Julio Astillero.
Ciento
treinta y siete diputados de Morena cerraron el paso, en primer intento, a la
priísta Dulce María Sauri Riancho para que presidiera la mesa directiva de la
Cámara de Diputados. Sufragaron en contra de la ex gobernadora de Yucatán 73
integrantes de Morena y 64 se abstuvieron, con lo cual no se consiguió la
mayoría calificada, que consiste en dos terceras partes de votos de los
legisladores presentes en la sesión.
Véase que el
propio jefe político de la bancada morenista, Mario Delgado, fijó su abstención
cuando Sauri estaba a seis votos de alcanzar la cifra requerida para asumirse
en el nuevo cargo. Según la nota de Roberto Garduño y Enrique Méndez
(https://bit.ly/3bdpsfH), había 296 votos a favor de la priísta, necesitando
302, cuando el comportamiento de los morenistas giró y en los hechos se sumó al
de los 39 diputados del Partido del Trabajo.
Las
consecuencias inmediatas de este resultado son cuando menos las siguientes: 1)
La panista Laura Rojas seguirá cinco días como presidenta de la mesa directiva
y en ese carácter procesará hoy lo relacionado con el segundo Informe
presidencial de AMLO. 2) Los partidos deberán entrar a otra ronda de
negociaciones, en las cuales pueden sostener sus candidaturas actuales (Sauri
por el PRI, Gerardo Fernández Noroña por el PT) o cambiarlas. 3) El presidente
López Obrador no rompe relaciones con el PRI, pues en la conferencia mañanera
de prensa de ayer defendió el respeto a acuerdos que beneficiarían a este
partido. Y, 4) Fernández Noroña mantiene viva su aspiración de presidir la
citada mesa directiva y, aun cuando en los acuerdos venideros no se diera
viabilidad a su candidatura, ganó presencia y fuerza que podrá encauzar hacia
2024.
Los sucesos
de San Lázaro tienen como antecedente la mencionada conferencia de prensa en la
que el Presidente de la República criticó las maniobras partidistas en busca de
cargos; la aparente operación política de Mario Delgado, jefe político del
Senado, para empujar el cumplimiento de acuerdos favorables al PRI y a Sauri;
la declaración de Fernández Noroña de que entregar la plaza a los conservadores
era un error grave y la cesión de cuatro diputados perredistas chuchos al PRI
para que tuviera más curules que el PT.
En el Senado
quedó sellada otra alianza. Eduardo Ramírez, pleno subordinado político del
verde ex gobernador de Chiapas Manuel Velasco Coello, fue confirmado como
presidente de la mesa directiva de esa cámara, con la única oposición de una
decena y media de morenistas. Con Ramírez en esa posición, el control político
quedará a cargo de los buenos amigos y beneficiarios mutuos, Ricardo Monreal y
el citado Velasco. Si Mario Delgado llega a ser el próximo presidente de
Morena, mediante un sistema de encuestas que el Instituto Nacional Electoral
aplicará, Monreal tendrá otro avance en su carrera política hacia 2024, en una
alianza temporal (hasta que la candidatura presidencial los separe) con Marcelo
Ebrard, el verdadero jefe político de Delgado.
Una victoria
indirecta, y ha de verse si de larga o corta duración, es la que han obtenido
Alfonso Romo, el derechista empresario que funge como jefe de la oficina
presidencial, y su representante en la Secretaría de Agricultura, Víctor Manuel
Villalobos, ante la renuncia por razones de salud de Víctor Toledo a la
Secretaría del Medio Ambiente.
La salida de
Toledo estaba prefigurada desde que en la primera semana del pasado agosto se
filtró una conversación en la que el entonces secretario aseguraba que había
muchas contradicciones y grilla interna en la cúpula de la administración obradorista,
que la 4T, como tal, como un conjunto claro y acabado de objetivos, no existe,
no existe, que Romo y Villalobos actuaban en contra del medio ambiente y en
defensa de negocios particulares y que el propio Presidente de la República no
está del lado de la defensa de ciertos proyectos ecológicos.
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