El riesgo de
perder el Estado de México el próximo domingo 4 de junio es elevado y sería
catastrófico para el PRI. Una derrota de su candidato Alfredo del Mazo sería el
inicio de la despedida de Enrique Peña Nieto. Aunque primos lejanos, su
pertenencia al mismo grupo político que ha controlado la entidad por décadas
haría que la derrota de uno sea la del otro.
Para evitarla, el Grupo Atlacomulco
ha desarrollado una estrategia que involucra al propio gabinete de Peña y
gobernadores que han echado mano de operadores electorales con cuanto control
tienen del aparato público.
Según Morena,
la maquinaria oficial está en pleno funcionamiento.
Desde el pasado día 19 está operando
un sistema de registro electrónico identificado como Prodem, sobre la
movilización de votantes por comunidad en cada una de las 20 regiones en que
dividió la entidad para los comicios del próximo domingo.
Algunas de
ellas quedaron directamente en manos de
gobernadores, como responsables del despliegue de operadores electorales con
recursos de las entidades que gobiernan.
Entre ellos, la estrategia menciona al “ecologista”
Manuel Velasco, gobernador de Chiapas, como responsable de Ciudad
Nezahualcóyotl y a quien le atribuye la negociación del PRD con Peña Nieto para
que el candidato fuera Juan Zepeda y se evitara una alianza opositora al PRI.
Entidades
colindantes con el Estado de México controladas por ese partido, como Guerrero
e Hidalgo, también se han distribuido las tareas. El gobernador guerrerense, Héctor Astudillo, ha sido de los más
notorios, como lo documentó el lunes el corresponsal de Proceso en esa entidad,
Ezequiel Flores. Su centro de actuación es Huixquilucan.
El gobernador de Hidalgo, Omar Fayad,
perteneciente al grupo político del secretario de Gobernación, Miguel Ángel
Osorio Chong, ha desplegado su operación electoral en Cuautitlán, Tecámac y
Ecatepec; en este último municipio de la mano del gobernador y expresidente
municipal Eruviel Ávila.
Según ese
manual, el domingo 28 el PRI hizo un
simulacro de la cooptación de votos para comprobar el control que tiene cada
responsable en su comunidad, con los números telefónicos de los electores
incluidos.
Esos
operadores, desde el miércoles 24
tendrían identificadas cuántas casillas habrá en su sección, dónde se ubican y
de qué tipo son (básica y contiguas). Para entonces, ya habrían capacitado a
las personas que enviarán la información a los lugares de operación del PRI
(“casas amigas”).
La recomendación es que sean dos y
que vivan lo más cerca posible de las casillas, además de que esas casas tengan
conexión a internet. La propuesta es disponer de una laptop por cada 15
operadores.
El día de la elección, según la
denuncia, los operadores recibirán las direcciones electrónicas reales del
sistema y los responsables políticos (funcionarios estatales o municipales)
deberán asegurarse de que los operadores (“profesores”) lleven a sus “alumnos”
al “Congreso”; es decir, a votar, antes de las 15:00 horas.
Sólo hasta
ese momento, dice el manual a los profesores, “podrás regresar a tu lugar de origen, siempre y cuando tengas
garantizadas a las dos personas que te proporcionarán los resultados en cuanto
se publiquen”.
A partir de las 18:00 horas, se
deberá monitorear la publicación de los resultados, fotografiarlos y
registrarlos en el sistema.
Así funcionan las maquinarias
partidistas. El PAN lo hizo en 2006 y 2012. Y lo hará ahora. López Obrador
también. La diferencia es el uso de recursos económicos a la mano. Falta por conocer esos otros
manuales.
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