miércoles, 28 de febrero de 2018

A dos meses de ser atropelladas por una funcionaria federal, Janet y su hija siguen sin reparación del daño.

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El pasado 17 de diciembre Patricia López Sánchez, asesora de la Secretaría de Desarrollo Territorial y Urbano (Sedatu), atropelló a Janet, de 29 años, y su hija Natalia, de 5 años, cuando intentaban cruzar la calle en Coyoacán.

Tras golpearlas por conducir a exceso de velocidad, la funcionaria las volvió a arrollar por segunda vez cuando intentó escapar, destrozando las piernas de la niña y provocándole una fractura expuesta a su madre, en la pierna derecha.

Hoy, a más de dos meses de aquel hecho, ni Janet Mejorada Sánchez ni su hija Natalia Mancilla Mejorada han podido ser dadas de alta de la clínica de traumatología del IMSS.

Cada una lleva ocho cirugías, 16 entradas al quirófano en total, en un intento primero por salvarles la vida y luego por rehacer, en lo posible, los huesos que quedaron hechos añicos. No hay certeza ni de que Patricia vuelva a usar su pierna con normalidad y, en el caso de su hija, de que siquiera vuelva a caminar.

Las víctimas no han recibido ningún tipo de apoyo de las autoridades. La única acción que tomó la Sedatu fue separar oficialmente de su cargo a Patricia López (aunque las victimas dicen que aun colabora de forma externa con la dependencia). Es decir, deslindarse públicamente del caso. Nunca se comunicaron con la familia para ver si necesitaba de algún apoyo.

Y en el caso de Patricia López, ella tampoco ha intentado reparar el daño causado a las víctimas (que en términos económicos se estima superior a los 4 millones de pesos).

Por el contrario, sus abogados apelaron la decisión de un juez que vinculó a proceso a la funcionaria, con el argumento de que el padre de la niña que denunció los hechos no está casado oficialmente con su esposa y, por tanto, no se comprueba su nexo sanguíneo como lo exige la ley.

Julio Cesar Mancilla, pareja de Patricia y padre de Natalia, dijo que desde el principio la “investigación” del caso ha estado llena de irregularidades, y una muestra de ello fue el hecho de que Patricia fuera liberada casi de inmediato, a petición de Sedatu.

Animal Político solicitó oficialmente a la Sedatu un posicionamiento sobre este caso y los señalamientos hechos por las víctimas, pero hasta la publicación de esta nota no se había recibido respuesta.

Una investigación cuestionada.

El accidente se registró el pasado 17 de diciembre, alrededor de las 4 y media de la tarde, sobre la calle Paseo de los Jardines en la colonia Paseos de Churubusco, en la delegación Coyoacán.

Janet caminaba junto con su hija y al tratar de cruzar la calle fueron golpeadas por un automóvil modelo Spark que, de acuerdo con los peritajes, era conducido a no menos de 50 kilómetros por hora en una zona residencial, es decir en exceso de velocidad.

De acuerdo con lo narrado por el señor Mancilla, el auto conducido por Patricia golpeó primero a su esposa y a su hija, así como a un vehículo estacionado, y luego, en un intento por darse a la fuga, le pasó por encima de las piernas a ambas. “Si no se escapó fue porque unos 7 u 8 metros adelante otro conductor le cerró el paso para que no se fuera”, dijo el señor.

Tras el percance, la policía trasladó a la funcionaria al Ministerio Público de la Fiscalía Desconcentrada en Coyoacán, donde se inició la carpeta de investigación CI-FCY/COY2/UI-2 C/D/0256/12-2017 por el delito de lesiones culposas.

Sin embargo, minutos más tarde, Patricia López Sánchez quedó en libertad sin haber rendido alguna declaración alguna sobre lo ocurrido. De acuerdo con los abogados de las víctimas, esto se debió a una petición directa de Sedatu.

La señora Patricia López Sánchez fue puesta en libertad casi en forma inmediata por una llamada realizada a la Procuraduría del DF por el subsecretario de Desarrollo Agrario, Gustavo Cárdenas Monroy, quien por instrucciones de la secretaria Rosario Robles pidió la atención para su asesora que estaba detenida”.

De acuerdo con el señor Mancilla, fue hasta después de que llegó a los medios la noticia del accidente, y de que en redes sociales se moviera la campaña “Fuerza Natalia Estamos Contigo”, que la funcionaria regresó a rendir declaración ante el Ministerio Público.

