Atzayaelh
Torres.
El
Financiero dio a conocer la semana pasada que siete fueron las empresas
invitadas por Pemex a participar en la licitación por alguno de los seis
paquetes de contratos para construir la refinería de Dos Bocas.
Pues bien,
para asegurarse de que el proyecto insignia del presidente López Obrador sea lo
más mexicano posible, de acuerdo con las condiciones generales del proceso a
las que tuve acceso, cada uno de ellos, y me refiero a Jacobs, KBR, Saipem, ICA
Fluor, Samsung, Bechtel y Wood Group, tendrá que llevar ‘chaperón’ al baile. Me
explico.
Ahí, Pemex,
con la anuencia de la Sener con Rocío Nahle, les puso como condición que
deberán asociarse con empresas nacionales que cuenten con experiencia en
construcción de plantas industriales en los términos que ellos consideren; sin
embargo, indica de manera directa que la empresa mexicana que elijan tendrá que
ejecutar, al menos, 40 por ciento del contrato, considerando todas las etapas
del proyecto: ingeniería, procura y construcción.
Además, otra
de las condiciones que le pusieron al concurso es que se deberá contemplar un
contenido nacional del 60 por ciento en la Fase I del proyecto, que básicamente
se refiere al desarrollo de la ingeniería básica de cada uno de los paquete considerados
en el proyecto, así como la estimación de los costos y tiempos para el
desarrollo de la Fase II, que es la de ejecución.
Quienes
resulten ganadoras deberán, además, considerar la transferencia de conocimiento
y tecnología a sus socios nacionales, y sujetarse a la legislación mexicana y a
sus tribunales para la solución de controversias (así).
También,
‘las letras chiquitas’ impiden que cualquiera de las invitadas participe en más
de tres paquetes, y aclara que una misma firma no podrá concursar en el mismo
paquete, aunque sea en asociación.
Otro de
los puntos a destacar es que la contratación se llevará a cabo mediante un
esquema denominado 'libro abierto', que considera la ejecución de los paquetes
en las dos mencionadas fases y el cual, de acuerdo con el documento, permite
disminuir los tiempos de ejecución, mitiga los riesgos técnicos y económicos, y
permite obtener la definición de alcances, “reduciendo así la incertidumbre por
realizarlo de manera secuencial y segmentada”, que es el esquema tradicional
(así también).
La CRE no
para.
La órgano de
gobierno de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) sesionaría este jueves
por la tarde. En total tienen pendientes 451 permisos de todas las actividades
permisionadas, de los cuales esta semana quedarían aprobados más de la mitad de
ellos.
Sería la
primera tanda de permisos que otorgaría el organismo luego de la salida de
García Alcocer, y sería bajo la batuta de Guillermo Pineda, quien se queda como
presidente interino, por la antigüedad y en espera de la terna que envíe el
presidente López Obrador al Senado, la que por cierto, me cuentan que ya está
hecha; y sin duda, esos permisos se lograrán con el apoyo de los cuatro
comisionados: Norma Leticia Campos, Guadalupe Escalante, el ingeniero José
Celestinos, y de Luis Linares, quien ha estado algo delicado de salud, pues lo
intervinieron recientemente.
De igual
manera, será la primera sesión que coordine Edgar López Satow como
secretario ejecutivo interino, un conocedor y profesional con mucha experiencia
dentro de la CRE y miembro también de Ombudsman Energía México. Suerte.
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