Ricardo Ravelo.
Acusada
de un despojo multimillonario en perjuicio de Román Ferrat Sola, quien fuera su
esposo, Marcela García Paniagua –hija del general Marcelino García Barragán,
Secretario de la Defensa Nacional en el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz –, así
como sus hijos, enfrentan líos en México y desde hace un mes están prófugos de
la justicia.
La Sexta Sala Penal del Tribunal
Superior de Justicia de la Ciudad de México, a cargo de los magistrados Ramón
Alejandro Sentíes Carriles, Martha Patricia Tarinda Azuara y María de Jesús
Medel Díaz, giraron orden de aprehensión
en contra Marcela García Paniagua, hermana de Javier, quien fuera poderoso
Secretario de Gobernación durante el sexenio de Luis Echeverría, presidente
nacional del PRI y cabeza de la extinta Dirección Federal de Seguridad (DFS),
por muchos años la policía política del régimen.
También
son buscadas por la justicia mexicana Lorena Ferrat García, nieta de García
Barragán, y Ayesha Ferrat Fonseca, hija adoptiva de la señora García Paniagua.
Los delitos que enfrentan son fraude procesal y falsificación de documentos,
según consta en los tocas penales 731/2016 y 697/2016, respectivamente. Aunque también existe una investigación en
la PGR por presunto lavado de dinero, pues en sus cuentas empresariales hay más
ingresos que lo que generan sus múltiples negocios, según la indagación.
Después de la muerte de Javier
García Paniagua, en 1998, esta familia
que por décadas detentó el poder político, pasó al anonimato. No fue sino hasta
el 2011 cuando nuevamente fueron sacudidos por el escándalo. El 6 de septiembre
de ese año fue ejecutado en Guadalajara, Jalisco, Javier García Morales, hijo
de Javier García Paniagua y nieto del general García Barragán. Lo acribillaron
en plena calle. La PGR tenía varios expedientes abiertos en su contra por
sus presuntas relaciones con el narcotráfico. En realidad, García Morales era amigo de capos: se le vinculó con
Amado Carrillo Fuentes y también con Juan José Esparragoza Moreno, El Azul,
aunque él siempre lo negó.
Durante
la etapa en que su padre fue titular de la DFS, cobró fama porque solía moverse
en el mundo del contrabando, un negocio muy socorrido en los años setenta y
ochenta. Era amigo de Miguel Nassar, el torturador del sistema. Y ambos se
dedicaron en su tiempo a importar carros de lujo de Estados Unidos y
motocicletas Harley que tenían reportes de robo en Estados Unidos. Era toda una
mafia policiaca y operaba al amparo del poder político. Igual que ocurre ahora. Las cosas no han cambiado.
Ahora la señora Marcela García
Paniagua, la tía de García Morales, y sus hijas Lorena y Ayesha saltaron a la
escena pública con nuevas andanzas. Las
tres son buscadas por la Policía capitalina para que rindan cuentas ante la
justicia. Según datos oficiales, aún no han salido del país. El rastreo que
efectúa la policía incluye todos los estados de la República y ya existe una
ficha roja para impedir que salgan al extranjero. Algunas pistas indican
que pueden estar escondidas en Guadalajara o que de plano están en el norte del
país. Tan de prisa tuvieron que huir,
que abandonaron sus empresas. Interpol ya interviene en su búsqueda.
La que ellas protagonizan es una
historia truculenta:
Después de tres años de
investigaciones, en noviembre de 2015 la Procuraduría General de Justicia de la
Ciudad de México (PGJCDMX) consignó la averiguación previa FCH/CUH-8/1126/13-04
por considerar que la hija de García
Barragán y sus hijas son presuntas responsable de los delitos de fraude
procesal y falsificación de documentos al haber maquinado, en contubernio con
Roberto Courtade Bevilacua, notario 132 de la ciudad de México (ya fallecido),
el robo de la fortuna de su esposo –Román Ferrat Sola — cuando agonizaba en un
hospital, en mayo de 2008. El monto del despojo se calcula en unos 800 millones
de pesos.
Por otra parte, la Subprocuraduría
Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (Seido) está
integrando la carpeta de investigación FED/SEIDO/CDMX/0000924/2016 por el presunto delito de lavado de dinero
y evasión fiscal en el que están implicados tanto la señora García Paniagua
como sus hijos, entre ellos, Lorena, Roberto, Flavio y Román Ferrat García, así
como Ayesha y Valeria Ferrat Fonseca.
De acuerdo con dicha indagatoria, el posible lavado de dinero se comenzó a
investigar porque las autoridades federales detectaron a través de sus órganos
de inteligencia que las personas bajo investigación tuvieron ingresos
multimillonarios inusuales, por lo que la PGR solicitó a la Comisión Nacional
Bancaria y de Valores información sobre las cuentas bancarias implicadas en el
posible blanqueo de dinero.