El 3 de enero de 2018, dos semanas después del accidente, un juez vinculó a proceso a López Sánchez por el delito de lesiones culposas, y sigue su proceso en libertad. Esto luego de que concluyó que había elementos de prueba suficientes para considerarla probable responsable de los hechos, entre ellos el peritaje de la velocidad con que conducía el auto y el dictamen de las lesiones “por aplastamiento” y “fricción”, que sufrieron las víctimas.

Para el esposo y padre de las víctimas, la investigación del caso – aun cuando la misma derivó en una vinculación a proceso contra al probable responsable – ha sido deficiente, y cargada al lado de la hoy exfuncionaria de Sedatu.

“Nunca le dieron seguimiento al caso. Nunca fueron a tomarle la declaración a mi esposa, por ejemplo, ni han estado al pendiente de la evolución de las heridas que presenta. Incluso para que me enseñaran la carpeta de investigación en la Procuraduría tuvieron que pasar varias horas. Siento que por la influencia de la persona acusada no han actuado como se debe”, dijo el señor Mancilla.

Sin apoyo.

El nuevo sistema penal en México privilegia la reparación del daño por encima de procesos largos y sentencias amplias. Si la persona que comete un delito reconoce que lo hizo, y se compromete con las víctimas y ante el Ministerio Público y juez a reparar el daño económicamente, o con algún otro apoyo, se puede evitar el ir a juicio.

Pero en el caso del atropellamiento de Janet Mejorada y su hija Natalia eso no ha ocurrido. De acuerdo con el esposo y padre de las víctimas, y sus abogados, no ha habido un acercamiento o disposición de parte de Patricia y su defensa para cubrir integralmente los daños causados.

Todo lo contrario. La defensa de la exfuncionaria de Sedatu decidió interponer una apelación contra el auto de vinculación a proceso que resolvió un juez, con el argumento de que la persona que denunció el accidente, es decir el señor Julio Cesar Mancilla, no acreditó “su relación afinidad y sanguínea” con las víctimas, es decir, que no demostró ser su familiar.

Sobre esta situación el señor Mancilla dijo que él vive desde hace 10 años en unión libre con su pareja, y aunque no han contraído matrimonio civil, su hija lleva sus apellidos. Además, ante el IMSS Janet y la menor son derechohabientes, por ser su pareja e hija.

“Lo increíble es que en lugar de que reconozca esta señora el error que cometió, en lugar de aceptar que las atropelló dos veces al querer escaparse, en lugar de reconocer eso se ponga a apelar tonterías. En lugar de que se haga responsable de lo que hizo”, dijo el señor.

Animal Político también preguntó al señor Mancilla si de parte de la Sedatu hubo algún ofrecimiento de asesoría, o apoyo de cualquier tipo, pero el señor dijo que esto nunca ha ocurrido, ni hubo acercamiento alguno.

Vidas destrozadas.

El atropellamiento que sufrieron Janet, de 29 años, y su hija Natalia, de cinco, muy posiblemente les dejará secuelas permanentes, de acuerdo con los pronósticos que los médicos le han hecho saber a la familia. Cada una de ellas acumula ya ocho entradas al quirófano y múltiples transfusiones de sangre. Por esta misma razón no han sido dadas de alta del hospital de traumatología del IMSS.

“Sus huesos quedaron en múltiples fragmentos, hubo fracturas expuestas. Ha sido un proceso muy doloroso. Mi hija no puede caminar hasta el día de hoy y no puede doblar la rodilla, le dejaron las piernas destrozadas. Y mi esposa se mueve con mucho dolor en muletas, además de que está con una anemia terrible ya por la hospitalización, pesa menos de 40 kilos”, dijo Julio Cesar Mancilla.

En los próximos meses, y dependiendo de los procesos de rehabilitación, se conocerán las afectaciones permanentes para Janet y Natalia. En el caso específico de la niña es factible que si vuelve a caminar lo haga con un grado de discapacidad importante.

A todo lo anterior se suman otros daños para familia. El señor Mancilla dijo que desde el día del accidente él no ha podido volver a trabajar y que “sobrevive” de lo que sus amigos y otras personas le han querido prestar.  Su madre también tuvo que dejar su trabajo para sumarse al cuidado de una hermana de Natalia, que también es menor.

En este contexto el señor insistió en pedir a los responsables del accidente que asuman su responsabilidad por el daño que provocaron, y dejen de utilizar sus influencias para entorpecer el proceso.

“No es posible que porque conozca a alguien se vayan como si nada y les valga madres el daño que causaron, y la salud de la gente. Es terrible la corrupción y lo mal que estamos”, concluyó el señor.

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