José Gil
Olmos.
El “Día D”,
así le llaman en el cuarto de guerra del PRI al próximo 4 de junio, cuando se
elija al nuevo gobernador en el Estado de México, un día que plantean como
definitivo no sólo para que gane Alfredo del Mazo sino para mantener un refugio
para el grupo de Enrique Peña Nieto en caso de que pierdan la elección
presidencial en el 2018.
Ese día se
juega el destino del gobierno de Enrique Peña, el de Eruviel Ávila, el de 12
gobernadores priistas y uno vestido de verde en Chiapas, Manuel Velasco, así
como algunos secretarios del gabinete con aspiraciones presidenciales. De
perder el PRI en el Estado de México, el camino estará allanado para Morena el
año entrante.
Es por eso
que, como nunca se ha mostrado en la historia de los procesos electorales, hay
una intromisión clara del propio Estado como entidad de gobierno en una
elección estatal, volcando todo el aparato oficial a favor de Alfredo del Mazo
con al menos cuatro mil millones de pesos en programas sociales y dinero de las
carreteras.
A ello se
suma una campaña sucia en redes sociales contra Delfina Gómez y Andrés Manuel
López Obrador, el control del árbitro electoral y una inversión millonaria en
la imagen del candidato.
De acuerdo
con el documento “Activación de Lugares Prioritarios” que detalla la estrategia
encabezada por el español Jordi Segarra para que el PRI consiga un mínimo de
dos millones 400 mil votos para ganar la elección del Estado de México el 4 de
junio entrante, el “Día D” será cuando se vierta todo el aparato del Estado a
favor de Del Mazo.
Se trata de
mantener a como dé lugar ésta entidad, que puede ser la última trinchera del
PRI y de Peña Nieto si, como se perfila hasta ahora, pierden la elección
presidencial el año entrante.
“Activación
de lugares estratégicos” analiza al detalle las colonias y manzanas “más
rentables” así como los “nodos de atención principal” como son plazas,
mercados, escuelas, parques, iglesias, centros deportivos, clínicas médicas,
monumentos, entre otros lugares de concentración ciudadana de cada uno de los
30 distritos, donde se tiene que trabajar promoviendo el voto y acarreando
gente.
Dicho plan
incluye la realización de una campaña negativa en contra de Delfina Gómez y de
la candidata del PAN, Josefina Vázquez Mota; la instalación de call center para
promover el voto a favor del PRI e inhibir el contrario, y la puesta en
operación de una maquinaria electoral compuesta por una red de “profesores” y
“alumnos” que encabecen el acarreo de la gente en las casillas.
De manera
paralela también el gobernador Eruviel Ávila, tiene listo otro plan para apoyar
a Del Mazo, en el cual participan todos los integrantes de su gobierno.
Según este
plan denominado Prodem: “Hoy por hoy, toda esa estructura de gobierno se
encuentran distribuyendo cartas de agradecimiento del candidato, tarjetas rosas
(salario para amas de casa) y utilitarios. Todo esto utilizando teléfonos,
vehículos, gasolina de gobierno. A ellos se les da un estímulo económico
mensual por todo esto y está en su recibo de nómina con el concepto de apoyo a
la comunidad”.
Estos dos
documentos denotan que el PRI se encuentra desesperado ante el nulo crecimiento
electoral de Alfredo Del Mazo. El primo del presidente Enrique Peña Nieto no ha
levantado el vuelo a pesar de que cuenta con toda la campaña millonaria que se
ha invertido en su imagen y una maquinaria electoral a su favor.
De ahí que
el gobierno peñista y el PRI en su totalidad estén volcados en sacar a como dé
lugar esta elección y aplicar la máxima del panista Felipe Calderón cuando ganó
la presidencia en el 2006 con la ayuda del gobierno de Vicente Fox: arrebatar
la victoria con el descaro del dicho popular “haiga sido como haiga sido, pero
ganamos”.
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