Alejandro
Páez Varela.
Son 19
exfuncionarios. Los ligan a Miguel Ángel Osorio Chong. Los acusan operaciones
con recursos de procedencia ilícita por 2 mil 500 millones. A la cabeza, Frida
Martínez Zamora, exdirectora de Recursos Materiales de la Oficialía Mayor de
Gobernación. Aeronaves, patrullas, equipo de espionaje de Rafael Advance
Defense Systems Ltd, empresa de origen israelí pero además, regulada y
promovida por el Gobierno de Israel: se supone que esas compras las usaron para
desviar recursos públicos. La mayoría de los imputados pasó por el Centro de
Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) y por la Policía Federal. Sólo
Eleuterio Enrique Pérez Romero está detenido; es contador público. Tenía los
recursos de la Policía Federal Preventiva en sus manos.
La carrera
de Martínez Zamora dice que viene del Hidalgo de Osorio Chong. De todos los que
están mencionados en la prensa, algunos entresacan a Jorge Márquez, Oficial
Mayor de Gobernación desde 2012 y hasta enero de 2018. Me intereso por él. Por
lo que sé, es el individuo más cercano al exsecretario. Si van por él, van por
Osorio. Leo en una nota que “tiene orden de aprehensión”. Le marco a su
celular: me contesta. Le pido una entrevista; pienso que es prófugo de la
justicia; pienso en la exclusiva. Pero algo no me cuadra. No lo escucho
hablando en voz baja como si estuviera en el cine o como si huyera por la
huasteca hidalguense. Busco más. Gugleo. Sólo menciones, suposiciones; nada de
la mentada orden de aprehensión.
Vuelvo sobre
mis pasos porque recuerdo bien a Márquez. Me sale un episodio divulgado en
prensa extranjera donde se dijo que trató de sobornar a Santiago Nieto Castillo
cuando fue despedido de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos
Electorales. Nieto es echado por investigar a Emilio Lozoya, a Odebrecht y la
elección de Enrique Peña Nieto. Pero el supuesto soborno de Márquez al entonces
Fiscal es una mentira, dicho por el mismo Nieto Castillo.
Busco en Sin
filias ni fobias. Memorias de un fiscal incómodo, de Nieto Castillo (Grijalbo,
2019). Allí encuentro el episodio donde el todavía Fiscal electoral piensa que
se salva, que no lo van a echar. Cree que, si no negocia, lo echan y lo meten a
prisión por señalar la corrupción en tiempos de corrupción desmedida. Allí es
cuando busca a Márquez. Aquellas eran las horas más negras del actual fiscal
anticorrupción de Andrés Manuel López Obrador.
“El lunes
siguiente comenzó el ataque de las voces del sistema: Ricardo Alemán, Ciro
Gómez Leyva y demás prensa oficial. Pensaba que usarían a El Universal como
arma en mi contra, como ocurrió en diciembre de 2015…”. No sucede. En cambio,
Enrique Ochoa Reza (en el noticiero de Carlos Loret de Mola) y los panistas
emprenden la embestida. Sí, los panistas. Lo acusan de haber violentado el
proceso al divulgar que investigaba el dinero sucio que ayudó al PRI a ganar en
2012. “Una nueva mentira circulaba, ahora vertida por los panistas rebeldes:
que el hecho de que yo hubiera dicho públicamente que había recibido un
documento de Lozoya que formaba parte de una carpeta de investigación
contaminaba el expediente y el investigado alcanzaría la absolución por mi
culpa. Falso”, escribe.
Luego dice:
“Ese día busqué a Jorge Márquez. Nos reunimos en el lobby del hotel Fiesta
Americana de Reforma. Le pedí que interviniera, pues estábamos en medio de un
enfrentamiento institucional que podía resolverse si Elías Beltrán retiraba la
remoción. Que mi postura era siempre proteger a las instituciones, pero ello
implicaba que las instituciones funcionaran para lo que fueron diseñadas. Me
dijo que estábamos en la tormenta perfecta, pues yo no había cuestionado al
periódico Reforma su encabezado”. Reforma publicó: “Lozoya presiona al Fiscal”.
Un escándalo que le costaría a Santiago Nieto la cabeza… por un tiempo.
