El aumento en los precios del
petróleo a nivel internacional no necesariamente es una buena noticia para
México. A pesar de ser un país productor, en este último sexenio ha
incrementado en 65.59 por ciento sus importaciones de gasolinas porque no tiene
la capacidad de refinación para abastecer siquiera su demanda interna. Eso dicen
los analistas consultados. Eso refrendan las cifras.
En estas últimas semanas se ha
observado una fortaleza en el mercado petrolero y las compañías encargadas de
extraer y procesar el crudo empiezan a contemplar la posibilidad de que el
barril llegue a los 100 dólares por primera vez desde noviembre de 2014.
Este jueves,
el barril de petróleo finalizó en 81.72
dólares, un 0.50 por ciento más que al término de la sesión anterior, mientras
que el Texas subió un 0.77 por ciento y cerró en 72.12 dólares el barril.
Estos
niveles de precio en el barril de crudo no se veían desde noviembre de 2014.
Posteriormente, el petróleo entró en una senda bajista que lo llevó a situar su
precio por debajo de los 30 dólares el barril a principios del año 2016, de
acuerdo con información de la agencia Europa Press.
Analistas consultados por SinEmbargo
coinciden en que esta racha alcista de los precios del petróleo repercutirá en
los bolsillos de los mexicanos, pues la mayoría de las gasolinas que se
utilizan en el país provienen del extranjero, específicamente de Estados
Unidos.
“Desde luego que precios más altos
del petróleo tienen implicaciones en los precios de las gasolinas porque están
relacionados directamente: si el precio del crudo aumenta, también los de las
gasolinas y eso tiene un impacto para los consumidores; estaríamos viendo
precios más altos de las gasolinas”, dijo Arturo Carranza, especialista en temas energéticos.
Detalló que
este aumento en los precios del petróleo tiene un doble impacto en el caso de
México. “Por un lado beneficiará a
Pemex, pues exporta alrededor de 1.2 millones de barriles diarios, pero por el
otro, como compramos más del 60 por ciento de la gasolina que consumimos, eso
tendrá implicaciones para las finanzas públicas”.
Para la
ingeniera Rosío Vargas no hay una
correlación entre el precio de la gasolina y la variación del crudo, “tiene que
ver más con el tipo de cambio y las gasolineras que participan en el mercado
mexicano”.
“Las gasolinas con altos precios son
por todo el gran negocio que hacen los importadores y comerciantes que no son
Pemex”, explicó la coautora del libro “Reforma energética: el poder duro y
consensuado para imponerla”.
El precio de las gasolinas Magna y
Premium se ha disparado un 23 y 16 por ciento en lo que va de 2018, según datos
de la Comisión Reguladora de Energía (CRE).
Apenas en
junio pasado, la Magna, la que utiliza el 80 por ciento de los vehículos en
México, superó la barrera de los 19 pesos por litro en algunas estaciones de la
Ciudad de México y Michoacán, mientras que la Premium alcanzó los 20.48 pesos
en la capital del país y en estados como Nuevo León, Jalisco, Nayarit,
Zacatecas, Michoacán, San Luis Potosí, Puebla, Sonora, Aguascalientes,
Chihuahua y Sonora.
Al inicio del sexenio del Presidente
Enrique Peña Nieto, el precio del litro de la gasolina Magna estaba en 10.92
pesos por litro, la Premium en 11.48 pesos y el diésel en 11.28 pesos.
PEMEX:
PRODUCE MENOS E IMPORTA MÁS.
Petróleos Mexicanos, que alguna vez
fue la tercera productora de petróleo del mundo, suma casi seis años
consecutivos produciendo menos gasolina, diesel y gas natural, situación que ha
derivado en una mayor dependencia energética del país.
De 2013
hasta agosto de este año la producción de crudo ha caído un 25.93 por ciento,
de acuerdo con el más reciente reporte de Pemex.
La
producción de gas natural también ha venido cayendo durante el sexenio del
Presidente Peña Nieto. De acuerdo con datos de la petrolera, en 2013 se bombeó
un total de 6 mil 370 millones de pies cúbicos diarios y para agosto de este
año sólo se produjeron 4 mil 837 millones de pies cúbicos diarios, una
reducción de 24.06 por ciento.
En el caso
del Gas Licuado de petróleo (LP), en el año 2013 se producían 206.1 miles de
barriles diarios y para agosto de este año la cifra bajó a 127.8 miles de
barriles diarios, un 37.99 por ciento menos.
Pemex
también ha reducido la elaboración de gasolinas en un 50.01 por ciento en este
sexenio. Pasó de 437.3 miles de barriles diarios en 2013 a 218.6 miles de
barriles diarios hasta agosto de este año.
En el caso
del diesel, en 2013 producía 313.4 miles de barriles diarios y hasta agosto de
este año la cifra bajó a 127.8 miles de barriles diarios, una reducción de
59.22 por ciento.
“Hay una realidad que ya se debería
de reconocer es que México tocó el pico de producción en 2004 con 3.4 millones
de barriles y esa producción es muy difícil volverla a alcanzar. Casi siempre
lo que sucede en países productores donde ya han alcanzado ese pico es que van
moderando el descenso”, mencionó Rosío Vargas.
