Enrique
Galván Ochoa.
Suele
decir alguna gente de Hidalgo que es falta de educación no ser del PRI. Ningún
otro partido ha gobernado la entidad, una de las más empobrecidas de país.
Tierra de caciques, la familia Rojo Lugo, dejó huella mala. Ayer fue capturado
uno: Gerardo Sosa Castelán, presidente del Patronato de la Universidad Autónoma
del Estado de Hidalgo. Ya le seguía los pasos la Unidad de Inteligencia
Financiera de Santiago Nieto. Le había congelado cuentas bancarias. “La UIF
informa que desde 2019 presentó ante la Fiscalía General de la República tres
denuncias contra el señor Gerardo N por los delitos de lavado de dinero, peculado
y defraudación fiscal. A la fecha, la UIF tiene congeladas diversas cuentas
bancarias por movimientos inusuales en el sistema financiero, los cuales
ascienden a 151 millones de dólares”, explicó la UIF. Agentes de la Fiscalía
General de la República, a cargo de Alejandro Gertz Manero, le echaron el
guante ayer y fue ingresado al Centro Federal de Readaptación Social número 1
en Almoloya de Juárez. Tras el congelamiento de sus cuentas, Sosa Castelán dio
la explicación de que las transferencias internacionales eran parte de una
inversión en el banco Credit Suisse y que sus rendimientos eran utilizados para
financiar las jubilaciones de la universidad y la construcción de
infraestructura. No le valieron, como tampoco los amparos que solicitó para
explorar si había alguna orden de aprehensión en su contra. La fiscalía lo
consignó al juez por lavado de dinero y defraudación fiscal. En mayo de 2004,
el escritor Alfredo Rivera Flores publicó el libro La Sosa Nostra/Porrismo y
gobiernos coludidos en Hidalgo, con prólogo del periodista Miguel Ángel
Granados Chapa. Es un relato de los atropellos que ocasionó en el tiempo que
fue líder estudiantil, luego rector de la UAEH y el cacicazgo que impuso. Sosa
Castelán inició un proceso penal en contra del escritor, Rivera Flores y
Granados Chapa. Falleció Miguel Ángel en octubre de 2011. Hay peleas que se
ganan en ausencia.
La deuda.
La banca
nacional e internacional (¿qué no son las mismas?), por conducto de sus
analistas y comentaristas financieros, siguen presionando al presidente López
Obrador para que contrate nuevos préstamos. Hay dos razones, entre otras, por
las que no puede hacerlo: 1) el gobierno paga hoy más de 2 mil millones de
pesos diarios por servicio de la deuda (intereses). 2) tendrá que administrar
sus (casi) seis años de gobierno con los ingresos de sólo 5 años, porque el
pago de intereses se comerá el presupuesto de un año entero. Al terminar su
sexenio, Ernesto Zedillo dejó una deuda de un billón de pesos; Fox y Calderón
la quintuplicaron y Peña Nieto la duplicó, la subió a 11 billones. Ya no hay
espacio para más. A pesar de todo, López Obrador tendrá que hablar hoy con
optimismo porque las circunstancias han hecho que tenga una misión mayor que
hacer crecer la economía a 4 por ciento anual. Su responsabilidad es llevar a
buen puerto la nave zarandeada por la tormenta.
Ombudsman
Social
Asunto:
cargos bancarios
En abril
tenía un adeudo en mi tarjeta de crédito por 150 pesos que por motivo de la
pandemia no pude liquidar el 11 de abril (último día de pago) pero liquidé dos
días después. En mayo me cobraron 399 más IVA por pago extemporáneo, y 90 por
un cargo extra, y como la pandemia seguía muy fuerte igualmente pagué los 90
tres días después y me volvieron a cobrar otros 399 más IVA. Por otra parte, el
gerente de la sucursal me informó que la tarjeta no pagaba anualidad, pero en
julio me llegó el cobro por 1,030 pesos. Considero que esto es un robo en
despoblado de Scotiabank.
Héctor Mario
Treviño de la Garza /Ciudad Mante.
R: Consejo:
si no puedes pagar a tiempo, cierra la cuenta, no vayas a perder hasta tu casa.
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