martes, 4 de abril de 2017

Duras declaraciones.

Si desdeñosa fue la escueta renuncia del senador Luis Miguel Barbosa al PRD, tras 23 años de militancia, también lo fue el comentario de su colega Alejandra Barrales, presidenta de ese partido, cuyo Comité Ejecutivo Nacional lo destituyó del cargo de coordinador de la bancada y lo privó de sus derechos partidarios.

Al legislador poblano le bastaron ocho palabras para comunicar su decisión a la Comisión Nacional de Afiliación del Partido de la Revolución Democrática: “Renuncio de manera irrevocable a mi militancia partidaria” y la lideresa le respondió: “A los que ya no estaban, desde aquí les deseamos buena suerte”.

Como se recuerda, por haber expresado públicamente su simpatía y apoyo a Andrés Manuel López Obrador —después de decirle lo mismo al Jefe de Gobierno de la CDMX, Miguel Ángel Mancera, de quien la dirigente perredista es más cercana— Barbosa fue estatutariamente sancionado y hoy está oficialmente fuera del sol azteca.

Ayer mismo por la tarde, como lo había anunciado, Barbosa asistió al arranque de campaña de Delfina Gómez Álvarez, candidata de Morena al gobierno del Estado de México, en la que fue su primera aparición como virtual nuevo militante del partido propiedad del tabasqueño, su favorito para la elección presidencial del año venidero.


Lo que habrá que ver es si otros senadores que llegaron con el apoyo del PRD, que se alejaron de éste pero permanecen en la bancada y perciben los beneficios económicos de la misma, siguen el ejemplo del que fuera su coordinador y que nada quieren saber de Dolores Padierna, que en plena polémica partidista lo reemplazó.

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