Jesusa Cervantes.
El esquema de corrupción orquestado por la empresa Odebrecht
es uno de los mayores que haya habido en el continente. En Estados Unidos,
Brasil, Ecuador y Perú ya ha implicado sanciones pecuniarias o de cárcel para
políticos. En México, en cambio, donde
obtuvo miles de millones de pesos en contratos opacos, ningún funcionario ha
sido siquiera llamado a declarar. Y eso que la lista de presuntos protectores
del consorcio incluye nombres como Felipe Calderón, Javier Duarte, Emilio
Lozoya y Agustín Carstens, entre otros muchos a quienes la Santa Impunidad
ilumina.
Las operaciones de
Marcelo Odebrecht en México apuntan directamente a Felipe Calderón, Fidel
Herrera, Jordy Herrera, Héctor Rangel Domene, Agustín Carstens y a Miguel Ángel
Yunes Márquez, quienes promovieron, avalaron y respaldaron económicamente sus
negocios en México.
Sin embargo, ninguno
de estos políticos y funcionarios es investigado por las autoridades mexicanas,
y tampoco han aclarado por qué se empecinaron en establecer negocios como la
planta procesadora de etano que Felipe Calderón impulsó desde 2003 en Veracruz,
cuando era secretario de Energía, según revelan documentos internos de la
empresa mexicana Idesa –que a la postre se asociaría con Baskem, filial de
Odebrecht.
En Brasil, Ecuador, Perú y Estados Unidos se han impuesto
multas o penas de cárcel a políticos por sucumbir a los millonarios sobornos de
Odebrecht. En México, todos los
funcionarios han sido protegidos por las autoridades judiciales. Los señalados
en los documentos ni siquiera han sido llamados a declarar.
El 21 de diciembre de 2016, el Departamento de Justicia de
Estados Unidos reveló que, entre 2001 y 2016, Odebrecht repartió sobornos por
788 millones de dólares a funcionarios de 12 países. De ese dinero, 10.5 millones
correspondieron a políticos mexicanos. El
pasado martes 4 Hilberto Mascarenhas Alves da Silva Filho declaró a las
autoridades de Brasil que entregó 5 millones de dólares a Emilio Lozoya,
director de Pemex de 2012 a 2016.
Al siguiente día, la
senadora Dolores Padierna dijo a Proceso que Odebrecht ofreció a la
Procuraduría General de la República (PGR) resarcir el daño al gobierno
mexicano con 10 millones de dólares. “Ante la negativa de la autoridad amplió
su propuesta a 20 millones, lo que tampoco fue aceptado”. No dio más
detalles.
Se habla de 17
funcionarios de los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto que
podrían ser llamados a declarar, pero a la fecha nada ha ocurrido.
He aquí algunos servidores públicos del gobierno de Calderón
que, a decir de documentos internos de Idesa (empresa que obtuvo junto con
Braskem un contrato por 25 años para comprar etano a precio preferencial), estuvieron en una “activa promoción del
Proyecto Fénix con el presidente Felipe Calderón H. entonces secretario de
Energía 2003-2004”.
Calderón-Odebrecht.
Etileno XXI nació primeramente como Proyecto Fénix en 2003,
durante la administración de Vicente Fox (PAN), pero fue Calderón quien, como secretario de Energía y teniendo a Jordy
Herrera como secretario particular –a la postre fue titular de Pemex Gas y
Petroquímica Básica–, impulsó el proyecto.
Sin embargo, el
entonces secretario de Hacienda y Crédito Público, Francisco Gil Díaz,
consideró que el proyecto significaría una competencia desleal para las
petroquímicas mexicanas, como Cangrejera y Pajaritos, que producen polietileno.
Los papeles de Idesa revelan que “al fallar el desarrollo
proyecto Fénix, Idesa continúa la participación vía el Proyecto Fénix Alterno
2005-2006”.
Ya con Calderón como presidente de la República, Pemex Gas y
Petroquímica Básica invitaron a Idesa “a participar en un proceso internacional
de subasta llamado contrato de suministro de etano, en febrero de 2008”. Para evitar filtraciones “se firmaron 11
acuerdos de confidencialidad”. Etileno XXI de Idesa y Odebrecht, a través de
Braskem, estaba en marcha impulsado por Felipe Calderón.
En “diciembre de 2007 se hizo la presentación del proyecto
petroquímico al gabinete económico de la Presidencia. En enero el presidente
Calderón anuncia el proyecto petroquímico e informa que será asignado a través
de una subasta”, se lee en los documentos mencionados.
Idesa es prolija en fechas y acciones. Por ejemplo, en
febrero de 2008 decidió buscar a un agente financiero, puesto que Etileno XXI
requeriría de una inversión de 4 mil 500 millones de dólares. Entre los
consultores legales, técnicos y financieros llamó a Hogan & Hartson, Legal
Enerchem TEk-Técnico y Goldman Sachs. Este último fue designado a finales de
abril de 2008 como el agente financiero. Según el documento de Idesa, “el corredor dio fe de que Pemex estaba
eligiendo al proponente que ofrecía el menor descuento”.
A mediados de agosto de ese año, y ya convocadas 31 empresas,
además de Idesa, se realizaron reuniones en San Antonio, Texas, con las
compañías Sabic, Oxiteno, Dow, Idesa, Lyondellbasel, Nexant y Reliance. Pero Idesa llevaba la preferencia y sus
representantes firmaron un convenio de confidencialidad adicional.
Los últimos meses de 2008 la gente de Idesa se reunió con
Calderón. Y los primeros días de 2009 Odebrecht entró a escena.
Según los documentos de Idesa, en abril de 2009 se ordenaron “las pláticas con la Secretaría de
Hacienda y Crédito Público, con Bancomext y Nafin. Al frente de Hacienda estaba
Agustín Carstens, y a la banca de gobierno acababa de llegar Héctor Rangel
Domene, ambos designados por Calderón.
En julio de 2009 Bancomext-Nafin emitieron la “carta de
invitación para financiar el proyecto”. De acuerdo con la senadora Dolores
Padierna, Nafin entregó a Braskem un
crédito de 280 millones de dólares y Bancomext 120 millones de dólares. “Al
tipo de cambio de esa época, que era de 13 pesos, el crédito ascendió a 5 mil
200 millones de pesos”, señala.
Ello significa que Marcelo Odebrecht e Idesa no sólo recibieron un ventajoso contrato en
la compra de etano, con precio preferencial y descuento adicional (Proceso
2110), sino que además, con el visto bueno de Carstens y la autorización de
Rangel Domene –que estuvo al frente de Nafin y Bancomext–, el brasileño recibió
poco más de 5 mil millones de pesos de las arcas del gobierno calderonista.
Cuando se firmó el contrato –el 19 de febrero de 2010– en la
Dirección de Pemex Gas y Petroquímica Básica estaba Jordy Herrera y, en la
Secretaría de Energía (Sener), Georgina
Kessel, otros de los funcionarios que tendrían que explicar las grandes
ventajas que se le otorgaron a Odebrecht.
En agosto de 2012 Odebrecht logró el apoyo de otros bancos:
International Finance Corporation, EDC, SACE, BNDES, HSBC, BBVA Bancomer, MUFG,
KFW, Intesa Sanpaolo, Mizuho y Santander. Bancomext
no sólo le dio los 120 millones de dólares, sino que, además, según la senadora
Padierna, “participó como estructurador de un crédito con otros 17 bancos”.
En el apartado “Convenio,
contrato, terreno, plazo” del documento de Idesa se establece que los
representantes del consorcio mantuvieron pláticas con “Presidencia, Pemex,
Gobierno de Veracruz y el municipio de Coatzacoalcos”.
Al momento de la firma
del contrato, Juan José Suárez Coppel era el director de Pemex, y Fidel Herrera
Beltrán, gobernador de Veracruz. El pasado enero, Herrera pidió licencia como cónsul en
Barcelona, España, para –dijo– aclarar los señalamientos que lo involucran en
el presunto falseo de quimioterapias para niños con cáncer. Se desconoce su paradero.
En el municipio de Coatzacoalcos, lugar donde se compró el
terreno a inicios de julio de 2010, iniciaba su gestión el priista Marcelo Montiel Montiel, quien al
arranque de la administración de Javier Duarte como gobernador de Veracruz fue
titular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) estatal y luego fue
delegado de la Sedesol federal en 2013.
Ese año se le acusó de un desvío de 800 millones de un programa de apoyo a
jornaleros.
Veracruz es bello, Odebrecht.
Marcelo Odebrecht no sólo obtuvo ventajas financieras en el
gobierno de Calderón. También logró grandes acuerdos con el de Javier Duarte en
Veracruz, aunque fueron proyectados desde la administración de Fidel Herrera,
según lo muestran documentos que tiene Proceso.
El primer proyecto en
el que incursionó Odebrecht tiene que ver con una presa para abastecer de agua
a Xalapa. El gobierno estatal pondría 2 mil 100 millones de pesos, y Odebrecht,
5 mil 400 millones. El costo total sería de 7 mil 500 millones de pesos.
Javier Duarte, entonces gobernador veracruzano, dio forma en
2013 al proyecto de Fidel Herrera. En marzo de 2013 el Congreso veracruzano
aprobó “el llamado Proyecto Múltiples Xalapa a través del esquema de proyecto
para la prestación de servicios. Se
trata de un proyecto planeado desde 2008 y dado a conocer oficial y
superficialmente en 2014 en la Gaceta Oficial No. 142”.
El proyecto fue
concesionado a Odebrecht, sin licitación, revela la diputada de Morena Rocío
Nahle. A pesar de
contar con la licitación, Odebrecht no ha podido arrancar los trabajos debido a
la oposición de los pobladores.
Hay otro caso que sí logró concretar, gracias al cual
Odebrecht tiene la concesión para el cobro del agua en tres de los principales
municipios de Veracruz: Medellín, Veracruz y Boca del Río.
De acuerdo con el título de concesión –del que Proceso tiene
copia–, fechado el 1 de julio de 2015, Odebrecht
y Aguas de Barcelona podrán manejar mediante un fideicomiso todo el cobro del
líquido. Es una concesión por 30 años que podrá extenderse otros 30.
Según la concesión, se conformó la empresa Grupo Metropolitano
de Agua y Saneamiento, S.A.P.I. de C.V., “para la prestación de los servicios
de agua y saneamiento de los municipios de Veracruz y Medellín, con la
intervención del Sistema de Agua y Saneamiento (SAS) Metropolitano Veracruz,
Boca del Río y Medellín”.
El título de concesión
sólo está firmado por los ayuntamientos de Veracruz y Medellín. En el caso de
Boca del Río, el alcalde, Miguel Ángel Yunes Márquez, no cedió pero igual
compra el agua “en bloque” a Odebrecht.
En la página siete del título se establece que el 9 de junio
de 2015, luego de que el SAS decidiera que el ganador de la licitación era
Odebrecht Ambiental, S.A., e Interagbar de México, S.A. de C.V. (filial de
Aguas de Barcelona), ambas integraron la empresa Grupo Ambiental ProVeracruz,
S.A.P.I. de C.V., que a su vez conformó el Grupo Metropolitano de Agua y
Saneamiento (MAS) con el SAS de Veracruz, Boca de Río y Medellín.
Otro de los absurdos
cometidos por Javier Duarte es que primero licitó la privatización del agua (18
de febrero de 2015) y luego, el 8 de julio de aquel año, decidió liquidar el
organismo de agua, “toda vez que el organismo presenta una condición de insolvencia
financiera agravada en el presente año, resultando su operación incosteable e
insostenible, lo que motiva su extinción”. Los trabajadores fueron notificados
el 15 de julio, y se les prohibió la entrada a las instalaciones.
Odebrecht logró grandes
facilidades en el título de concesión. Por ejemplo, si durante 10 días no
trabaja a causa de un ciclón, ese tiempo no se computa para los 30 años. Podrá
además subir las tarifas del agua para que la empresa nunca pierda: “La política tarifaría deberá
siempre mantener el equilibrio económico-financiero de la concesión y de la
concesionaria”, se indica en la página 11.
Otro beneficio es que
si en los 30 años crece la demanda, Odebrecht no deberá invertir para ampliar
sus instalaciones, sino que la ampliación de infraestructura será pagada por
los tres ayuntamientos. Tampoco es responsable de los pasivos ambientales que
se generen.
Una más: los adeudos
incobrables de la ciudadanía serán pagados con los fondos de la federación,
estado o municipio. Miguel Ángel Yunes Márquez –quien no firmó por Boca del
Río– envió sin embargo a su representante legal, Guillermo Moreno Chazarini,
quien autorizó que “se realice la retención de los recursos en caso de
incumplimiento del contribuyente a partir del ejercicio fiscal de 2014”.
Además, cuando el
usuario no pague el agua en dos meses, se le podrá cortar el suministro; a los
tres meses “pueden ser sujetos a medidas de apremio”. Si no paga en definitiva,
Odebrecht cobrará de las utilidades que reciban los ayuntamientos.
Los hombres de Marcelo Odebrecht en México –y que hoy
aparecen en la indagatoria de sobornos– son Cleantho de Paiva Leite Filho
(Proceso 2110), quien firmó para Etileno XXI como director de la Unidad
Negocios Internacionales de Braskem, y Javier Ramón Chuman Rojas, quien formó
parte de la dirección de Grupo MAS.
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