Enrique
Galván Ochoa.
Muy
diferente trato está recibiendo Emilio Lozoya –juicio gourmet, para paladares
finos– al de otro director de Pemex que fue condenado a cinco años de prisión,
Jorge Díaz Serrano, aunque hay algunas semejanzas. –Lozoya huyó de México
tiempo después de salir de Pemex, fue detenido por la Interpol y extraditado.
Díaz Serrano, tras renunciar a Pemex, todavía fue designado embajador en la
URSS e inclusive el PRI lo postuló y fue elegido senador por Sonora. Hubo de
ser desaforado para someterlo a proceso penal. –Díaz Serrano fue acusado de
cometer un fraude por 35 millones de dólares en la compra de dos buques a los
que se cargó un sobreprecio. Todavía no conocemos con exactitud la cuantía de
los delitos que se atribuyen a Lozoya, pero por lo pronto se ha determinado que
el sobreprecio de la planta de Nitrogenados fue de 200 millones de dólares. –La
prensa de la época publicó que Díaz Serrano fue víctima de una venganza del
presidente Miguel de la Madrid porque le había disputado la Presidencia de la
República; Lozoya tuvo un encontronazo épico con el secretario de Hacienda,
Luis Videgaray, ambos celosos de la preferencia del ex presidente Peña Nieto.
–El proceso de Lozoya ocurre en el marco de la campaña anticorrupción del
presidente López Obrador, que ya ha llevado a la cárcel a varios pollos gordos.
El caso Díaz Serrano sucedió en el contexto de la política Por la renovación
moral de la sociedad, que fue un fiasco, porque Díaz Serrano fue el único
personaje sobresaliente enjuiciado. –Si ocurrió el fraude por el que fue a
prisión Díaz Serrano, nunca dio información sobre los cómplices que pudo haber
tenido. En cambio, Lozoya está negociando su libertad a cambio de hacer un
embarradero.
Aun
cuando apenas comienza el proceso del director de Pemex del gobierno de Peña
Nieto, ya se observan las diferencias, también algunas semejanzas. Díaz Serrano
no fue internado en un hospital de lujo, su juicio –inclusive el desafuero en
el Senado– fue público. Tampoco fue enviado a casa a pasar la Navidad con un
brazalete electrónico, a la magnífica finca familiar en San Miguel Regla, como
parece que sucederá con Lozoya.
Misión
imposible.
Es un
buen propósito, inclusive, muy necesario, pero se antoja imposible. La
Secretaría de Desarrollo Económico de la Ciudad de México anuncia una campaña
para que los puestos ambulantes de comida cumplan con medidas para prevenir
contagios de Covid-19. Hemos iniciado junto con la Secretaría de Gobierno de la
Ciudad de México y el área de atención a las alcaldías el retiro de ambulantes
que no cumplan con las medidas sanitarias. Esto va hacer sin excusas ni
pretextos, tienen que cumplir con las medidas sanitarias, estos ambulantes
dependen directamente de las alcaldías, no del gobierno federal, dice el
titular, Fadlala Akabani. Ya los veremos entrar a La Merced…
Las pérdidas
en la industria.
General
Motors registró una pérdida neta de 758 millones de dólares en el segundo
trimestre del año, como resultado de la pandemia de Covid-19. Tuvo que detener
la producción durante casi dos meses debido a las medidas de confinamiento,
pero su actividad ya ha vuelto a la normalidad en la mayoría de sus plantas. La
compañía fue rescatada por el gobierno de Estados Unidos en la crisis de 2008,
recibió un préstamo, entregó acciones para garantizar el pago, y cumplió.
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