miércoles, 14 de junio de 2017

PAN: la buena, el malo…¡y el peor!

Martín Moreno.

Lo que debería ser una estupenda noticia para el PAN: tener, al menos, dos candidatos viables para la Presidencia en 2018 – Margarita Zavala y Ricardo Anaya-, se ha convertido en una batalla abierta y encarnizada que amenaza con enfrentar a los grupos de poder panistas, fracturar las bases del partido y, finalmente, llevarlo a una derrota electoral el próximo año, de la cual ya se encendieron las primeras alertas el 4 de junio en el Estado de México.

SÍ: la debacle electoral del PAN en el Edomex – cayó al cuarto lugar con Vázquez Mota-, podría ser un adelanto del 2018 para los panistas, de continuar la descomposición interna y la carnicería entre los aspirantes a ser candidato (a) presidencial. Basta un dato: Morena ganó 4 de los siete distritos que integran el llamado “corredor azul”, tradicionalmente panista. Naucalpan, el emblema blanquiazul, fue ganado por el partido de AMLO.

Todo ello es visto con profunda preocupación por los panistas. Sin embargo, las disputas entre Margarita Zavala, Ricardo Anaya y Rafael Moreno Valle, parecen ser la prioridad y han llevado al partido a una zona de riesgo que podría conducirlo a una derrota histórica en las próximas presidenciales.

Veamos:


Margarita Zavala culpa a Anaya de la derrota en el Edomex, al anteponer su “personalismo atroz” a los intereses del PAN.

Felipe Calderón amenaza, una vez más, con abandonar el partido que lo llevó a la Presidencia, si su esposa no es la candidata panista en 2018.

Ricardo Anaya opera en contra del zavalismo-calderonismo, intentando descarrilar a la pareja panista que busca regresar a Los Pinos.

Moreno Valle, a la manera del PRI – priista él de corazón, entraña y formación-, intentando comprar la elección interna del PAN, actuando de manera poco clara y con un solo propósito: ser candidato presidencial el año próximo.

Pero en ese lance, los aspirantes azules están despedazando al PAN.

A Margarita sí le importa porque es panista hasta el tuétano.

A Anaya le medio importa más por ambiciones personales que por amor al PAN.

A Moreno Valle le importa un carajo Acción Nacional, su fractura y su hundimiento; solamente lo necesita como plataforma para llegar a acuerdos con el PRI – como lo hizo como gobernador de Puebla-, y poder ser presidente de México.

¡Pobre PAN!

MARGARITA ZAVALA. Es la panista mejor posicionada dentro del PAN y, según marca la mayoría de las encuestas es la única que podría pelearle el triunfo a López Obrador. Es una mujer respetada y bien vista en lo general, aunque aún se le sigue recordando la tragedia de la Guardería ABC en Hermosillo, debido a sus ligas familiares con una de las concesionarias. Recientemente tuvo que enfrentar, en SLP, los reclamos de un grupo de personas, bajo la sospecha de un “fuego amigo” dentro del panismo.

¿Le pesa a Margarita ser esposa de Felipe Calderón y el activismo político del ex presidente? Es una punta de dos filos por una razón de fondo: Calderón divide opiniones. Mientras millones lo ven con agrado, otro tanto lo ve con rechazo. Hasta hoy, no hay un parámetro certero de qué tanto Felipe ayudaría o perjudicaría a Margarita en su carrera presidencial, precisamente por esa razón. Lo que es un hecho, empero, es que la victoria o derrota de Zavala irá de la mano de Calderón, con todos los pros y contras que ello conlleva.

¿Merece ser Margarita Zavala candidata del PAN a la Presidencia? La respuesta es sí, por carrera política, convicción partidista y derecho propio.

¿Ganaría? Ese es otro cantar.

RICARDO ANAYA. No tiene la estatura política de Margarita Zavala ni su arraigo partidista, pero cuenta con una ventaja: como actual presidente del PAN, tiene el control de la estructura partidista que lo llevaría a contar con el voto de los militantes panistas que en 2018 elegirán a su candidato presidencial.

A Anaya le pesan, para mal, tres puntos:

Primero, que sea juez y parte en el proceso de selección del candidato presidencial. Por ética, Anaya debería renunciar a la presidencia del PAN si en realidad quiere buscar ser candidato en 2018, jugar parejo, y dejar de servirse de ese puesto para beneficio personal. Ello refleja cero escrúpulos políticos y personales que lo exhiben como un abusivo, más que como un astuto.

Segundo, su vida de millonario, teniendo y manteniendo a su familia en Estados Unidos con fortunas destinadas a su vida personal, a habitación, a educación y a diversión. Tal vez para sus pares panistas no sea motivo de escándalo, pero para la mayoría de los mexicanos pobres y con fuertes angustias financieras sí lo sea, ubicando a Anaya como un candidato de la élite gobernante, pero no de los ciudadanos de a pie. Y eso, en una elección presidencial, marca diferencia.

Tercero, su cercanía con Los Pinos. Si durante el salinismo fue Diego Fernández de Cevallos el panista consentido, en el peñismo ese papel lo desempeña Ricardo Anaya, a quien la mayoría del panismo lo culpa del pésimo manejo político que provocó la derrota del PAN en el Edomex. Con la palabra “Peña” tatuada en la frente, Anaya es visto con recelo y desconfianza por amplios estratos del panismo. No, definitivamente Anaya no sería un candidato popular.

MORENO VALLE. Priista de corazón y de entraña, Moreno Valle aprovechó la gubernatura poblana para, al estilo priista, perfilarse como candidato presidencial: a golpe de billetazos. A Puebla lo dejó tan endeudado como Coahuila. No es un político de muchas luces o que despierte confianza. Al contrario: su imagen de represor ha sido bien ganada, como ocurrió en el caso Chalchihuapan, con la muerte del niño José Luis Tehuatlie, debido a objetos disparados por la policía. Ejemplos abundan. (A mayor detalle, ver columna “Moreno Valle, el Díaz Ordaz del PAN / SinEmbargoMX/Martín Moreno/ 7- Octubre-2015).

Moreno Valle tiene de panista lo que el columnista tiene de americanista. Es un priista que ha aprovechado la coyuntura para colarse entre los aspirantes presidenciales azules, a pesar de que en las encuestas confiables no pasa de un dígito, lejano a Zavala, a AMLO, a Osorio Chong y demás suspirantes. Pero la está buscando. A su manera. A la manera del PRI: a billetazos.

Mala noticia sería para el PAN, y pésima para México, que un político del perfil de Moreno Valle llegara a Los Pinos. Se antoja imposible, pero como dicen muchos: si Peña Nieto fue presidente, ya cualquiera lo puede ser.


Margarita Zavala ya pidió que la designación del candidato presidencial del PAN se haga a la brevedad. Anaya le respondió que será hasta fin de año. Moreno Valle pide, a la usanza priista, “unidad”. Los gobernadores azules dicen que ellos decidirán.

¿Qué opinan los militantes panistas?


Parece que, de momento, son los que menos importan.

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