El pasado 17 de diciembre Patricia
López Sánchez, asesora de la Secretaría de Desarrollo Territorial y Urbano
(Sedatu), atropelló a Janet, de 29 años, y su hija Natalia, de 5 años, cuando
intentaban cruzar la calle en Coyoacán.
Tras golpearlas por conducir a exceso
de velocidad, la funcionaria las volvió a arrollar por segunda vez cuando
intentó escapar, destrozando las piernas de la niña y provocándole una fractura
expuesta a su madre, en la pierna derecha.
Hoy, a más de dos meses de aquel hecho, ni Janet
Mejorada Sánchez ni su hija Natalia Mancilla Mejorada han podido ser dadas de
alta de la clínica de traumatología del IMSS.
Cada una lleva ocho cirugías, 16
entradas al quirófano en total, en un intento primero por salvarles la vida y
luego por rehacer, en lo posible, los huesos que quedaron hechos añicos. No hay
certeza ni de que Patricia vuelva a usar su pierna con normalidad y, en el caso
de su hija, de que siquiera vuelva a caminar.
Las víctimas no han recibido ningún
tipo de apoyo de las autoridades. La única acción que tomó la Sedatu fue
separar oficialmente de su cargo a Patricia López (aunque las victimas dicen
que aun colabora de forma externa con la dependencia). Es decir, deslindarse públicamente
del caso. Nunca se comunicaron con la
familia para ver si necesitaba de algún apoyo.
Y en el caso de Patricia López, ella
tampoco ha intentado reparar el daño causado a las víctimas (que en términos
económicos se estima superior a los 4 millones de pesos).
Por el
contrario, sus abogados apelaron la
decisión de un juez que vinculó a proceso a la funcionaria, con el argumento de
que el padre de la niña que denunció los hechos no está casado oficialmente con
su esposa y, por tanto, no se comprueba su nexo sanguíneo como lo exige la ley.
Julio Cesar
Mancilla, pareja de Patricia y padre de
Natalia, dijo que desde el principio la “investigación” del caso ha estado
llena de irregularidades, y una muestra de ello fue el hecho de que Patricia
fuera liberada casi de inmediato, a petición de Sedatu.
Animal
Político solicitó oficialmente a la
Sedatu un posicionamiento sobre este caso y los señalamientos hechos por las
víctimas, pero hasta la publicación de esta nota no se había recibido
respuesta.
Una
investigación cuestionada.
El accidente
se registró el pasado 17 de diciembre, alrededor de las 4 y media de la tarde,
sobre la calle Paseo de los Jardines en la colonia Paseos de Churubusco, en la
delegación Coyoacán.
Janet caminaba junto con su hija y al
tratar de cruzar la calle fueron golpeadas por un automóvil modelo Spark que,
de acuerdo con los peritajes, era conducido a no menos de 50 kilómetros por
hora en una zona residencial, es decir en exceso de velocidad.
De acuerdo
con lo narrado por el señor Mancilla, el
auto conducido por Patricia golpeó primero a su esposa y a su hija, así como a
un vehículo estacionado, y luego, en un intento por darse a la fuga, le pasó
por encima de las piernas a ambas. “Si no se escapó fue porque unos 7 u 8
metros adelante otro conductor le cerró el paso para que no se fuera”, dijo
el señor.
Tras el
percance, la policía trasladó a la funcionaria al Ministerio Público de la
Fiscalía Desconcentrada en Coyoacán, donde se inició la carpeta de
investigación CI-FCY/COY2/UI-2 C/D/0256/12-2017 por el delito de lesiones
culposas.
Sin embargo,
minutos más tarde, Patricia López
Sánchez quedó en libertad sin haber rendido alguna declaración alguna sobre lo
ocurrido. De acuerdo con los abogados de las víctimas, esto se debió a una
petición directa de Sedatu.
“La señora Patricia López Sánchez fue puesta
en libertad casi en forma inmediata por una llamada realizada a la Procuraduría
del DF por el subsecretario de Desarrollo Agrario, Gustavo Cárdenas Monroy,
quien por instrucciones de la secretaria Rosario Robles pidió la atención para
su asesora que estaba detenida”.
De acuerdo
con el señor Mancilla, fue hasta después
de que llegó a los medios la noticia del accidente, y de que en redes sociales
se moviera la campaña “Fuerza Natalia Estamos Contigo”, que la funcionaria
regresó a rendir declaración ante el Ministerio Público.
