La huelga universitaria
y las omisiones en la reconstrucción de las afectaciones provocadas por el
sismo del 19 de septiembre de 2017 son dos de los conflictos que el gobierno de
Graco Ramírez heredará a Cuauhtémoc Blanco a partir del 1 de octubre.
Las protestas se multiplican: este miércoles, varios cientos de morelenses realizaron su propio grito
de indignación por los cuatro años de la desaparición de los normalistas de
Ayotzinapa, manifestación que se sumó a otras relacionadas con el sismo y la
huelga universitaria.
El martes, estudiantes
universitarios hicieron un cordón humano alrededor del Palacio de Gobierno; por
la noche se fueron los alumnos, pero se instalaron damnificados, quienes
pernoctaron en los arcos de ese edificio público e instalaron un plantón
exigiendo la entrega de apoyos para la reconstrucción.
Y es que el pasado 14
de septiembre, después de otro plantón en la residencia oficial, el gobierno se
comprometió a dar la ayuda al final de esa misma semana. Sin embargo, no se
cumplió la promesa de entregar dos millones de pesos para atender a 13 familias
con daño total.
Mientras tanto, en la
Plaza de Armas se ha instalado una carpa para la ceremonia de toma de posesión
de Cuauhtémoc Blanco Bravo, que se llevará a cabo el próximo lunes.
Se sumó a las protestas
otro grupo de damnificados del nuevo municipio indígena de Tetelcingo, quienes
acusaron que se les dieron cheques sin fondos del organismo estatal Unidos por
Morelos, creado para apoyar la reconstrucción.
Finalmente,
estudiantes universitarios regresaron a la Plaza de Armas para continuar sus
manifestaciones de solidaridad con los miembros del Sindicato Independiente de
Trabajadores Académicos de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos
(SITAUAEM), quienes cumplieron siete días de huelga debido a la falta de fondos
para el pago de la nómina. En la zona sur de Morelos hubo también otra
movilización de universitarios.
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