Regresaría, ahora más poderoso, con López Obrador.
El ahora
titular de la UIF narra páginas de ataques en la prensa por atreverse a
investigar la corrupción en la campaña del PRI. Los medios de siempre, los
periodistas de siempre. “Pensé: ésas son las ventajas de utilizar 60 mil
millones de pesos para el pago de publicidad gubernamental, de forma
discrecional, sin rendición de cuentas. En cualquier país democrático eso se
llama corrupción”. Entonces volvió a buscar a Jorge Márquez, quien lo citó otra
vez.
“Jorge
Márquez estaba en el lugar pactado. Su respuesta fue rápida: el gobierno dice
que no. Él sugería, como amigo, pensar en la declinación. Me comentó que su
margen de maniobra se estrechaba, porque del lado del gobierno y del PRI ya
estaban con las lanzas listas para destruirme. ‘Se te van a ir con todo’, fue
la frase. Le comenté que lo platicaría con mi familia. Me respondió que ellos
me ayudarían a salir bien librado, que confiara en la palabra de Miguel Ángel
Osorio Chong. Pero yo en quien no confiaba era en Peña Nieto, quien me pidió
que fuera institucional, cuando el primero en dinamitar las instituciones fue
él”.
Márquez,
dicho por Santiago Nieto, intentó darle una salida: jalarlo a Gobernación.
Nieto no quiso, pero se lo agradecería.
Vuelvo sobre
mis pasos. Márquez no tiene orden de aprehensión, hasta ahora. Le marco a su
celular: me contesta. Le pido una entrevista; prefiere no hablar en público. En
ese momento me pregunto: si el Fiscal Alejandro Gertz Manejo no va contra
Márquez y, por consiguiente, contra Osorio Chong; si Santiago Nieto no tiene
hasta ahora intención pública de hundir al exoficial Mayor (a quien lo une un
episodio del pasado más oscuro); es más –y esto es importante–: si la Auditoría
Superior de la Federación tiene solventados los gastos hasta 2017, último año
de ambos en Gobernación, ¿quién filtra información contra Márquez? Consulto,
busco. Me veo con gente.
Me dicen que
todos los caminos llevan hasta MIT, hasta Luis Videgaray Caso. “[María] Cecilia
Hernández [Galván]. Alfonso Durazo las tiene junto a él. Viene de los tiempos
de Genaro García Luna y de Felipe Calderón, de aquella Secretaría de Seguridad
Pública. Con Peña se hizo de las confianzas de Videgaray. Ahora está con la
4T”. Así me lo dicen. “Pero que no es la única”. Según esta versión de la
historia, ella y otros alientan a Durazo. Y Durazo al Presidente.
Hay una
parte de la historia que no se ha contado bien, del todo: esas compras se
hicieron por medio de una cartera de inversión. Esa cartera se forma en
automático cuando se solicitan esas compras. Y la maneja la Secretaría de
Hacienda y, en su momento, la Policía Federal. La Hacienda de Luis Videgaray
estaría metida, pues, en las compras dudosas de aeronaves, patrullas y equipo
de espionaje a Rafael Advance Defense Systems Ltd. Y sin querer queriendo, o
queriendo queriendo, Durazo orienta ese presunto desvío a Gobernación en
tiempos de Osorio. Y, de pasada, salva a Videgaray. Así me lo contaron.
Busqué a
Alfonso Durazo por medio de su ayudantía, que antes me había servido para
hablar con él. No me contestó; cero. Quise preguntarle antes de publicar esta
historia, como es mi obligación profesional. No pude. También es cierto que
Osorio Chong debe responder a todos los señalamientos que se le hacen.
Pareciera tan simple: empezó el 1 de diciembre de 2012 y salió el 10 de enero
de 2018. Alfonso Navarrete Prida empezó el 10 de enero de 2018 y terminó el
sexenio. Es decir: el último Secretario de Gobernación fue Navarrete Prida, un
prominente político del Grupo Atlacomulco, de la cepa Peña Nieto. En horas como
las que se viven, hasta Emilio Lozoya puede dar lecciones: ¿es hora de que
Osorio busque a Gertz Manero?
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