El 3 de enero de 2018, dos semanas
después del accidente, un juez vinculó a proceso a López Sánchez por el delito
de lesiones culposas, y sigue su proceso en libertad. Esto luego de que
concluyó que había elementos de prueba suficientes para considerarla probable
responsable de los hechos, entre ellos el peritaje de la velocidad con que
conducía el auto y el dictamen de las lesiones “por aplastamiento” y
“fricción”, que sufrieron las víctimas.
Para el
esposo y padre de las víctimas, la investigación del caso – aun cuando la misma derivó en una vinculación a proceso contra al
probable responsable – ha sido deficiente, y cargada al lado de la hoy
exfuncionaria de Sedatu.
“Nunca le dieron seguimiento al caso.
Nunca fueron a tomarle la declaración a mi esposa, por ejemplo, ni han estado
al pendiente de la evolución de las heridas que presenta. Incluso para que me
enseñaran la carpeta de investigación en la Procuraduría tuvieron que pasar
varias horas. Siento que por la influencia de la persona acusada no han actuado
como se debe”, dijo
el señor Mancilla.
Sin apoyo.
El nuevo
sistema penal en México privilegia la
reparación del daño por encima de procesos largos y sentencias amplias. Si la
persona que comete un delito reconoce que lo hizo, y se compromete con las
víctimas y ante el Ministerio Público y juez a reparar el daño económicamente,
o con algún otro apoyo, se puede evitar el ir a juicio.
Pero en el caso del atropellamiento
de Janet Mejorada y su hija Natalia eso no ha ocurrido. De acuerdo con el
esposo y padre de las víctimas, y sus abogados, no ha habido un acercamiento o
disposición de parte de Patricia y su defensa para cubrir integralmente los
daños causados.
Todo lo
contrario. La defensa de la
exfuncionaria de Sedatu decidió interponer una apelación contra el auto de
vinculación a proceso que resolvió un juez, con el argumento de que la persona
que denunció el accidente, es decir el señor Julio Cesar Mancilla, no acreditó
“su relación afinidad y sanguínea” con las víctimas, es decir, que no demostró
ser su familiar.
Sobre esta
situación el señor Mancilla dijo que él
vive desde hace 10 años en unión libre con su pareja, y aunque no han contraído
matrimonio civil, su hija lleva sus apellidos. Además, ante el IMSS Janet y la
menor son derechohabientes, por ser su pareja e hija.
“Lo increíble es que en lugar de que
reconozca esta señora el error que cometió, en lugar de aceptar que las
atropelló dos veces al querer escaparse, en lugar de reconocer eso se ponga a
apelar tonterías. En lugar de que se haga responsable de lo que hizo”, dijo el señor.
Animal
Político también preguntó al señor
Mancilla si de parte de la Sedatu hubo algún ofrecimiento de asesoría, o apoyo
de cualquier tipo, pero el señor dijo que esto nunca ha ocurrido, ni hubo
acercamiento alguno.
Vidas
destrozadas.
El atropellamiento que sufrieron Janet,
de 29 años, y su hija Natalia, de cinco, muy posiblemente les dejará secuelas
permanentes, de acuerdo con los pronósticos que los médicos le han hecho saber
a la familia. Cada una de ellas acumula ya ocho entradas al quirófano y
múltiples transfusiones de sangre. Por esta misma razón no han sido dadas de
alta del hospital de traumatología del IMSS.
“Sus huesos quedaron en múltiples
fragmentos, hubo fracturas expuestas. Ha sido un proceso muy doloroso. Mi hija
no puede caminar hasta el día de hoy y no puede doblar la rodilla, le dejaron
las piernas destrozadas. Y mi esposa se mueve con mucho dolor en muletas,
además de que está con una anemia terrible ya por la hospitalización, pesa
menos de 40 kilos”,
dijo Julio Cesar Mancilla.
En los
próximos meses, y dependiendo de los procesos de rehabilitación, se conocerán
las afectaciones permanentes para Janet y Natalia. En el caso específico de la niña es factible que si vuelve a caminar lo
haga con un grado de discapacidad importante.
A todo lo
anterior se suman otros daños para familia. El señor Mancilla dijo que desde el día del accidente él no ha podido
volver a trabajar y que “sobrevive” de lo que sus amigos y otras personas le
han querido prestar. Su madre también
tuvo que dejar su trabajo para sumarse al cuidado de una hermana de Natalia,
que también es menor.
En este contexto el señor insistió en
pedir a los responsables del accidente que asuman su responsabilidad por el
daño que provocaron, y dejen de utilizar sus influencias para entorpecer el
proceso.
“No es posible que porque conozca a
alguien se vayan como si nada y les valga madres el daño que causaron, y la
salud de la gente. Es terrible la corrupción y lo mal que estamos”, concluyó el señor.
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