Julio Astillero.
Amigo desde
la infancia de Manuel Velasco Coello (en condiciones asimétricas), una especie
de vicegobernador ejecutivo en Chiapas mientras El Güero se encargaba de buscar
escalones nacionales, Eduardo Ramírez Aguilar (autodenominado jaguar negro)
está encaminado por Morena (y el satélite PES) para ser confirmado hoy como
presidente de la mesa directiva de la Cámara de Senadores.
No afectó a
Ramírez Aguilar, es decir, a Velasco Coello, la difusión del video en que otro
subordinado del entonces gobernador de Chiapas, David León Romero, entregaba
bolsas con dinero en efectivo a Pío López Obrador. A fin de cuentas, nada de
eso contravino la operación concertadora de Ricardo Monreal, el jefe político
del Senado y buen amigo y protector de Velasco Coello.
Aunque, ha
de decirse, el entonces gobernador también fue protector del zacatecano en
episodios como la liberación de Benelly Jocabeth Hernández Ruelas, María Lizeth
Semenow Ayala y Sofía Olvera Castro, quienes arribaron con un millón de pesos
en efectivo al aeropuerto de Tapachula justamente en el 2015 electoral en que
supuestamente se grabó el video arriba mencionado. Propaganda a favor de
Morena, una maleta con el nombre de Monreal, nexos luego aceptados y una
llamada telefónica interceptada y luego difundida mostraron la relación de las
detenidas, y luego liberadas, con el político que ahora coordina la bancada senatorial
de Morena (https://bit.ly/3jxMQHx ).
También ha
de decirse que no toda la bancada morenista apoya los arreglos de Monreal y
Velasco para colocar a Ramírez como presidente de la mesa directiva. Martí
Batres, por ejemplo, tuiteó: No hay tal unanimidad en la postulación de Eduardo
Ramírez a la presidencia de la mesa directiva del Senado. Hay varios senadores
que no estamos de acuerdo con esa candidatura y no votaremos por él. Ayer, esos
senadores no asistieron a la reunión encabezada por Monreal en la que se
formalizó la asignación del cargo a Ramírez.
En la Cámara
de Diputados no había anoche una decisión tomada, aunque los indicios apuntaban
a que, así como en el Senado se optó por consolidar la alianza con el Verde
Ecologista y Manuel Velasco, en San Lázaro se podría privilegiar la buena relación
con el Partido Revolucionario Institucional, que propone a la ex gobernadora de
Yucatán y varias veces legisladora Dulce María Sauri Riancho, para presidir la
mesa directiva.
La
resolución de este caso se ha alargado debido a que el Partido del Trabajo, con
Gerardo Fernández Noroña como principal motor, buscó superar en número de
asientos al PRI, para que la asignación de la presidencia de la mesa quedara
efectivamente en la tercera fuerza electoral, que de súbito sería la petista y
no la priísta. En este camino, el PT incorporó a dos personajes originalmente
contrarios a Morena y particularmente a Claudia Sheinbaum, Mauricio Toledo y
Héctor Serrano (éste, el principal operador político de Miguel Ángel Mancera en
el gobierno de la capital del país).
Esa
afiliación de impresentables permitió a Alfonso Ramírez Cuéllar, Martí Batres y
Citlalli Hernández, entre otros morenistas, impugnar el proceso petista, aunque
hoy todavía se esperan horas complicadas en San Lázaro, con Fernández Noroña
habiendo señalado en video dominical que, si no queda en el cargo, él verá
hacia adelante y con un reproche a la postura de Sheinbaum.
En los
jaloneos por la citada presidencia de la mesa directiva, estuvo Morena a punto
de perder la de la Junta de Coordinación Política, pieza clave para el manejo
de San Lázaro, a cargo del ebrardista Mario Delgado, también aspirante a
presidir Morena, proceso éste en el que se ha postulado el joven intelectual
Gibrán Ramírez, en tanto Bertha Luján pareciera dispuesta (¿tácticamente?) a bajarse
de la contienda. En el batidillo, un diputado de Morena, que había pasado al
PT, en 24 horas se desdijo y regresó al partido mayoritario para evitar que
Acción Nacional quedara a cargo de la Jucopo. Calientito que se ha puesto todo.
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