Mencionó que Estados Unidos tocó su
pico de producción en los años 70 y durante todo este tiempo lo único que ha
ido haciendo es moderando a la baja, pero no ha revertido el crudo
convencional.
“Desarrolló el no convencional con el
fracking y es como ha aumentado su producción, pero la convencional sigue en
descenso. Hizo toda una estrategia de diversificación de fuentes de
abastecimiento, de tipo de producción y de diferentes fuentes de energía par
recuperar lo que va perdiendo en el tiempo”, explicó la también académica de la UNAM.
Señaló que México se tendría que ir acostumbrando a
este descenso y hacer la estrategia para desatollar diferentes tipos de fuentes
de energía, y otra política energética por el lado de la oferta y la demanda.
“No se pueden poner todos los huevos en la canasta de las licitaciones y la
inversión extranjera para revertir esta condición geológica”.
La Reforma
Energética, aprobada en diciembre de 2013, es considerada como una de las más
importantes en el sexenio del Presidente Peña Nieto. Si bien se ha logrado
quitar a Pemex el monopolio del petróleo en México, las licitaciones no han
sido las esperadas.
“Un error fundamental de la promesa de la
Reforma Energética es pensar que se podía resolver una cuestión geológica
simplemente trayendo inversión, y eso no sucede. Las inversiones de la Reforma
Energética no han sido las que se esperaban y las licitaciones van a tardar
retrasando la producción. Las expectativas son demasiadas”, consideró la
académica Rosío Vargas.
A la par que ha caído la producción
de crudo, las importaciones de gasolinas y diesel van en aumento.
En el 2013,
Pemex importaba 358.7 miles de barriles diarios de gasolina y para este año la
cifra aumentó a 594 miles de barriles diarios, 65.59 por ciento más.
Lo mismo
ocurre con el diesel, que pasó de 107.1 miles de barriles diarios importados a
234.9 hasta agosto de este año, un incremento de de 119.32 por ciento.
La doctora
Miriam Grunstein Dickter, socia fundadora de Brilliant Energy Consulting, consideró que en este sexenio Pemex
finalizó con muchos negativos y pocos positivos. “Lo positivo fue que Pemex
aceptó alianzas estratégicas con empresas petroleras importantes y que hubo
temporadas abiertas para la sesión de ductos en Baja California y Sonora.
Emilio Lozoya (fue lo negativo) fue un director que prácticamente le dio el
tiro de gracia a Pemex y José Antonio González Anaya fue un enterrador de la
petrolera”.
EL FUTURO DE
PEMEX.
La nueva
administración federal que encabezará Andrés Manuel López Obrador pretende
construir una nueva refinería, la cual se ubicará en Dos Bocas, Tabasco, y
producirá 400 mil barriles de gasolina al día.
Actualmente
Pemex cuenta con seis refinerías ubicadas en Cadereyta (Nuevo León), Madero
(Tamaulipas), Minatitlán (Veracruz), Salamanca (Guanajuato), Tula (Hidalgo) y
Salina Cruz (Oaxaca), de las cuales, tres operan al 50 por ciento o menos de su
capacidad.
Las
refinerías fueron construidas en la década de los 70 y no fue sino hasta
finales de 2015 cuando se comenzó a invertir en ellas mediante asociaciones
público-privadas.
Este jueves,
el Presidente electo se reunió con los representantes y directivos de 43
empresas petroleras a quienes les pidió seguir trabajando para detener la caída
de la producción petrolera. También se comprometió a respetar los 110 contratos
firmados en la Reforma Energética.
Para algunos
analistas, el nuevo Gobierno manda una señal más clara de que se va a
fortalecer a Pemex otorgándole un mayor presupuesto, pero otros desconfían del
futuro titular de la petrolera, Octavio Romero Oropeza.
“El Presidente electo y la próxima
Secretaria de Energía, Rocío Nahle García, han dicho que se va a fortalecer a
Pemex dándole más recursos. Eso es positivo, pero a mayores recursos la
petrolera tiene que ejercerlos de manera eficiente. Ese es el reto, dijo el
analista energético Arturo Carranza.
“Se tendrá que poner la lupa en los
procesos de licitación para que sean más transparentes, en tiempo y forma y
para que el ejercicio del gasto sea eficiente”, agregó.
La académica
de la UNAM Rosío Vargas dijo que en lo
poco que el Presidente electo ha dejado ver sobre lo que será el futuro de la
política energética es que uno de los objetivos más importantes es fortalecer a
estas dos empresas del Estado que quedaron: Pemex y CFE.
“La idea es que en vez de seguir
debilitando a estas empresas se fortalezcan. Fue lo que se prometió en la
reforma, pero no está ocurriendo porque a las trasnacionales les convine
finiquitarlas. Pero del lado de la seguridad energética es importante tener a
estas empresas porque son el garante del abastecimiento y de ciertos parámetros
de referencia como los costos de producción y los precios, aún con sus
limitaciones”,
opinó.
Para la
doctora Miriam Grunstein el futuro de
Pemex se visualiza mal. “Tenemos un señor agrónomo que ni siquiera es ingeniero
agrónomo y la cosa pinta bastante mal porque siguen pesando más las lealtades
que los conocimientos” en el momento de la designación de cargos en la
petrolera, dijo.
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