viernes, 28 de septiembre de 2018

¡N’ombre! Unos genios… Sube el crudo, producimos menos; suben las gasolinas, importamos más.



El aumento en los precios del petróleo a nivel internacional no necesariamente es una buena noticia para México. A pesar de ser un país productor, en este último sexenio ha incrementado en 65.59 por ciento sus importaciones de gasolinas porque no tiene la capacidad de refinación para abastecer siquiera su demanda interna. Eso dicen los analistas consultados. Eso refrendan las cifras.

En estas últimas semanas se ha observado una fortaleza en el mercado petrolero y las compañías encargadas de extraer y procesar el crudo empiezan a contemplar la posibilidad de que el barril llegue a los 100 dólares por primera vez desde noviembre de 2014.

Este jueves, el barril de petróleo finalizó en 81.72 dólares, un 0.50 por ciento más que al término de la sesión anterior, mientras que el Texas subió un 0.77 por ciento y cerró en 72.12 dólares el barril.

Estos niveles de precio en el barril de crudo no se veían desde noviembre de 2014. Posteriormente, el petróleo entró en una senda bajista que lo llevó a situar su precio por debajo de los 30 dólares el barril a principios del año 2016, de acuerdo con información de la agencia Europa Press.

Analistas consultados por SinEmbargo coinciden en que esta racha alcista de los precios del petróleo repercutirá en los bolsillos de los mexicanos, pues la mayoría de las gasolinas que se utilizan en el país provienen del extranjero, específicamente de Estados Unidos.

“Desde luego que precios más altos del petróleo tienen implicaciones en los precios de las gasolinas porque están relacionados directamente: si el precio del crudo aumenta, también los de las gasolinas y eso tiene un impacto para los consumidores; estaríamos viendo precios más altos de las gasolinas”, dijo Arturo Carranza, especialista en temas energéticos.

Detalló que este aumento en los precios del petróleo tiene un doble impacto en el caso de México. “Por un lado beneficiará a Pemex, pues exporta alrededor de 1.2 millones de barriles diarios, pero por el otro, como compramos más del 60 por ciento de la gasolina que consumimos, eso tendrá implicaciones para las finanzas públicas”.

Para la ingeniera Rosío Vargas no hay una correlación entre el precio de la gasolina y la variación del crudo, “tiene que ver más con el tipo de cambio y las gasolineras que participan en el mercado mexicano”.

“Las gasolinas con altos precios son por todo el gran negocio que hacen los importadores y comerciantes que no son Pemex”, explicó la coautora del libro “Reforma energética: el poder duro y consensuado para imponerla”.

El precio de las gasolinas Magna y Premium se ha disparado un 23 y 16 por ciento en lo que va de 2018, según datos de la Comisión Reguladora de Energía (CRE).

Apenas en junio pasado, la Magna, la que utiliza el 80 por ciento de los vehículos en México, superó la barrera de los 19 pesos por litro en algunas estaciones de la Ciudad de México y Michoacán, mientras que la Premium alcanzó los 20.48 pesos en la capital del país y en estados como Nuevo León, Jalisco, Nayarit, Zacatecas, Michoacán, San Luis Potosí, Puebla, Sonora, Aguascalientes, Chihuahua y Sonora.

Al inicio del sexenio del Presidente Enrique Peña Nieto, el precio del litro de la gasolina Magna estaba en 10.92 pesos por litro, la Premium en 11.48 pesos y el diésel en 11.28 pesos.

PEMEX: PRODUCE MENOS E IMPORTA MÁS.

Petróleos Mexicanos, que alguna vez fue la tercera productora de petróleo del mundo, suma casi seis años consecutivos produciendo menos gasolina, diesel y gas natural, situación que ha derivado en una mayor dependencia energética del país.

De 2013 hasta agosto de este año la producción de crudo ha caído un 25.93 por ciento, de acuerdo con el más reciente reporte de Pemex.

La producción de gas natural también ha venido cayendo durante el sexenio del Presidente Peña Nieto. De acuerdo con datos de la petrolera, en 2013 se bombeó un total de 6 mil 370 millones de pies cúbicos diarios y para agosto de este año sólo se produjeron 4 mil 837 millones de pies cúbicos diarios, una reducción de 24.06 por ciento.

En el caso del Gas Licuado de petróleo (LP), en el año 2013 se producían 206.1 miles de barriles diarios y para agosto de este año la cifra bajó a 127.8 miles de barriles diarios, un 37.99 por ciento menos.

Pemex también ha reducido la elaboración de gasolinas en un 50.01 por ciento en este sexenio. Pasó de 437.3 miles de barriles diarios en 2013 a 218.6 miles de barriles diarios hasta agosto de este año.

En el caso del diesel, en 2013 producía 313.4 miles de barriles diarios y hasta agosto de este año la cifra bajó a 127.8 miles de barriles diarios, una reducción de 59.22 por ciento.

“Hay una realidad que ya se debería de reconocer es que México tocó el pico de producción en 2004 con 3.4 millones de barriles y esa producción es muy difícil volverla a alcanzar. Casi siempre lo que sucede en países productores donde ya han alcanzado ese pico es que van moderando el descenso”, mencionó Rosío Vargas.