Como consecuencias de las
investigaciones, el 11 de octubre de
2016, por ejemplo, la PGJCDMX ordenó
el aseguramiento de 33 empresas y más de 50 inmuebles propiedad de la familia
Ferrat- García Paniagua. La medida se efectuó en los estados de México,
Guerrero, Colima y la ciudad de México, donde se localizan los bienes.
Entre los inmuebles asegurados figuran los hoteles “Caleta”, “Auto Hotel
Ritz, Panoramic”, “Maralisa y Los Pericos”, en Acapulco, Guerrero; en la ciudad
de México la lista la encabeza el hotel “Holiday Inn Express”, ubicado en el
Paseo de la Reforma; un inmueble ubicado en Santa Fe, actualmente rentado por
la trasnacional IBM, así como un edificio en Las Lomas de Chapultepec que
rentan a la embajada de Estados Unidos en México.
De acuerdo con la indagatoria
FCH/CUH-8/1126/13-04, todas estas
propiedades formaban parte del patrimonio que amasó el político y empresario
Román Ferrat Sola –ex yerno de García Barragán y ex cuñado de Javier García
Paniagua –, quien en los años setenta fue director de Hacienda en el estado de
México durante el gobierno de Jorge Jiménez Cantú (1975-1981), diputado federal
del PRI y miembro del llamado Grupo Atlacomulco al que pertenecieron, entre
otros políticos, el extinto profesor Carlos Hank González, ex regente de la
Ciudad de México.
Ferrat Sola se casó en esa época con
Marcela García Paniagua, hermana de Javier García Paniagua, Secretario de
Gobernación en el sexenio de Luis Echeverría, titular de la Dirección Federal
de Seguridad y fuerte aspirante a la Presidencia de la República al finalizar
el sexenio echeverrista. De este matrimonio nacieron Lorena, Roberto, Flavio,
Román y Rodrigo Ferrat García.
Posteriormente, Ferrat Sola se
relacionó con Carmen Fonseca Gómez, con quien tuvo una hija –Valeria Ferrat –y
ambos adoptaron a Ayesha García. Después, el político y empresario tuvo otros
dos hijos más –Jorge Ángel y María Teresa Ferrat –con la señora María Guadalupe
García Cabello. Estos últimos son sus hijos menores.
A
ocho años de la muerte de Román Ferrat Sola, comienzan a salir a flote las
maniobras que efectuaron su esposa Marcela García Paniagua y sus hijos mayores
para despojarlo de su patrimonio, hechos que actualmente se ventilan en
diversos juicios tanto sucesorios como penales, en cuyos casos se han visto
implicados en presuntos actos de corrupción y favoritismo altos funcionarios
del Poder Judicial.
Todo
comenzó en agosto de 2008, cuando la muerte sorprendió a Ferrat Sola. Fue
entonces cuando tronó el conflicto entre las familias del político mexiquense,
pues al momento de su deceso no había preparado aún su testamento para heredar
a sus hijos.
Sin embargo, su primera familia –la que formó con Marcela García Paniagua – comenzó
a maquinar diversas maniobras con la finalidad de apropiarse de su patrimonio,
según se desprende de las investigaciones realizadas por la PGJCDMX.
Durante las investigaciones, a las
que se tuvo acceso, se acreditó que la
señora García Paniagua y sus hijos utilizaron documentos falsos –un testamento,
poderes de dominio y fideicomisos –con los cuales, según la averiguación previa
citada, “engañaron a la autoridad y se apropiaron indebidamente del patrimonio”
del difunto Ferrat Sola.
Con esas acciones –sostiene el
expediente referido –García Paniagua dejó desprotegidos a los hijos menores que
Ferrat Sola tuvo fuera de su matrimonio: Jorge Ángel y María Teresa Ferrat
García.
De
28 años de edad y abogada de profesión, María Teresa Ferrat afirma, en
entrevista, que la señora García Paniagua y Lorena Ferrat –su media hermana —
la despojaron a ella y a su hermano de la herencia que les correspondía, pues
señala que se apropiaron del patrimonio de su padre falsificando documentos,
como se ha ido demostrando ante las autoridades a través de las investigaciones
ministeriales.
–El hecho de haberle quitado el
patrimonio a su padre, ¿Fue un robo? –se le pregunta a Ferrat García.
–No
fue un robo. Lo que estas personas cometieron fue un fraude a la sucesión de mi
padre Román Ferrat Sola, ya que fuimos engañados, tanto nosotros como las
propias autoridades, con documentos falsificados, los cuales exhibieron en
juicio y lograron ocasionar un detrimento patrimonial a la sucesión.
–¿Qué documentos resultaron falsos?
