jueves, 15 de junio de 2017

Gobiernan con minorías.

Georgina Morett.

Muy cerca de que inicie el año electoral en el que se elegirá al presidente de la República, la posibilidad de acuerdos políticos está casi completamente rota y trastocada.

Ahora resulta que el PAN está en las calles de Coahuila manifestándose contra el fraude, y Morena lleva a cabo su protesta en el Estado de México por la vía jurídica.

Y en este mundo al revés, cuando se acabó el tiempo para hacer cambios en las leyes electorales, como lo establece el artículo 105 de la Constitución, el Partido Acción Nacional se sube en el tema de la segunda vuelta electoral y retoma el planteamiento de Héctor Aguilar Camín y María Amparo Casar, de reformar la Constitución para hacer posible esta propuesta.

Tienen años con la discusión de éste y otros temas electorales, y dejaron pasar el periodo ordinario de sesiones, pero es ahora cuando la segunda vuelta se convierte en bandera blanquiazul.

El líder de los senadores del PAN, Fernando Herrera, explica que la segunda vuelta es un tema impostergable, por el bien del país para dar legitimidad al gobernante y responder a la necesidad de que la democracia dé resultados tangibles para el ciudadano.

Asegura que las elecciones del 4 de junio pasado dejaron más que clara la necesidad de esta figura política, ya que los gobernadores ganaron con el 30 por ciento de los sufragios.

Y así es, en el Estado de México, Alfredo del Mazo ganó con el 33.7 por ciento de los sufragios, de acuerdo con el PREP, y hubo una abstención del 47. 51 por ciento.

Y esta cifra es todavía más patética si tomamos el total de votos, como señala el senador Fernando Herrera, ya que con un poco más de dos millones de ciudadanos, el priista gobernará el estado más poblado del país, que tiene casi 18 millones de habitantes.

“Estos son triunfos de una minoría”, asegura el senador, en entrevista, al subrayar que casi el doble de los ciudadanos que acudieron a las urnas del Estado de México optó por una opción distinta a la encabezada por el PRI.

Y de hecho, los presidentes de México cada vez gobiernan con menos votos, ya que si tomamos en cuenta el abstencionismo tenemos que Ernesto Zedillo, obtuvo el triunfo con 37 por ciento de los ciudadanos; Vicente Fox con 27.2 por ciento; Felipe Calderón con tan sólo 21 por ciento, y por Enrique Peña Nieto votaron 20.93.


CASI OBLIGADA ALIANZA PAN, PRD, MC.

Hacia la elección de 2018, PAN y PRD no tendrán otra que formar una alianza si se quieren convertir en una opción competitiva, ya que de lo contrario se enfrentarán solos a dos coaliciones fuertes y de acuerdo a la geopolítica electoral ya sólo podrán invitar a participar a MC.

Una de las alianzas es la del PRI, PVEM, PES, PANAL, ya que es casi imposible ver a este cuarteto por separado y aunque estos chiquipartidos le den pocos votos al tricolor, es innegable que fueron indispensables para el triunfo en el Estado de México.

La otra alianza es la de Morena-PT, que, si bien es cierto que este chiquipartido no representa muchos votos, también lo es que Andrés Manuel López Obrador va arriba en las encuestas.

Es así que, si el PAN y el PRD quieren existir en los comicios del próximo año, no tendrán otro remedio que conformar un frente amplio que los haga competitivos, ya al único partido político que pueden invitar es a Movimiento Ciudadano y quizá convencer a algunos independientes.

De cualquier forma, si acaso no se despedazan antes internamente, esta alianza le puede dar al PRD el gobierno de la Ciudad de México y al PAN o a algún independiente el gobierno federal.


La moneda está en el aire.

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