Enrique
Galván Ochoa.
En medio de
la discusión que ha provocado el recorte decretado por la Cámara de Diputados
de mil millones de pesos al presupuesto de 2020 del Instituto Nacional
Electoral (solicitó la fantástica cifra de 12 mil 493 millones, aparte del
subsidio a la partidocracia), hizo su aparición en el escenario un soplón
que revela la probable corrupción y el evidente despilfarro imperantes en el
instituto. Un caso que denuncia es la compra de equipo de cómputo. El INE
decidió gastar 344 millones de pesos para cambiar la tecnología para el
monitoreo de radio y televisión, aunque es evidente que de un año a otro no se
requiere renovar la tecnología para esa función. Tendría que haberse pedido
mucho menos dinero y sólo renovarse la más antigua para que no se convierta en
obsoleta. Tiene sentido. Pero como dijo famoso personaje: Sin compras no hay
sobras. No es cualquier individuo quien hace la denuncia, sino el consejero del
propio INE Roberto Ruiz Saldaña, en entrevista con el portal, Sin Embargo.
Vida de
mirreyes.
El
Consejero Ruiz Saldaña menciona otros gastos discutibles del INE: 49 millones
para la Estrategia nacional de cultura cívica, un proyecto que no debe dejarse,
pero con menos dinero; seguro de separación individualizada, que consiste en un
fondo de ahorro en el cual la alta burocracia del INE ahorra un peso y el pueblo
mexicano pone otro peso; vehículos oficiales que no se justifican; tarjetas de
crédito para comidas de los consejeros y directores ejecutivos; viajes al
extranjero para acudir a foros; ayuda disfrazada de alianzas estratégicas a
instituciones académicas. Hasta ahí lo revelado por el consejero Ruiz Saldaña.
Vale recordar que de 2014 a 2020, mantener al INE le habrá costado a los
contribuyentes 83 mil 695 millones de pesos. Un dato pista: hay algunos nombres
que aparecen casi siempre en el comité de presupuesto: Marco A. Baños Martínez,
Ciro Murayama Rendón, Jaime Rivera Velázquez y Benito Nacif Hernández.
Pronto pago,
dice Slim
El
sexenio pasado se le ocurrió al secretario de Hacienda, Luis Videgaray, detener
el pago a los proveedores –excepto a los cuates– casi todo el primer año. Las
empresas se endeudaron, algunas no resistieron y quebraron. Carlos Slim está
dando la voz de alerta. El gobierno tiene que acelerar sus procesos de pago
para dinamizar la economía y evitar afectaciones en las personas. Durante su
participación en el 30 Congreso Nacional de Ingeniería Civil, destacó que los
147 proyectos de infraestructura con inversión privada en el país (presentados
el martes por el Consejo Coordinador Empresarial) reactivarán la economía, pero
se requiere acelerar la velocidad con que fluye el dinero. La recomendación al
gobierno, y ojalá lo haga pronto, es que no dé pagos bimestrales, que los haga
quincenales; al hacerlos bimestrales se endeuda la gente, caen en el agio, en
el costo caro; en cambio, se les puede pagar cada 15 días, eso ayuda además a
la velocidad a la que se va a mover ese dinero, porque ese dinero va a ir a
gasto, luego el que lo recibió lo gasta y así, refirió. Tal vez 15 días es un
plazo muy breve para los tiempos de la burocracia, a veces ni las empresas
privadas pagan con esa rapidez. Pero un mes sería razonable.
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