleja la paridad de la divisa norteamericana frente a las
demás monedas, cayó en 9.2 por ciento en ese mismo lapso.
Esto quiere
decir que poco más de la mitad del fortalecimiento del peso en realidad tiene
que ver más bien con el debilitamiento del dólar.
Una de las
explicaciones a este hecho estriba en los programas monetarios que ha
instrumentado la Reserva Federal de Estados Unidos.
El balance
de esta institución se incrementó en 2.6 billones de dólares, equivalente a 61
por ciento, como resultado de los programas para proveer de liquidez y créditos
al sistema bancario y a las empresas.
Un
incremento de la cantidad de dólares en circulación lógicamente se refleja en
un debilitamiento del dólar frente a otras divisas.
Pero desde
luego que la apreciación del peso tiene también sus ingredientes locales, pues
de lo contrario estaría en línea con el debilitamiento general de la divisa
norteamericana y es casi el doble.
En México,
las tasas de interés de referencia siguen siendo de las más elevadas entre
países cuya deuda tiene grado de inversión.
Entre países
de cierta relevancia, solamente Turquía e Indonesia tienen tasas superiores a
las de México, de 8.25 y 6.5 por ciento respectivamente.
Sudáfrica
paga 3.5 por ciento o Brasil 2 por ciento, mientras que México está en 4.5 por
ciento.
Pero,
además, existe la percepción de que el Banco de México va a andar con 'pies de
plomo' para bajar las tasas más, y la mayor parte de los expertos considera que
al término de este año no quedarán por abajo de 4 por ciento.
Sin embargo,
pese a ese diferencial, desde febrero hasta agosto, hubo un descenso continuo
en las inversiones de extranjeros en títulos en pesos. Y a partir de entonces,
desde hace seis semanas aproximadamente, comenzó un proceso de recuperación,
que no ha compensado la caída anterior, pero que implica ya un repunte de poco
más de mil 500 millones de dólares.
¿Todo este
cuadro significa que nuestra moneda seguirá apreciándose frente al dólar y
tendremos una cotización de menos de 21 pesos en los próximos días?
Puede ser,
pero nos equivocaríamos si afirmáramos que eso es seguro.
En gran
medida, va a depender del entorno financiero global. No debe descartarse que
por cualquier razón pueda presentarse una situación en la que exista una mayor
percepción de riesgo por parte de los inversionistas. Puede tratarse de una
crisis en Argentina o en Turquía. Hoy, el efecto podría ser global.
Y, en esa
condición, podríamos ver de nueva cuenta una corrida de inversionistas saliendo
de mercados emergentes, sin importar que sea México, India o Brasil.
Pero también
el otro escenario es factible. Si no hay sobresaltos, y por efectos de las
buenas expectativas sobre la vacuna, continúa la dilución de la sensación de
riesgo, no descarte que veamos un dólar que pronto esté acercándose a la franja
de los 20 pesos.
Por lo
pronto, para la economía mexicana, el que tengamos una depreciación que se ha
limitado es un hecho positivo, que puede contribuir a la estabilidad y al
crecimiento en México.
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