Salvador
Camarena.
Abuso del
espacio que me brinda El Financiero, mi otra casa desde hace años, para este comentario
sobre MCCI.
En febrero
de 2016 me buscó la conocida politóloga María Amparo Casar. En el Starbucks de
Polanquito me contó que ella, junto con Claudio X. González Guajardo, estaban
fundando Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad.
A propuesta
de María Amparo, la organización sumaría a su diseño original –que contemplaba
un despacho de litigio estratégico, un área de activismo y comunicación y una
dirección de investigación aplicada– un equipo de periodismo de investigación,
unidad que Claudio y Casar me invitaban a dirigir.
Desde marzo
de ese año, fecha en que fui contratado en MCCI, convoqué para la unidad de
periodismo a algunos de los más prestigiados periodistas de investigación en
México.
De Claudio y
María Amparo recibí dos encargos: 1) hacer periodismo de investigación en la
lógica de que la corrupción y la impunidad operan en redes que van más allá de
individuos o sectores específicos. 2) Procurar alianzas con otras
organizaciones para que más medios y colegas participaran en investigaciones.
Así, desde
el primer momento no solo contamos con el respaldo para hacer periodismo de
investigación sobre cualquier sector o partido o actor o gobierno, sino que el
periodismo colaborativo ha sido una divisa de MCCI desde su fundación.
En estos
tres años y medio, gracias al talento y profesionalismo de todos y cada uno de
los integrantes de la unidad de periodismo hemos realizado decenas de
investigaciones que, para fortuna de los objetivos que persigue nuestra
organización, han logrado atención en la opinión pública, y no pocos de esos
reportajes se han vuelto referencia nacional e internacional.
Ese impacto
no hubiera sido posible sin una red de medios que a menudo replican nuestras
investigaciones.
Para nuestra
satisfacción, hemos publicado nuestros hallazgos en los espacios de colegas
como Denise Maerker, Carmen Aristegui, Ciro Gómez Leyva, Joaquín López Dóriga,
Carlos Puig, Gabriela Warkentin y Javier Risco, y Olivia Zerón, en El
Financiero. Y en medios como El País, Reforma, Proceso, El Universal, Animal
Político, Nexos, Expansión, SinEmbargoMx y La Silla Rota.
Todo lo
anterior sin mencionar que hemos hecho investigaciones en conjunto con
periodistas de Animal Político, Proceso, Quinto Elemento y Eje Central. Así
mismo, hemos participado en investigaciones del Consorcio Internacional de
Periodistas de Investigación (ICIJ), y hemos coordinado reportajes de diversas
temáticas invitando a colegas de otros medios, regionales y nacionales. Además
está la Beca MCCI, que en su primera edición apoyó cuatro estupendas
investigaciones de colegas de Coahuila, Nayarit, Puebla y Ciudad de México.
Gracias a
todos ellos.
No está mal
que los periodistas seamos cuestionados por colegas o por actores públicos sobre
nuestro quehacer. A los integrantes de MCCI, incluidos los periodistas, el
escrutinio nos parece saludable en términos democráticos.
Lo que está
mal –esto dicho a título personal– es que el presidente de la República, sin
fundamento legal o razón ética, descalifique con denuestos a quienes hacen
periodismo, analizan políticas públicas, realizan activismo o incluso a quienes
con la ley en la mano promueven recursos en las cortes para que se revise la
legalidad de obras públicas. No abona al ambiente de concordia social que el
líder de una nación debe en todo tiempo procurar, y sí es un precedente que
linda peligrosamente con la autoritaria tentación de coartar libertades, al
amedrentar y denigrar sin sustento a quienes simplemente ejercen derechos.
En MCCI las
decisiones editoriales de qué y cómo se investiga son enteramente de mi
responsabilidad. Cada integrante de la unidad de periodismo de Mexicanos Contra
la Corrupción y la Impunidad es libre de proponer temas o asuntos, y junto con
Daniel Lizárraga me toca coordinarlos, editarlos y poner a su disposición todos
los recursos posibles para que esos proyectos se concreten.
Claudio y
María Amparo se enteran de una investigación cuando ésta ha tomado forma,
cuando ya tiene un corpus suficiente para saber que habrá un resultado
publicable. Por supuesto, como presidentes de nuestra organización hacen
comentarios que enriquecen los materiales, pero de ninguna manera sugerirían
suprimir o eliminar parte o la totalidad de un reportaje. Todos sabemos que una
situación así lastimaría sin remedio el propósito esencial de MCCI: denunciar
la corrupción y la impunidad donde quiera que ésta se encuentre.
Los
presupuestos que se invierten en cada investigación los decido yo. Pero el
nombre de los donantes de nuestra organización es desconocido por los
periodistas, incluido el que esto escribe; de esa forma hacemos reportajes sin
saber nunca si alguno de los eventuales implicados es o no donante. Hemos
perdido donativos por algunas investigaciones, pero de eso nos hemos enterado
una vez publicados los materiales.
Todo este
tiempo ha sido un honor dirigir a tan comprometido grupo de periodistas; como
privilegio es también colaborar en MCCI, donde académicos, diseñadores,
periodistas gráficos, expertos en activismo, abogados y personal administrativo
se emplean a fondo en la misión de generar investigaciones y litigios para
exponer probables casos de impunidad y corrupción.
Cada área de
MCCI opera de manera independiente. Los abogados no opinan sobre hacer o no un
reportaje, y los periodistas tampoco nos involucramos en los litigios
estratégicos de nuestra organización. Tenemos claro, eso sí, que nadie que
apele a la ley es desleal a México y a sus instituciones.
Habrá quien
no crea nada de lo anterior. Si tienen pruebas, que las presenten. Pero así
trabajamos en MCCI. Ni más, ni menos.
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