Georgina Morett.
La oposición asegura que ya está
lista la estrategia del PRI para ganar este domingo en el Estado de México. El
plan que presentan es muy parecido al de elecciones pasadas.
Explican que
la movilización del Día “D” como denominan al 4 de junio, será únicamente vía telefónica y que habrá de 15 a 20 personas vestidas
de rojo, sin logotipos, para supervisar la movilización de los votantes
registrados como del PRI en el “libro” (el padrón electoral), y entregarles su
credencial.
Como
siempre, la movilización de priistas
será de las 8 a las 10 de la mañana para ganar las primeras filas en las
casillas y asegurar que asistan.
Pero además,
aseguran que hay otro operativo para
desmovilizar el voto, que consistirá en la operación de grupos de vándalos
alrededor de las casillas, para intimidar a los votantes.
Estos actos vandálicos serán
difundidos en redes sociales, y se darán a conocer a la prensa para generar
temor entre los electores y así inhibir su intención de acudir a votar.
Aseguran que los pagos van desde 700
pesos para los movilizadores hasta 25 mil pesos a los que denominan
representantes políticos.
TODOS PUEDEN
GANAR.
Al parecer
en las elecciones de este domingo todos los partidos políticos y sus dirigentes
pueden salir ganando.
Si el PRI
logra el triunfo en el Estado de México, aunque pierda las gubernaturas de
Coahuila y Nayarit, y quede casi en la desaparición en Veracruz, Enrique Ochoa
podría hablar de buenos resultados, ya que ganó en la tierra de Enrique Peña
Nieto.
Si la
candidata del PAN al Estado de México, Josefina Vázquez Mota queda en cuarto
lugar sería una desgracia, pero el líder panista Ricardo Anaya podría presumir
que ganó Coahuila y Nayarit y muchos municipios de Veracruz (esperan ganar en
unas cien alcaldías).
Si Delfina
Gómez, de Morena, pierde la elección del Estado de México y queda en segundo
lugar, de cualquier forma se diría que tuvo un excelente papel, que demuestra
que los ciudadanos están con este partido y que su dirigente y candidato tiene
grandes posibilidades de ganar en la elección federal de 2018.
Y de Juan
Zepeda, del PRD, ni se diga, parece que desde ahora es el prócer que salvará a
su partido de la inanición y que le devuelve las esperanzas.
Es así que
si los resultados son los esperados, podremos hablar de buenas cuentas para
todos y de partidos preparados para la elección federal y las locales de 2018,
pero, como sucedió el año pasado, este marco idílico puede desaparecer y traer
graves costos a muy diversos personajes.
Si la gente sale a votar en el Estado
de México y abarrota las casillas, el triunfo del PRI se desvanecería, con lo cual su presidente Enrique
Ochoa tendría que renunciar como lo hizo Manlio Fabio Beltrones; ganaría
Delfina Gómez, lo cual pondría a López Obrador casi en la silla presidencial.
Se acabaron
las encuestas y llegamos a la veda, sólo falta esperar si con los nuevos
resultados se mantienen los pesos y contrapesos, o vivimos grandes sorpresas
que nos ubiquen en un nuevo escenario hacia 2018.
PURO GASTO.
Qué triste,
de verdad, es que la Asamblea Legislativa haya decidido únicamente engordar la
burocracia con la elección del Concejo de las Alcaldías a través de una
planilla cerrada dará automáticamente al ganador el 60 por ciento de los
concejales.
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