Ricardo
Salgado, quien fuera titular de la Autoridad Investigadora del Instituto
Federal de Telecomunicaciones y director jurídico del Instituto Nacional de
Acceso a la Información y Protección de Datos, será el secretario ejecutivo del
Sistema Nacional Anticorrupción (SNA).
Los
integrantes de ese organismo lo eligieron ayer, para asumir esa delicada responsabilidad
durante los próximos cinco años, durante una reunión en la que optaron a su
favor después de haber escuchado las exposiciones de los otros dos aspirantes,
Max Kaiser y Alejandra Rincón.
Uno de los
problemas que enfrentará Salgado es la carencia de recursos para que el SNA
pueda empezar a funcionar, como en su momento lo señalaron quienes forman parte
del Comité de Participación Ciudadana que preside Jacqueline Peschard.
Y es que a
pesar de que el Presupuesto de Egresos de la Federación para este año,
establece en un artículo transitorio que la Secretaría de Hacienda está
obligada a proveer los recursos humanos, materiales y financieros para que ese
sistema pueda operar, hasta ahora esa dependencia no ha entregado estos
últimos.
Ha ido
quedando claro que desde la creación del SNA, hace tres años, el cacareado
combate a la corrupción, que va de la mano de la impunidad, ha enfrentado
obstáculos que no han sido fáciles de salvar, como si se tratara de que esa
acción fuera solamente un catálogo de buenas intenciones mediáticas, ante un
cáncer que corroe a la nación.
Por cierto,
que los integrantes de la Organización Nacional Anticorrupción que en días
pasados hicieron un llamado a no votar por el PRI en la elección de gobernador
del Estado de México del próximo domingo, al enumerar los “por qué”, procuraron
no instar a favor de quién deberán hacerlo, aunque parece más que obvio, dada
la simpatía y apoyo que por años han brindado al presidente de uno de los
partidos contendientes, que tanto ha impulsado a su candidata.
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