Mencionó que Estados Unidos tocó su pico de producción en los años 70 y durante todo este tiempo lo único que ha ido haciendo es moderando a la baja, pero no ha revertido el crudo convencional.

“Desarrolló el no convencional con el fracking y es como ha aumentado su producción, pero la convencional sigue en descenso. Hizo toda una estrategia de diversificación de fuentes de abastecimiento, de tipo de producción y de diferentes fuentes de energía par recuperar lo que va perdiendo en el tiempo”, explicó la también académica de la UNAM.

Señaló que México se tendría que ir acostumbrando a este descenso y hacer la estrategia para desatollar diferentes tipos de fuentes de energía, y otra política energética por el lado de la oferta y la demanda. “No se pueden poner todos los huevos en la canasta de las licitaciones y la inversión extranjera para revertir esta condición geológica”.

La Reforma Energética, aprobada en diciembre de 2013, es considerada como una de las más importantes en el sexenio del Presidente Peña Nieto. Si bien se ha logrado quitar a Pemex el monopolio del petróleo en México, las licitaciones no han sido las esperadas.

Un error fundamental de la promesa de la Reforma Energética es pensar que se podía resolver una cuestión geológica simplemente trayendo inversión, y eso no sucede. Las inversiones de la Reforma Energética no han sido las que se esperaban y las licitaciones van a tardar retrasando la producción. Las expectativas son demasiadas”, consideró la académica Rosío Vargas.

A la par que ha caído la producción de crudo, las importaciones de gasolinas y diesel van en aumento.

En el 2013, Pemex importaba 358.7 miles de barriles diarios de gasolina y para este año la cifra aumentó a 594 miles de barriles diarios, 65.59 por ciento más.

Lo mismo ocurre con el diesel, que pasó de 107.1 miles de barriles diarios importados a 234.9 hasta agosto de este año, un incremento de de 119.32 por ciento.

La doctora Miriam Grunstein Dickter, socia fundadora de Brilliant Energy Consulting, consideró que en este sexenio Pemex finalizó con muchos negativos y pocos positivos. “Lo positivo fue que Pemex aceptó alianzas estratégicas con empresas petroleras importantes y que hubo temporadas abiertas para la sesión de ductos en Baja California y Sonora. Emilio Lozoya (fue lo negativo) fue un director que prácticamente le dio el tiro de gracia a Pemex y José Antonio González Anaya fue un enterrador de la petrolera”.

EL FUTURO DE PEMEX.

La nueva administración federal que encabezará Andrés Manuel López Obrador pretende construir una nueva refinería, la cual se ubicará en Dos Bocas, Tabasco, y producirá 400 mil barriles de gasolina al día.

Actualmente Pemex cuenta con seis refinerías ubicadas en Cadereyta (Nuevo León), Madero (Tamaulipas), Minatitlán (Veracruz), Salamanca (Guanajuato), Tula (Hidalgo) y Salina Cruz (Oaxaca), de las cuales, tres operan al 50 por ciento o menos de su capacidad.

Las refinerías fueron construidas en la década de los 70 y no fue sino hasta finales de 2015 cuando se comenzó a invertir en ellas mediante asociaciones público-privadas.

Este jueves, el Presidente electo se reunió con los representantes y directivos de 43 empresas petroleras a quienes les pidió seguir trabajando para detener la caída de la producción petrolera. También se comprometió a respetar los 110 contratos firmados en la Reforma Energética.

Para algunos analistas, el nuevo Gobierno manda una señal más clara de que se va a fortalecer a Pemex otorgándole un mayor presupuesto, pero otros desconfían del futuro titular de la petrolera, Octavio Romero Oropeza.

“El Presidente electo y la próxima Secretaria de Energía, Rocío Nahle García, han dicho que se va a fortalecer a Pemex dándole más recursos. Eso es positivo, pero a mayores recursos la petrolera tiene que ejercerlos de manera eficiente. Ese es el reto, dijo el analista energético Arturo Carranza.

“Se tendrá que poner la lupa en los procesos de licitación para que sean más transparentes, en tiempo y forma y para que el ejercicio del gasto sea eficiente”, agregó.

La académica de la UNAM Rosío Vargas dijo que en lo poco que el Presidente electo ha dejado ver sobre lo que será el futuro de la política energética es que uno de los objetivos más importantes es fortalecer a estas dos empresas del Estado que quedaron: Pemex y CFE.

“La idea es que en vez de seguir debilitando a estas empresas se fortalezcan. Fue lo que se prometió en la reforma, pero no está ocurriendo porque a las trasnacionales les convine finiquitarlas. Pero del lado de la seguridad energética es importante tener a estas empresas porque son el garante del abastecimiento y de ciertos parámetros de referencia como los costos de producción y los precios, aún con sus limitaciones”, opinó.

Para la doctora Miriam Grunstein el futuro de Pemex se visualiza mal. “Tenemos un señor agrónomo que ni siquiera es ingeniero agrónomo y la cosa pinta bastante mal porque siguen pesando más las lealtades que los conocimientos” en el momento de la designación de cargos en la petrolera, dijo.

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