A lo largo del día, sobre todo en las
redes sociales y en los portales noticiosos –dentro y fuera de México– corrió
como reguero de pólvora la especie de que el prestigiado economista mexicano,
Jonathan Heath Constable, célebre por sus muy acertados análisis
macroecononómicos, podría ser el primer subgobernador del Banco de México
(Banxico) propuesto por Andrés Manuel López Obrador, cuando asuma la
Presidencia de la República.
Pero la sola idea de que el tabasqueño piense
invitarlo a formar parte de la Junta de Gobierno del organismo autónomo causó
revuelo en los sectores económicos y financieros del país.
Si bien Heath tiene las prendas
suficientes para ese cargo –ha sido crítico severo de algunas decisiones del
banco central, aunque públicamente ha reconocido que Banxico ha hecho un muy
buen trabajo-, muchos también ponen en duda que tenga la suficiente experiencia
en política monetaria.
Lo que llama la atención es que es un
personaje que para nada tiene un perfil, siquiera cercano, al de los muchos
hombres y mujeres que acompañarán a López Obrador a partir del 1 de diciembre
próximo.
En efecto, Jonathan Heath se forjó en los ambientes
más “neoliberales” y “tecnócratas” que se enquistaron en el país aún antes de
la llegada de Miguel de la Madrid a la Presidencia y que, con él, cobraron acta
de naturalización… hasta la fecha.
Neoliberalismo.
Bueno, en
realidad, los primeros asomos del neoliberalismo se dieron cuando el propio De
la Madrid fue nombrado secretario de Programación y Presupuesto en 1979, al
final del sexenio de José López Portillo (1976-1982).
Desde antes
de la llegada de Miguel de la Madrid a la primera magistratura del país
(diciembre de 1982-30 de noviembre de 1988), Jonathan Heath formó parte de la
Dirección General de Política Económica, que encabezaba Carlos Salinas de
Gortari, puesto que le sirvió de trampolín para acceder, en el gobierno
siguiente, como titular de la Secretaría de Programación y Presupuesto, y que
sería el hombre de confianza y brazo derecho de Miguel de la Madrid ya
presidente.
Tanta
confianza le tuvo De la Madrid a Salinas, que no dudó en promoverlo –con la
vieja práctica del dedazo— como candidato presidencial para el periodo
1988-1994.
En ese
entorno, Heath trabó relación con hombres que años después serían claves para
Andrés Manuel López obrador, como Abel Hibert, quien hoy, junto con Alfonso
Romo, son los hombres detrás del trono del presidente electo. De hecho, Hibert
fue alumno de Heath y, aún más, éste fue su director de tesis.
Heath ha sido un técnico y teórico
puro de la macroeconomía. Especialista en modelos econométricos, ha sido
economista principal para México de varias instituciones financieras globales y
consultorías internacionales; conferenciante nacional e internacional y
profesor en las universidades Autónoma Metropolitana (UAM) Azcapotzalco,
Panamericana, el Tecnológico de Monterrey, la Anáhuac, la De las Américas y la
Iberoamericana.
La
entrevista.
En una
entrevista con este reportero realizada antes de las elecciones del pasado 1 de
julio (Proceso 2173, 24 de junio de 2018), hizo declaraciones y afirmaciones
que muchos calificaron de insólitas; otros quedaron sorprendidos, y no pocos,
desconcertaron.
Lo que sigue
son fragmentos de esa entrevista:
“Al
entrevistarlo sobre las tres principales opciones del electorado mexicano para
la Presidencia de la República, el prestigiado economista Jonathan Heath revisa
sumariamente las propuestas económicas de Ricardo Anaya y Andrés Manuel López
Obrador, no así la de Meade, al que desprecia.
En su
opinión, la plataforma del panista es
‘más populista que la de AMLO’ y genera gran desconfianza, mientras que una
eventual presidencia del morenista le daría al sistema político mexicano la
‘sacudida real’ que ya le urge –con los riesgos que esto implica–, pero con un
trasfondo de conservadurismo fiscal que mantendría la estabilidad.
Jonathan
Heath Constable, el economista mexicano
más prestigiado en la actualidad, reconocido por sus análisis macroeconómicos,
se destapa: ‘Yo no gasto mi tiempo en escuchar a José Antonio Meade, lo que
dice en su campaña… simplemente porque es el PRI, y al PRI hay que sacarlo ya,
ya, ya. Perdón, pero en el país ya no puede haber más PRI’.
