Por Andrea Vega.
La Secretaría de Hacienda lanzará un concurso para elegir a
la empresa que se encargará de la distribución de los medicamentos durante el
segundo semestre del año.
Raquel Buenrostro, oficial mayor de la Secretaría de
Hacienda, informó, en conferencia de prensa, que habrá “un proceso
competitivo en el que participarán solo empresas que tengan todos los permisos
otorgados por Cofepris para el manejo de medicamentos”.
La funcionaria detalló que la distribución de medicamentos
va a ser un proceso separado de la compra. “Se hará un concurso, mediante el
esquema de subasta”.
Antes, precisó Buenrostro, el sistema de abasto de
medicamentos funcionaba con un intermediario: el distribuidor, que coordinaba
toda la parte de los sistemas de control de medicamentos, la trazabilidad, la
parte de la logística y la parte de los laboratorios. “Eso generaba un
incremento en los precios. La política ahora es cero intermediarios”, aseguró.
Pensando en esto es que se separaron las líneas de negocio:
fabricación y distribución. “Por lo tanto se hizo el proceso en dos partes. La
primera es lo que está ya en trámite, en curso, que es la licitación de los
medicamentos, y cuyo fallo será posiblemente el 28 de junio”.
En mayo pasado, Hacienda encargó al IMSS crear una nueva
estrategia de distribución de medicinas y materiales de curación en todos sus
hospitales. Esto luego de que el gobierno federal cambió el modelo de compras
de medicamentos, y acusara a las empresas distribuidoras de actos de corrupción
para encarecer los precios de los insumos sanitarios.
Sin embargo, el instituto tendría que distribuir miles de
medicamentos contra el cáncer, la diabetes, la hipertensión, el VIH-Sida, y
otros padecimientos, sin contar con una partida presupuestaria específica para
ello, y sin disponer de una infraestructura de transporte especializado, ni de
logística, para llevar los fármacos a toda la República.
Pero este lunes, la Oficial Mayor señaló que este plan
cambió.
En el caso de la distribución, “se va a hacer un proceso
competitivo para asignarla, solo con empresas que tengan todos los permisos
requeridos, de acuerdo con Cofepris, para un manejo adecuado de los
medicamentos”.
El proceso, explicó la oficial mayor de Hacienda, “se va a
dividir en cinco regiones, para que no haya oligopolios. Las fechas se están
sincronizando para que quede junto con las entregas de los fármacos”.
Sobre el posible desabasto de insumos para la salud,
Buenrostro aseguró que el 28 de noviembre se firmó un contrato para todo el
abasto de medicamentos consolidado de la federación. “Hay un contrato que está
consolidado en el IMSS para todo el abasto hasta el 31 de diciembre de 2019.
Este ejercicio intermedio (la compra que está en curso) es de apoyo a las
entidades federativas”.
Algunas entidades, “durante seis años no hicieron pagos de
los medicamentos, le deben muchísimo dinero a los laboratorios y algunos ya no
les quieren surtir. Este proceso intermedio se hizo justo para apoyarlas, para
que sea el propio gobierno (federal) el que adquiera los medicamentos y se los
entregue a los estados. Eso le da confianza a la industria porque se transfiere
en especie, el dinero se queda en la Secretaría de Salud y es el Seguro Popular
el que paga”.
No hay tormenta.
Hugo López-Gatell, subsecretario de Planeación y Promoción de
la Salud, de la Secretaría de Salud, aseguró que (en el nuevo esquema de
compra y distribución de medicamentos) no hay ninguna tormenta. “Todo lo
contrario, hay un refrescante y muy productivo florecimiento de las capacidades
del gobierno de defender el interés público”.
Antes, sobre todo en el sexenio pasado, las compañías
distribuidores, explicó, “formaban parte de un mercado oligopólico, concentrado
y controlado por sus propias prácticas. Eran un intermediario, que si bien
agregaba un servicio, también agregaba un costo y un esquema de facto de
encarecimiento de los productos”.
Las compañías distribuidoras, señaló, cuyo giro de negocio es
el almacenamiento y transporte, inventario y entrega de productos, quedaban
insertas a la mitad del camino entre el titular de registro (los laboratorios)
y la entidad compradora.
“El problema de que este mercado se haya vuelto oligopólico
llevó a que estas compañías distribuidoras establecieran una alianza estrecha,
formalizada legalmente con los productores, al grado que el control del mercado
de los insumos para la salud lo tenían ellos. Generalmente, se considera un
sobre precio de 5 a 7% en los servicios de distribución, en este caso llegaba a
ser de 30 o 35%”,
aseguró López-Gatell.
Para rematar, el funcionario subrayó que al ser un
oligopolio ejecutaban prácticas inconsistentes con las disposiciones constitucionales,
en particular con las del artículo 28 y 134, que prohíben las prácticas
monopólicas. “Manipulaban el mercado y hacían arreglos internos para tener
predominancia en los concursos y los procesos de adquisición”.
“Hacían abastos insuficientes para que se acabaran las
existencias a mitad del año y forzar a una compra de emergencia. También
fragmentaban la negociación, acudían de forma directa a los 32 sistemas
estatales de salud, a las instituciones de la seguridad social, y dentro de
ellas, incluso, a las delegaciones de las instituciones de la seguridad social,
y quienes tenían el control eran ellos (los distribuidores)”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario.