La compañía Chemours desistió de su
propósito de instalar una planta productora de cianuro en San Luis de la Paz,
municipio del norte del estado, en medio del rechazo de diversos sectores, lo
que derivó en protestas y otras gestiones ante la Secretaría del Medio Ambiente
(Semarnat).
En agosto de
2016, Chemours ingresó la solicitud para la aprobación de la Manifestación de
Impacto Ambiental (MIA).
El 20 de abril, la Semarnat publicó
en su lista de resoluciones una relativa a la petición ingresada por The
Chemours Company Mexicana S de RL de CV, en respuesta a la solicitud para
avalar el proyecto de MIA, requisito indispensable para la instalación de una
planta de cianuro en el referido municipio.
Como único resolutivo, la dependencia
federal publicó: “No aplica”.
La respuesta está fechada el 8 de
abril pasado y no se hizo pública en la página de la dependencia en todos sus
términos.
Sin embargo,
en respuesta a una solicitud de
información, se pudo conocer que en realidad la Semarnat no rechazó la MIA de
la empresa para la planta, denominada Proyecto San Luis de la Paz, sino que
ésta a través de su representante legal se desistió de continuar con el
trámite.
Según el oficio 02576 firmado por el
director general de Impacto Ambiental, Alfonso Flores Ramírez, fechado el 6 de
abril, la dependencia canceló el procedimiento tras recibir un oficio del
representante legal de la compañía Chemours, Pedro Guillermo Marín Ávila, el 29
de marzo (también de este año) en el cual éste solicitó que se le tuviera por
desistido el trámite correspondiente a la solicitud de autorización en materia
de impacto ambiental para el proyecto denominado “San Luis”.
Ante ello,
la Dirección General de Impacto Ambiental acordó “dar por finalizado el
Procedimiento de Evaluación de Impacto Ambiental para el proyecto… el cual
quedó registrado en la bitácora 09/DM-0001/08/16 y número de expediente
11GU2016I0071”, y ordena archivar las actuaciones dentro de este expediente que
fue iniciado el 1 de agosto de 2016.
Desde que se supo del propósito de
Chemours –que comenzó a difundir desde fines del año pasado publicidad entre
los habitantes de San Luis de la Paz para ofrecer mil empleos directos e
indirectos con “la tecnología más segura del mundo”–, ciudadanos se organizaron
para convocar a protestas y otras acciones a fin de incidir ante las
autoridades para que negaran las autorizaciones a la empresa, entre éstas la
Semarnat.
En comercios, viviendas particulares
y otros edificios se colocaron mantas y letreros con la leyenda “No a la planta
de cianuro”, debido a que se consideró de alto riesgo para la salud y el medio
ambiente local su instalación, en la que estimaban producir 65 mil toneladas de
cianuro de sodio al año.
Los
ciudadanos inconformes –con el apoyo también de la Iglesia católica– se
asesoraron de un grupo de expertos –geólogos, un doctor en ciencias y
ambientalistas– que criticaron la MIA con el que The Chemours Company pretendía
obtener la autorización de la Semarnat, por lo que se demandó que la dependencia
federal no otorgara su aval.
También se exigió al ayuntamiento que
no autorizara el cambio de uso de suelo.
El cianuro
de sodio es utilizado en el proceso de lixiviación –separación del oro y la
plata– de la minería. La empresa pretendía, una vez que obtuviera los permisos,
iniciar la construcción y echar a andar la planta en los siguientes dos años,
con un periodo de operación total de 50 años que se podrían extender “en
función del mantenimiento de sus instalaciones”, con el fin de reducir la importación
del cianuro “y apoyar el crecimiento de la industria minera de oro y plata en
México”, según se refiere en el documento de Manifestación de Impacto Ambiental
que finalmente fue cancelado por las autoridades en la materia.
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