–Con
base en la investigación resultó falso el poder de dominio porque la firma que
se atribuye a mi padre no fue estampada por él. Además, con ese documento las
hoy probables responsables transmitieron todas las acciones de las empresas de
mi padre a un fideicomiso que celebraron con banco Azteca, en cuyo contrato
dolosamente ellas se adjudicaron todo el patrimonio.
Según Ferrat García, la PGJCDMX
investiga la autenticidad de las firmas estampadas en el testamento que, según
la versión de las indiciadas, “mi padre dejó antes de morir, pues el señor
David Troncoso, perito tercero en discordia del Tribunal Superior de Justicia
de la Ciudad de México, concluyó que la firma de mi padre y la de un testigo de
nombre Francisco Benjamín Sánchez Cadena no proceden de su puño y letra”.
La trama criminal.
Después de permanecer dos meses
confinado en una cama y sin atención médica, el 28 de mayo de 2008 el
empresario y político Román Ferrat fue hallado por un empleado en estado grave
de salud.
Según
cuenta María Teresa Ferrat, su hija menor, enseguida fue llevado con urgencia
al hospital Español, aunque demasiado tarde –explica –porque de inmediato
ingresó a terapia intensiva. Ahí permaneció poco más de dos meses. El 7 de
agosto de 2008 falleció de maningitis tuberculosa, hidrocefalia y cáncer en
fase terminal.
De
acuerdo con la indagatoria y el testimonio de María Teresa Ferrat, la maniobra
del despojo se realizó justo cuando Ferrat Sola estaba postrado en su cama e
imposibilitado física y mentalmente debido a sus enfermedades. Fue entonces,
dice, cuando sus hijas Lorena y Ayesha Ferrat (ésta adoptiva) llamaron con
urgencia al notario Roberto Courtade Bevilacua para que acudiera al hospital. Y
a petición de ellas procedió a elaborar un poder de dominio donde fue estampada
la firma de Ferrat Sola.
Este
evento, según obra en autos, ocurrió el 16 de julio de 2008, y ese mismo día
fue creado el fideicomiso F/551, supuestamente por voluntad de Román Ferrat,
en el que se indicaba que cuando él
falleciera todo su patrimonio pasara a poder de sus primeros hijos. Y así
ocurrió: Después de su muerte, sus hijos mayores dispusieron de todos sus
bienes y los menores –Jorge Ángel y María Teresas Ferrat García –fueron
desconocidos en esa sucesión testamentaria.
Sin embargo, tiempo después la
historia de este caso dio un giro drástico: como consecuencia de las
investigaciones ministeriales, peritos
en grafoscopía de la PGJCDMX descubrieron que la rúbrica de Ferrat Sola
estampada en el poder de dominio era falsa. En su el oficio 1/30992/31489,
emitido el 24 de noviembre de 2015, el perito Enrique Hernández Valdez
concluye:
…”La firma como de Ángel Román
Ferrat Sola o Román Ferrat Sola, contenida en el instrumento notarial 53,760,
de fecha 16 de julio de 2008, pasada ante la fe del Notario Público número 132
de esta ciudad, no proviene del mismo origen gráfico que las firmas que como de
Ángel Román Ferrat Sola o Román Ferrat Sola, se aportaron como elementos base
del cotejo”.
De acuerdo con María Teresa Ferrat,
quien refuerza su dicho con el
expediente clínico 475192 de su padre, el señor Ferrat Sola nunca estuvo en
condiciones de firmar documento alguno porque, según el parte médico, estaba
imposibilitado física y mentalmente para firmar, ya que su muerte –dice el
dictamen –era inminente.
“Mi
padre no podía firmar, es más, ni siquiera pudo autorizar sus intervenciones
quirúrgicas”, dice Ferrat García, quien añade: “Para la autoridad es claro
que todo esto fue parte de una maquinación para despojarnos de nuestra herencia
y así se ha ido acreditando con el tiempo. Mi padre ya estaba desconectado de
la realidad cuando dicen que firmó el poder de dominio”.
Para
conocer mayores detalles sobre la autenticidad de firma de Ferrat Sola, la
PGJCDMX citó a declarar a varios testigos, entre otros, al notario Courtade
Bevilacua –quien falleció tiempo después –quien dijo en su testimonial que el
paciente Román Ferrat Sola firmó el poder de dominio a las 10:00 de la mañana
del 16 de julio de 2008.
Sin embargo, del expediente clínico se desprende que Ferrat Sola no pudo haber
firmado el poder referido a esa hora porque nueve minutos antes, es decir, a
las 9:51 A.M., fue ingresado al quirófano para ser sometido a una cirugía del
cerebro.
