sábado, 29 de septiembre de 2018

Coahuila le echa todos los kilos al fracking… contra la voluntad del Presidente electo y de ONGs.



En las últimas semanas el Gobernador de Coahuila, Miguel Riquelme Solís, ha salido en defensa del fracking. Primero llamó a no “satanizar” esta práctica y después afirmó que buscaría que los daños al medio ambiente no sean tan graves con esta técnica usada para la extracción del gas shale y petróleo.

La defensa de este método por parte del Gobernador, que se dio tras el anuncio de inversión de Lewis Energy en el estado, va en contra de organizaciones, que han expuesto que el número de pozos de fracking en el país supera los 3 mil 350, y de lo dicho por el Presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, quien declaró su intención de dejar de hacer uso de esta práctica.

Este lunes, miembros del Movimiento Alternativo Social y del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en Coahuila anunciaron el inicio de una “cruzada antifracking” en la que advertirán a la ciudadanía los daños que ocasiona esta tecnología.

“El Movimiento Alternativo Social está iniciando esta campaña de conciencia en las principales ciudades y zonas que van a ser afectadas, como Allende, la Región Carbonífera. Estamos preparando una serie de conferencias para concientizar a los ciudadanos del daño que se nos viene con el fracking”, dijo Marco Antonio Rodríguez Galaz, luchador social de dicho movimiento e integrante de la coordinación estatal de Morena.

El activista recordó que el fracking es una práctica que está prohibida en todos los países de primer nivel del mundo, y en Estados Unidos, donde aún continúa, Texas está sufriendo grandes daños ecológicos.

El pasado 21 de septiembre, al anunciar la generación de más de 600 empleos por parte de Lewis Energy en su primera etapa de exploración de gas shale en el norte de Coahuila, el Gobernador Miguel Riquelme llamó a no “satanizar” al fracking, además de que -dijo- buscaría que esta técnica no tenga un impacto negativo en el medio ambiente.

El Gobernador dio a conocer que se reunió con empresarios de una nueva firma que llegará a Monclova y con representantes de Lewis Energy; en conjunto estas empresas generarán 2 mil empleos, 600 de los cuales estarán en las regiones norte y Cinco Manantiales en la explotación de gas shale.

“Debemos generar una labor tanto de consenso como de socialización con la ciudadanía y con todos los sectores involucrados. No se puede satanizar el fracking como hace años. Hoy las técnicas son muy distintas y se tiene casi sin afectación lo que todo mundo estamos cuidando”, explicó el Gobernador en esa ocasión.

El obispo de la Diócesis de Saltillo, Raúl Vera, quien ha salido en defensa de las comunidades afectadas por el fracking, negó que el tema se estuviera satanizando en el estado y calificó esta práctica como “una salvajada”.

“Para nada se está satanizando. Es una salvajada, es una cosa salvaje que está prohibida en muchas naciones”, aseguró el clérigo.

En marzo de este año, la Comisión Nacional de Hidrocarburos aprobó la convocatoria para la Ronda 3.3, que incluía nueve bloques donde puede haber recursos no convencionales como gas shale.

El presidente de Amigos del Río San Rodrigo, Waldo Terry Carrillo, consideró que tras el anuncio de la paraestatal Petróleos Mexicanos (Pemex), de que la norteamericana Lewis se adjudicará la perforación mediante fractura hidráulica para obtener el energético, el futuro se ve catastrófico por los efectos que ello tendrá en el medio ambiente.

En Coahuila se estiman reservas de 24 millones de barriles de gas de lutitas, un equivalente al 41 por ciento de las reservas de hidrocarburos que contempla Petróleos Mexicanos, lo que generara una inversión de 64 mil millones de dólares en los trabajos de perforación y extracción en los mil 500 kilómetros cuadrados que cubren los municipios de Guerrero, Nava y Jiménez.

El pasado 31 de julio, López Obrador, declaró su intención de dejar de hacer uso de la práctica de la fractura hidráulica (fracking) para la extracción de gas y petróleo en México.

Esta declaración fue celebrada por la Alianza Mexicana contra el Fracking, conformada por más de cuarenta agrupaciones y movimientos sociales en los estados de Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, San Luis Potosí, Hidalgo, Veracruz, Puebla, Chiapas y Ciudad de México.

Desde abril de 2013 la Alianza Mexicana contra el Fracking ha demandado la prohibición de la fractura hidráulica debido a las profundas afectaciones asociadas a esta práctica que se presentan sobre las comunidades, el medio ambiente y el clima global.

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