La constructora brasileña Odebrecht,
cuyo expresidente Marcelo Odebrecht fue condenado a 19 años de cárcel por
corrupción, no sólo hizo negocios con Petróleos Mexicanos (Pemex) y el
exgobernador de Veracruz, Javier Duarte. En Michoacán, también dejó diversas
irregularidades.
Lo anterior
se desprende de un reportaje publicado por la organización Mexicanos Contra la
Corrupción y la Impunidad (MCCI), en el que destaca que la empresa construyó en Michoacán una presa al doble de su costo
original, y la entregó incompleta, con deficiencias y con más de cuatro años de
atraso.
Originalmente la presa “Francisco J. Múgica” –ubicada en
Tierra Caliente– se debió haber concluido en octubre de 2008 con un costo de
mil 500 millones de pesos, pero fue entregada hasta inicios de 2013 a un costo
de 2 mil 915 millones de pesos, de acuerdo con documentos obtenidos por MCCI.
El 86% de la obra se ejecutó con
fondos estatales y el 14% federales, según el texto firmado por Raúl Olmos.
El contrato
con Odebrecht fue firmado el 29 de noviembre de 2006 por el gobierno de Lázaro
Cárdenas Batel, bajo la modalidad de “precio alzado” y “llave en mano”, lo que significa que estaba garantizado que
el costo de la obra no se incrementaría.
Sin embargo,
esa modalidad no fue respetada, pues al
asumir Leonel Godoy la gubernatura, le otorgó a Odebrecht, en forma ilegal, una
ampliación del contrato original por 601 millones de pesos, y autorizó obras
adicionales por 813 millones de pesos más.
Entre julio
de 2009 y junio de 2010, Godoy autorizó
a Odebrecht contratos extra por mil 414 millones de pesos para la conclusión de
la presa. Además, su gobierno aprobó a la constructora terminar la obra hasta
principios de 2012, lo que tampoco cumplió, pues la entrega se realizó hasta
2013.
DOS AUDITORÍAS REVELARON QUE
ODEBRECHT ENTREGÓ UNA OBRA MALHECHA E INCOMPLETA.
El proyecto original garantizaba la
dotación de 1,000 litros de agua por segundo para riego agrícola, pero sólo se
construyó infraestructura para conducir 500 litros por segundo, es decir, la
mitad.
El texto de
MCCI sostiene que la mala planeación de
la obra provocó que la presa se construyera sobre tierras en litigio, y ahora
el gobierno de Michoacán deberá restituir a campesinos las mismas que ocupa la
presa y deberá pagar 9 millones 315 mil pesos por daños, según establece una
sentencia a favor del ejido Naranjo de Tziritzícuaro dictada desde agosto de
2013 por el Tribunal Unitario Agrario del Distrito 17, y que fue ratificada en
2016.
Obra improvisada.
El 25 de
agosto de 2006, el gobierno de Michoacán, que en aquellos días era encabezado
por el perredista Lázaro Cárdenas Batel, lanzó la convocatoria para participar
en una licitación pública para la construcción de la presa y de la infraestructura
necesaria para llevar agua a dos módulos de riego en la región de Tierra
Caliente, afectada con frecuentes sequías.
MCCI
solicitó al gobierno de Michoacán copia de todos documentos del proceso de
licitación para conocer las propuestas de cada empresa concursante. Sin
embargo, lo único que entregó fue la copia del contrato firmado con Odebrecht y
sus respectivas ampliaciones. La obra fue asignada el 6 de noviembre de 2006 y
el contrato se formalizó tres semanas después por el coordinador de la Comisión
Estatal del Agua, Jesús Vallejo Esquivel, y por Fernando Antonio Costa Martins
y José Vito Facciola Junior, representantes legales de Odebrecht.
La firma del contrato se realizó pese
a que se carecía de autorizaciones federales. Fue hasta un año después, en
diciembre de 2007, cuando la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales
(Semarnat) emitió el resolutivo positivo de manifestación de impacto ambiental.
Mientras que el aval de la Comisión Nacional del Agua (CNA) se tramitó en mayo
de 2007 –seis meses después de asignado el contrato– y se obtuvo el permiso de
construcción 3769 hasta el 5 de marzo de 2008.
Pero todavía
faltaban más permisos. En septiembre de 2009 –cuando la obra ya debía haber
sido terminada– la CNA otorgó la concesión del uso de la zona federal del Río
Marqués sobre el que se construiría la presa. En una auditoría realizada en 2014, se descubrió que la obra carecía de
permiso de interconexión para enlazar con la red nacional otorgada por la
Comisión Federal de Electricidad y tampoco se tenía autorización de la
Secretaría de Comunicaciones y Transportes para la construcción de un cruce con
la autopista.
El 14 de
febrero de 2008, Leonel Godoy sustituyó en la gubernatura de Michoacán a Lázaro
Cárdenas Batel, tras ganar la elección estatal como candidato del Partido de la
Revolución Democrática (PRD).
Cuando
asumió el poder, uno de sus objetivos fue concluir la presa “Francisco J.
Múgica”. Para ello, ordenó eludir el proceso de licitación para un nuevo
contrato a Odebrecht, mediante un acuerdo gubernamental emitido el 14 de julio
de 2009.
Dicho acuerdo autorizó a adjudicar en
forma directa a la constructora brasileña dos obras complementarias de la
presa: la construcción de una planta hidroeléctrica y un sistema de riego, con
una inversión de 813 millones 366 mil pesos. Al día siguiente de la publicación
del acuerdo gubernamental, se firmó el contrato con los representantes legales
de Odebrecht, Antonio Costa Martins y Vito Facciolla.
Una vez más,
el contrato fue a precio alzado bajo la modalidad “llave en mano”, lo que
significaba que no se podía modificar ni el costo ni el plazo de ejecución.
Para este nuevo contrato se acordó concluir la obra en 900 días naturales, a
partir del 15 de julio de 2009. El 3 de
junio de 2010, Odebrecht presentó al gobierno de Leonel Godoy la petición para
adecuar el contrato original de construcción de la presa, con el argumento de
que habían realizado obras no incluidas en su oferta inicial.
El ajuste fue por 601 millones de
pesos, de los cuales el 73% era para trabajos complementarios en la presa y el
27% de obras de conducción y canales. Con este ajuste, el costo de la obra
hidráulica ya se había duplicado, al pasar de mil 500 millones de pesos a 2 mil
915 millones.
El plazo
original para concluir la obra era el 25 de octubre de 2008, pero mediante un
acuerdo firmado el 6 de mayo de 2008, el
gobierno de Leonel Godoy permitió a Odebrecht aplazar la entrega hasta mayo de
2011. Además, en el contrato adicional de la hidroeléctrica y de las obras
complementarias de riego se fijó como plazo enero de 2012.
Pese a lo
anterior, el gobernador michoacano decidió inaugurar la presa cuando todavía no
terminaban los trabajos. El 5 de febrero de 2011, Leonel Godoy encabezó el acto
de apertura acompañado de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y de los presidentes
municipales de la región de Tierra Caliente.
En su
discurso dijo que la obra hidráulica “se inscribe dentro de la más pura
tradición del cardenismo y cumple el compromiso de llevar justicia social al
campo michoacano”. En aquel acto, el residente de ingeniería y planeación de la
presa, Everardo Urquiza, reconoció que la obra estaba inconclusa, pues faltaba
por terminar la hidroeléctrica y una planta de bombeo para irrigar 500
hectáreas del ejido Naranjo de Tziritzícuaro. La obra finalmente fue entregada
hasta 2013, dos años después de haber sido inaugurada.
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