Creo que al PRI le dimos, la
sociedad, la oportunidad de regresar al gobierno, pues presuntamente ya se
había transformado, se había reformado; que era el partido que ‘sí sabía hacer
las cosas’, etcétera; y resultó, yo creo que no igual, sino peor que antes. Aparte, Meade aparece como si fuera un santo, como que no era del PRI. Pero
creo que está bastante bien involucrado en todo, en algún grado, en las
corruptelas del partido en el gobierno.
La gente tiene razón. Como secretario
de Hacienda Meade era, creo, el segundo o tercer hombre más poderoso del país,
en el gobierno, y tenía la obligación de alzar la mano cuando veía que estaban
pasando cosas, como la estafa maestra y toda una serie de cosas ahí.
Jonathan
Heath, con esos argumentos, no tiene
empacho en decir, sin tapujos, y de manera insospechada, que López Obrador ‘es
el único que puede darle una verdadera sacudida al sistema político y económico
vigente’.
–¿Cómo dice?
–le pregunta el reportero, ciertamente sorprendido.
–Sí. Lo que necesita el país es una
sacudida de a de veras, para poder cambiar realmente a esta estructura que
tenemos tan corrompida, donde la corrupción es endémica, donde está bien metido
todo, especialmente la impunidad. Es como el huevo y la gallina, ¿no? ¿Qué
viene primero, la impunidad o la corrupción? Hay mucha corrupción porque hay
impunidad, pero hay mucha impunidad porque hay corrupción. Pero yo creo que lo
principal es la impunidad. La forma de combatir la corrupción a final de
cuentas es combatiendo la impunidad.
Y yo creo que el único que pudiera sacudir el
sistema, que es lo que necesitamos, sacudir el sistema, es AMLO. Quizá la
sacudida sea para bien o para mal, pero de que creo que lo va a sacudir, lo va
a sacudir. Ojalá que a final de cuentas sea positivo. Déjame ponerlo, en ese
sentido, porque veo que sí hay riesgo, de que pudiera ser para mal y que
paguemos un precio grande. Pero quizás ese precio grande es lo que se necesita.
Considera el
entrevistado que, por todo lo que ha
estudiado de AMLO, es muy difícil que en un gobierno suyo pudiera haber una
ruptura de la estabilidad macroeconómica que se ha logrado en más de dos
décadas.
Sí es difícil de repente discernir lo
que realmente dice y qué no dice. Pero una de las primeras cosas que he
descartado es que exista tal peligro, de que nos va a llevar a un populismo
rampante tipo Chávez o Maduro, y que nos va a llevar a ser una Venezuela. Eso
sí es totalmente fabricado, no tiene base, no tiene ningún sustento.
Dice Heath
que ha estado tratando de leer bien y entender bien lo que propone AMLO.
Es un poco difícil, porque hay una
gran campaña en su contra de todos los que le tienen miedo, los que le tienen
pánico. Entonces, pues la mitad de las cosas que dicen de AMLO creo que no
tienen ningún sustento, y es simplemente la campaña con la que estaba en 2006,
de que era un peligro para México. Los empresarios, el sector privado, no
necesariamente todos, pero una parte, como que tratando de demostrar que
todavía es un peligro para México; todos dicen una gran cantidad de cosas, que
ni ha propuesto ni ha dicho ni nada.
Si bien a
Heath no le cuesta trabajo descartar a Meade y a Anaya como opciones viables
para llegar a la Presidencia –porque no ofrecen un cambio y prometen cosas que
no van a cumplir–, López Obrador le suscita sentimientos encontrados.
Admite que, ciertamente, es el menos
preparado, en términos académicos; plantea cosas contradictorias; sugiere
políticas públicas de las que luego se desdice; con frecuencia sus
colaboradores más cercanos le enmiendan la plana; no tiene claridad en muchas
de sus propuestas; poco entiende el mundo globalizado…
Y, sin
embargo, Heath, un técnico y teórico
puro de la macroeconomía, reitera en señalar, sin ambages, que López Obrador
‘es el único que puede darle una verdadera sacudida al sistema político y
económico vigente’”.
Este es el personaje que, de
confirmarse la invitación a ser subgobernador del Banco de México –en
sustitución de Manuel Ramos Francia, quien concluye su periodo a finales de
diciembre próximo–, sería el primero en ser propuesto por Andrés Manuel López
Obrador para integrar la Junta de Gobierno del banco central mexicano.
Mucha tinta
corrió en redes sociales y portales informativos. Pero Jonathan Heath,
prácticamente se escondió y no quiso hablar.
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