Si desdeñosa fue la escueta renuncia del senador Luis Miguel
Barbosa al PRD, tras 23 años de militancia, también lo fue el comentario de su
colega Alejandra Barrales, presidenta de ese partido, cuyo Comité Ejecutivo
Nacional lo destituyó del cargo de coordinador de la bancada y lo privó de sus
derechos partidarios.
Al legislador poblano le bastaron ocho palabras para
comunicar su decisión a la Comisión Nacional de Afiliación del Partido de la
Revolución Democrática: “Renuncio de manera irrevocable a mi militancia
partidaria” y la lideresa le respondió: “A los que ya no estaban, desde aquí
les deseamos buena suerte”.
Como se recuerda, por haber expresado públicamente su
simpatía y apoyo a Andrés Manuel López Obrador —después de decirle lo mismo al
Jefe de Gobierno de la CDMX, Miguel Ángel Mancera, de quien la dirigente
perredista es más cercana— Barbosa fue estatutariamente sancionado y hoy está
oficialmente fuera del sol azteca.
Ayer mismo por la tarde, como lo había anunciado, Barbosa
asistió al arranque de campaña de Delfina Gómez Álvarez, candidata de Morena al
gobierno del Estado de México, en la que fue su primera aparición como virtual
nuevo militante del partido propiedad del tabasqueño, su favorito para la
elección presidencial del año venidero.
Lo que habrá que ver es si otros senadores que llegaron con
el apoyo del PRD, que se alejaron de éste pero permanecen en la bancada y
perciben los beneficios económicos de la misma, siguen el ejemplo del que fuera
su coordinador y que nada quieren saber de Dolores Padierna, que en plena
polémica partidista lo reemplazó.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario.