Atzayaelh
Torres.
Los
limitados resultados en producción que ayer dio a conocer la Comisión Nacional
de Hidrocarburos (CNH) es el pretexto perfecto para hablar de lo que ocurre
‘tras bambalinas’ en Pemex Exploración y Producción (PEP).
A pesar
de que diciembre fue el mejor mes del año, y que creció respecto a noviembre e
incluso respecto al mismo mes de 2018, no fue suficiente para superar las metas
establecidas. El dinero fue uno de los principales motivos.
En recientes
reuniones con la ‘acéfala’ dirección general de PEP, los subdirectores de la
empresa han manifestado la dificultad que enfrentan desde finales del año
pasado para cumplir con sus programas operativos y metas de producción con
motivo de la millonaria falta de pagos a las empresas contratistas.
Sin
embargo, llama la atención que, en sus reportes, las subdirecciones presentan
como prioritarias para pago a las empresas que han ingresado a PEP cartas con
amenazas de suspensión de servicios. Casualmente, las que se quejan y amagan
son las empresas que ofrecen servicios que no son prioritarios, dejando con
esto de lado a las empresas grandes y medianas que sí efectúan servicios para
el mantenimiento de los pozos terrestres y marinos, es decir, las que sí ayudan
a Pemex a mantener su producción.
A estas
últimas, las que sí aportan, se les adeudan los montos mayores, que van de
los 10 a los casi 200 millones de dólares. Empresas leales que han aguantado
con sus propios recursos la continuidad a los servicios, quienes no amenazan
con suspensiones y/o cobrar intereses. Empresas, que por cierto, cada vez
tienen mayor dificultad para acceder a créditos bancarios, pues ya no es
garantía tener contratos con Pemex, todos saben que no paga.
Por ejemplo,
de acuerdo con un reporte interno de Pemex al que tuve acceso, Mexoil ya
tiró la toalla en los pozos Cibix, Pachil y Yaxjut. Esto a pesar de su respaldo
financiero; y sin embargo, Octavio Romero, director general de Pemex, sigue
haciendo visitas a sus operaciones en campo. La próxima será este viernes en
Veracruz.
Además, súmele
al ya complicado panorama, que el tema de falta de pagos ya impactó a los
dueños de las tierras donde opera Pemex. Tan solo en el área Poza Rica–Altamira
se tienen cerrados más de 100 pozos que afectan en más de mil barriles la
producción de crudo, e involucra a decenas de propietarios organizados para
negar el acceso a Pemex mientras no se les pague. Así.
Los
compromisos de producción están muy apretados también para este año, la
petrolera tiene que hacer fluir el presupuesto. Está castigando demasiado a los
proveedores. Es imperante que desde la dirección corporativa de Finanzas de
Pemex, Alberto Velázquez consiga coordinarse con la Secretaría de Hacienda
antes del 1 de febrero, plazo que se pusieron un grupo de proveedores para dejar
de operar, lo que traerá repercusiones incalculables para la actividad
petrolera. Terrible.
Aguarda en
Zama.
En este
espacio le reportaba que desde que inició la #4T, Pemex se levantó de la mesa
de negociación para determinar cuánto le toca en el yacimiento Zama, y
trascendió que no dará un paso adelante en el acuerdo de unificación hasta que
no tenga los resultados de su primer pozo exploratorio, mismo que va retrasado
y que prometió perforar (ahora sí) en febrero de este año. Veremos.
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