jueves, 30 de marzo de 2017

Corrupción en cascada.

Leonardo Kourchenko.

Por si alguien sostiene aún la peregrina idea de que la corrupción no es el tema que más lastima a los ciudadanos, revise usted los acontecimientos de los últimos dos días.

Orden de aprehensión girada en contra del exgobernador de Chihuahua, César Duarte, quien aparentemente, se refugió en los Estados Unidos. Se trata de una investigación local, del nuevo gobierno de Javier Corral, y es por ende, la Procuraduría del estado quien emite las acusaciones y solicita la orden. Ignoro si tiene la capacidad legal y jurídica para solicitar a los Estados Unidos, que “se le busque, encuentre y detenga” como señalan los protocolos internacionales. Para ello debería intervenir la Procuraduría General de la República, en manos del PRI por el momento, y donde el elemento esencial para proceder jurídicamente en estas investigaciones, es la voluntad política. Nada más.

Corral y Chihuahua corren el grave riesgo de que se trate de pirotecnia que no se sustente, como el triste caso de El Bronco contra Rodrigo Medina en Nuevo León.

En los mismos días, el procurador de justicia del estado de Nayarit es detenido en el cruce fronterizo entre Tijuana y San Isidro, donde le informan que hay orden de aprehensión en su contra en los Estados Unidos, por delitos mucho mayores, como conspiración para actos criminales, fabricación y transportación de enervantes a territorio estadounidense, vínculos con el narcotráfico, etc. Un funcionario ejemplar del que su gobernador afirma, no sabía nada. Muy informado el gobernador.

Un juez otorga un amparo en el escandaloso caso de Los Porkys, aquel de los cuatro adolescentes que violaron a una menor en Veracruz. Por sospecha fundada, el Consejo Federal de la Judicatura suspende al juez, y ordena una investigación. Van a averiguar si hay o no sustento para dicho amparo, y si el señor juez fue sobornado, coaccionado de alguna forma.

Por si faltaran más casos, ahí tiene usted al otro hampón distintivo de los gobernadores estatales Roberto Borge de Quintana Roo, hoy exgobernador, de quien aparecen ventas de terrenos, adjudicaciones y demás corruptelas desde el gobierno.

¿Qué nos pasó en los últimos 6 años? ¿Qué le pasó al país donde funcionarios no sólo priistas, sino también del PAN y del PRD se convirtieron en unos corruptos ejemplares?

¿Se relajó el sistema de justicia? ¿Los fiscales fueron incapaces de construir casos sólidos y firmes, de evidencias incontrovertibles para consignar a los responsables? ¿O se trata de fondo de un problema de voluntad política?

Tal vez se trate de una combinación de factores. De investigaciones pobres, fraudes sofisticados, pruebas insuficientes y todo esto coronado por una absoluta ausencia de voluntad política desde la cúpula del poder para perseguir y encarcelar a los culpables.

¿Qué me dice usted del vergonzoso caso del diputado Tarín, que pretendía rendir protesta ante la Cámara para obtener el fuero? Se lo impidieron diputados de oposición, aunque consiguió una suspensión a la orden de detención.

La ciudadanía se cansa. Todas las semanas aparecen señalamientos, acusaciones –con frecuencia sólidas y fundadas– de casos de corrupción.

Le cuento la más reciente, que ahora apenas investigamos.

Una denuncia ciudadana, con fotografías y videos del sitio, nos hace saber que el Nevado de Toluca está siendo talado en una de sus caras.

Especialmente aquella que no es visible desde las carreteras que conducen a Morelia, Valle de Bravo o Zitácuaro. Sino la faceta que se orienta hacia la ciudad de Toluca. Cuando ciudadanos de paseo por la zona se toparon con una tala extendida, considerable, en una de las laderas del coloso, se acercaron a preguntar y aparecieron múltiples guardias quienes los sacaron del lugar y les dijeron que se trataba de una obra de reforestación.

Corren versiones aún no confirmadas de políticos mexiquenses que han decidido mandarse hacer algunas mansiones en esa zona boscosa del Nevado.

Preguntamos en la Semarnat y nos dijeron que estaban investigando, pero que no era nada de lo que se decía. Hasta ahora, no hemos recibido un reporte amplio y completo sobre una tala inexplicable en una zona forestal “dizque” protegida.

Me pregunto si los señores políticos no ven, no tienen la misma percepción de cansancio y hartazgo, hastío diría, por parte de la ciudadanía. Me pregunto si los señores del PRI que pretendían proteger al ex responsable de compras del prófugo Javier Duarte con el fuero legislativo en San Lázaro, no ven el estado de gravedad que enfrenta México por la corrupción rampante y escandalosa.


Ya no siquiera me atrevo a asegurar que los electores manifestarán su desacuerdo en los próximos comicios. Tal vez veamos una abundante y extendida abstención, que no es otra cosa que apatía y frustración.

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