Además, el mismo documento establece
que Ferrat Sola estaba desconectado de su realidad debido a las enfermedades
que padecía, lo que por otra parte también
fue acreditado con un dictamen en psiquiatría firmado por los médicos Juan
Ignacio Rosales Barrera y Daniel Benítez Ramírez –miembros del Hospital Fray
Bernardino –quienes concluyeron que, de acuerdo a la meningitis tuberculosa e
hidrocefalia que padecía, el paciente estaba inhabilitado para celebrar
cualquier acto jurídico entre el 10 y el 21 de julio de 2008, pues su muerte
era inminente.
No es todo: tanto la señora García Paniagua como sus hijos dijeron ser herederos
universales de Román Ferrat Sola porque exhibieron un testamento, aparentemente
elaborado en 1980, el cual fue registrado ante el Archivo General de Notarías
por el notario 93, Pedro Porcayo Vergara, hasta el 7 de noviembre de 2008, es
decir, 28 años después de que supuestamente fue elaborado y justo tres meses
posteriores a la muerte de Ferrat Sola.
Por esta razón, el notario Porcayo Vergara está siendo investigado por la PGJCDMX por
violar la Ley del Notariado, la cual establece en su artículo 80 que el notario
dará aviso inmediato al Archivo General de Notarías, pero en este caso lo hizo
28 años después.
De igual forma, por avalar las
irregularidades del testamento y no declarar su nulidad, también están bajo
investigación –AP/PGR/UEIDCSPCAS/CAJ/M-1/356/2014 –los magistrados del 13
Tribunal Colegiado en materia civil Arturo Ramírez Sánchez, Víctor Manuel Islas
Domínguez y Virgilio Solorio Campo.
De acuerdo con María Teresa Ferrat,
el testamento de 1980 no es sólo dudoso sino falso porque David Troncoso
González, perito tercero en discordia del Tribunal Superior de Justicia
concluyó, el 17 de octubre de 2011, que la firma de Román Ferrat Sola estampada
en el testamento resultó falsa.
Además, en el supuesto testamento que dejó Ferrat Sola su fecha de nacimiento
es incorrecta: el difunto nació el 30 de marzo de 1938 y registraron que fue en
1939; también le omitieron su primer nombre: Ángel.
A
pesar del cúmulo de documentos apócrifos que la PGJCDMX descubrió, la práctica
de la falsificaciones se ha convertido en una suerte de modus operandi por
parte de la hija de Marcelino García Barragán.
Y es que en noviembre de 2009, por
ejemplo, la señora García Paniagua se presentó ante el juzgado 37 de lo
familiar –donde fue radicada la sucesión testamentaria de su esposo Román
Ferrat –con el poder de dominio 55801,
otorgado por su hijo Flavio Ferrat García. Su objetivo fue reclamar la herencia
de su hijo. El poder que exhibió fue otorgado por el notario 132 Roberto
Courtade, el mismo que dijo haber obtenido la firma de Román Ferrat en 2008
cuando estaba moribundo y que ya fue declarada falsa.
Sin embargo, después de seis años la PGJCDMX acreditó que dicho poder también
resultó ser falso, ya que Flavio Ferrat García se identificó ante el notario
132 con una cartilla militar que, según la Secretaría de la Defensa Nacional,
también es apócrifa.
En el oficio 1888 –emitido el 12 de
agosto de este año –y firmado por el coronel de infantería Vicente Venustiano
Guzmán Lucero, se afirma que la
matricula 261335 que ampara la cartilla de Flavio Ferrat no existe en los
archivos de la Sedena.
De acuerdo con María Teresa Ferrat,
lo sospechoso de todo esto es que su medio hermano (Flavio Ferrat) está
desaparecido desde el mes de agosto de 2008, pues afirma que nadie lo ha visto
desde entonces. “Él es una persona incapaz y temo que le haya pasado algo”,
dice.
La sospecha de que está desaparecido
cobró mayor fuerza porque el 12 de abril de 2016 Flavio Ferrat debió asistir a
una audiencia ante una agencia ministerial, pero no acudió.
Lo
que ocurrió, explica Ferrat García, fue que los abogados Luis Alberto Pineda
Muñoz y Mauricio Odiardi Fabián –socios del despacho Martínez Arnaud y
Asociados y defensores de Marcela García Paniagua – suplantaron la identidad de
Flavio Ferrat y estamparon huellas de mi medio hermano como si él hubiera
comparecido. Todo esto consta en los videos que tiene la PGJCDMX en su poder.
Tras
verse descubiertos en esta maniobra y ante el temor de ser aprehendidos, la
señora García Paniagua y sus abogados tramitaron los amparos 712/2016 y
822/2016, los cuales están radicados en los juzgados décimo cuarto de distrito
en materia penal de la ciudad de México.
Por
todos estos hechos, la familia García Paniagua volvió a la escena del
escándalo. Ahora se les busca dentro y fuera de México para que respondan ante
las autoridades que las requieren. Hasta ahora no hay pistas de su
paradero, pues huyeron abandonando sus negocios y sus propiedades. Simplemente
parece que se los tragó la tierra.
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