Darío Celis.
El 2020 va
ser un año retador para la industria de la aviación. Las aerolíneas bandera van
a encarar entre el 2022 y el 2024 una feroz lucha, ahora por las tripulaciones.
Vamos a entrar a una tercera fase.
La primera
tendencia fueron las alianzas interlíneales y comerciales que dieron paso a
consorcios como Star Alliance y One World. La segunda es la fusión,
actualmente, de las armadoras.
En esa
tesitura Boeing, que va a presidir David Calhoun, está comprando a su similar
brasileña Embraer, mientras Airbus, que comanda Guillaume Faury, asumió a
Bombardier.
Pese al
descalabro que le significó el 737 MAX, Boeing y Airbus están vendiendo aviones
más que nunca. Hay un creciente apetito de todas las aerolíneas del mundo por
crecer sus flotas.
Lo anterior
plantea el desafío para las líneas más pequeñas de mantener sus tripulaciones.
La tercera tendencia que se vivirá es precisamente el pirateo de pilotos y
sobrecargos.
A Aeroméxico
se le abren retos y oportunidades. La compañía de Eduardo Tricio, Valentín Diez
Morodo y Delta Airlines está en la tesitura de robustecer su modelo de
negocios.
La crisis
del 737 MAX, más que un descalabro se le presenta como una oportunidad de
crecimiento internacional. Le decía ayer que Boeing les está adelantando la
entrega de cinco Dreamliner.
El 787, un
aparato denominado 'heavy' de largo alcance, le ayudará a elevar su ticket
promedio porque cada aeronave tiene una capacidad promedio de 270 pasajeros.
Dreamliners
tiene 20, para el 2022 llegará a 24 y tiene abierta una opción de saltar a 30.
Son aviones cuyo tiempo de espera en fábrica ronda los tres años. Aeroméxico
tiene ya una ventaja en tiempo.
De hecho,
tan es así la apuesta de la empresa dirigida por Andrés Conesa, que ya negocia
con la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores ampliar la jubilación de 60 a
65 años. Solo así crecerá.
Aeroméxico
posee mil 200 pilotos, de los cuales 110 se jubilarían en los próximos tres
años. Actualmente 220 capitanes y 300 copilotos vuelan el Dreamliner.
La
estrategia de la firma que preside Javier Arrigunaga es interesante al aumentar
su flota del 787 y ralentizar la adquisición de los 737 MAX, que no tienen para
cuando reactivarse.
Había pedido
no 13, sino alrededor de 40, pero los puede suplir con más 737 NG 700 y 800, el
modelo típico de la Boeing que no presenta fallas ni contingencias con la FAA.
Lo que sí
puede dar pie a un cambio de paradigma en Aeroméxico por la crisis del 737 MAX,
es que siga los mismos pasos que su socia Delta, que pidió 330 A220 de Airbus.
Estos
aviones son lo más cercano al malogrado 737 MAX y la compañía del Caballero
Águila podría ser tentado para renovar con ellos su flota de 60 Embraers que
actualmente posee Connect.
Los Embraer
70 y 90 de Connect tienen una capacidad de 60 y 99 asientos, respectivamente,
frente a 130 promedio del A220. Son los aviones regionales que podrían elevar
los ingresos del grupo.
ESTE LUNES
SARE informó que renunció en bloque su Consejo de Administración. Se trata del
paso previo al retiro de Tavistock, propiedad del magnate Joe Lewis. Este fondo
entró al rescate de la desarrolladora en 2014. En los últimos cinco años ha
invertido ahí unos 70 millones de dólares. Logró reducir la deuda de 2 mil 800
a prácticamente 300 millones de pesos. Sin embargo dos pasivos contingentes
fuera de balance acabaron con sus buenos deseos. La férrea política de cero
concesiones de la 4T le impidió acogerse a una amnistía fiscal y la compañía
fue condenada a pagar al SAT alrededor de mil 500 millones de pesos. Además
tiene que liquidar a la Conagua casi 800 millones. Está por convocarse a una asamblea
en la que la compañía que fundó Dionisio Sánchez y que dirige Guillermo Guzmán
oficializará la salida de Tavistock, que representa aquí Mario Espinosa. Sare
aún tiene pasivos con HSBC, Citibanamex, Banorte y BBVA, amén de deuda
bursátil.
VECTOR, QUE
FUNDÓ Alfonso Romo, está apostando fuerte en el negocio hospitalario. A través
del CKD VMZCK 17 acaba de inyectar 100 millones de pesos a Gestión Hospitalaria
(GH), que dirige Arturo Garza, para adquirir nosocomios en distintos estados
del país. La compañía, en la que participa como socio el fondo Stella Maris
Partners, ya cuenta con dos unidades en Quintana Roo y el Estado de México.
Además de operar hospitales privados, GH posee un negocio de servicios de
radiología y una comercializadora de medicamentos. En el brazo inversor de
Vector participa la Afore Coppel, el BID y la Corporación Financiera
Internacional del Banco Mundial.
EL
CONTRATO DE Silodisa no venció en diciembre. Acaba hasta abril. Le decía que es
la firma de logística de los medicamentos del ISSSTE. El contrato lo asignó
Miguel Ángel Yunes en 2009 por cinco años. Venció en 2014, pero el gobierno de
Enrique Peña lo prorrogó un par de veces. Sebastián Lerdo de Tejada en 2014 y
José Reyes Baeza en 2016. Se ve cuesta arriba que la 4T lo amplíe por oneroso.
En ese tiempo ha generado ganancias por unos 300 millones de dólares. Fármacos
Especializados de José Antonio Pérez Fayad posee 50 por ciento y el resto Raúl
López y Miguel Marengo.
DESDE EL
PRIMER día del año se oficializaron cambios en White & Case de México, este
afamado despacho de abogados corporativos. Manuel Groenewold dejó el cargo de
socio ejecutivo en manos de Ismael Reyes Retana y la posición de socio
administrador que venía desempeñando fue retomada por Francisco de Rosenweig.
La firma arrancó operaciones aquí en 1991. Actualmente cuenta con 22 socios,
tres consejeros y un equipo de 77 colaboradores.
TAMBIÉN EN
CREEL, García-Cuéllar, Aiza y Enríquez hubo movimientos. Se integró Luis
Salinas como consejero enfocado a controversia y litigio fiscal. Fue titular en
funciones de la Procuraduría de la Defensa del Contribuyente, donde también fue
subprocurador de Análisis Sistémico y director general de Asuntos Internacionales.
Con ello la empresa que lidera Carlos Aiza refuerza su batería legal de cara a
los retos que imponen las nuevas atribuciones del SAT.
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